¡Ay, Dios mío! Aquí la cosa se puso caliente ayer en la Asamblea Legislativa. Un grupo de arroceros, esos mismos que nos dan el arroz con pollo diario, decidieron hacerle recordar a los diputados cómo se ven las cosas desde abajo. Llegaron con una banda de carteles que dieron qué hablar, reviviendo el bochinche del diputado Barrantes y poniendo a temblar al oficialismo.
Como recordarán, hace poquito estos señores ya habían hecho una demostración similar frente a la oposición al Fonarroz, ese fondo que prometen que va a salvar el cultivo del arroz. Pero ayer, la cosa escaló un poquito más. Se aprovecharon de que estaban presentes en la galería de público durante la discusión de las mociones de reiteración – esas movidas técnicas que le da vueltas al asunto para intentar aprobarlo– y sacaron sus pancartas a relucir.
Y ni les cuento los mensajes que ponían esos carteles. Directos, sin pelos en la lengua, como decimos nosotros. Uno decía, bien grande y llamativo: “JaGUAROS, ¿Así quieren 40?”. Se refieren, claro, a los cuarenta diputados que necesita el oficialismo para poder controlar la Asamblea y mandar las cosas como quieren en las próximas elecciones. ¡Imagínense el coraje!
Pero lo que realmente hizo explotar a la gente era otro cartel, quizás aún más contundente: “Nosotros los agricultores peleamos por trabajo y no por borrachera. ¿Así quieren 40?”. Ahí ya estaban tocando fibras sensibles. La referencia al incidente del diputado Barrantes en el parqueo, con todo el drama que eso trajo consigo, fue directa e implícita. El ambiente se puso tenso, diay.
La discusión sobre el Fonarroz sigue candela. Parece que el proyecto está dando tumbos entre las diferentes bancadas legislativas, con el oficialista Alexander Barrantes insistiendo en su aprobación y la diputada del PUSC, Daniela Rojas, presentando sus propias mociones. El brete, como dicen por ahí, se ha puesto complicado. Hay mucho interés en juego y cada sector quiere meter su cucharita, pero los arroceros parecen decididos a no dejar pasar esto sin que se les escuche.
Esto demuestra, otra vez, lo sensible que es la situación del productor agrícola en nuestro país. No es fácil laburar la tierra, enfrentándose a la sequía, a las plagas, a los precios bajos... y ahora encima tienen que lidiar con unas decisiones políticas que no terminan de favorecerlos. Uno se pregunta si los diputados entienden realmente la magnitud del problema o si solo están jugando a darle vueltas a un proyecto que debería ser una prioridad nacional.
Algunos analistas políticos comentan que estos actos de protesta, aunque pueden parecer espontáneos, son parte de una estrategia más amplia para presionar a la Asamblea Legislativa. Dicen que varios gremios agrícolas están organizando acciones similares en otras regiones del país, buscando visibilizar sus demandas y obligar a los legisladores a tomar cartas en el asunto. Veremos si esto funciona o si simplemente será una vareta más en el fuego.
En fin, la situación está caldeando y parece que la discusión sobre el Fonarroz estará lejos de terminar pronto. Con todo este panorama, me pregunto: ¿Debería el gobierno buscar un acuerdo político más amplio para garantizar la estabilidad del sector arrocero, o cree usted que es preferible seguir adelante con el proyecto actual, incluso si eso implica mayor polarización política?
Como recordarán, hace poquito estos señores ya habían hecho una demostración similar frente a la oposición al Fonarroz, ese fondo que prometen que va a salvar el cultivo del arroz. Pero ayer, la cosa escaló un poquito más. Se aprovecharon de que estaban presentes en la galería de público durante la discusión de las mociones de reiteración – esas movidas técnicas que le da vueltas al asunto para intentar aprobarlo– y sacaron sus pancartas a relucir.
Y ni les cuento los mensajes que ponían esos carteles. Directos, sin pelos en la lengua, como decimos nosotros. Uno decía, bien grande y llamativo: “JaGUAROS, ¿Así quieren 40?”. Se refieren, claro, a los cuarenta diputados que necesita el oficialismo para poder controlar la Asamblea y mandar las cosas como quieren en las próximas elecciones. ¡Imagínense el coraje!
Pero lo que realmente hizo explotar a la gente era otro cartel, quizás aún más contundente: “Nosotros los agricultores peleamos por trabajo y no por borrachera. ¿Así quieren 40?”. Ahí ya estaban tocando fibras sensibles. La referencia al incidente del diputado Barrantes en el parqueo, con todo el drama que eso trajo consigo, fue directa e implícita. El ambiente se puso tenso, diay.
La discusión sobre el Fonarroz sigue candela. Parece que el proyecto está dando tumbos entre las diferentes bancadas legislativas, con el oficialista Alexander Barrantes insistiendo en su aprobación y la diputada del PUSC, Daniela Rojas, presentando sus propias mociones. El brete, como dicen por ahí, se ha puesto complicado. Hay mucho interés en juego y cada sector quiere meter su cucharita, pero los arroceros parecen decididos a no dejar pasar esto sin que se les escuche.
Esto demuestra, otra vez, lo sensible que es la situación del productor agrícola en nuestro país. No es fácil laburar la tierra, enfrentándose a la sequía, a las plagas, a los precios bajos... y ahora encima tienen que lidiar con unas decisiones políticas que no terminan de favorecerlos. Uno se pregunta si los diputados entienden realmente la magnitud del problema o si solo están jugando a darle vueltas a un proyecto que debería ser una prioridad nacional.
Algunos analistas políticos comentan que estos actos de protesta, aunque pueden parecer espontáneos, son parte de una estrategia más amplia para presionar a la Asamblea Legislativa. Dicen que varios gremios agrícolas están organizando acciones similares en otras regiones del país, buscando visibilizar sus demandas y obligar a los legisladores a tomar cartas en el asunto. Veremos si esto funciona o si simplemente será una vareta más en el fuego.
En fin, la situación está caldeando y parece que la discusión sobre el Fonarroz estará lejos de terminar pronto. Con todo este panorama, me pregunto: ¿Debería el gobierno buscar un acuerdo político más amplio para garantizar la estabilidad del sector arrocero, o cree usted que es preferible seguir adelante con el proyecto actual, incluso si eso implica mayor polarización política?