¡Ay, Dios mío! Resulta que el arroz, ese bicho sagrado en la mesa de cualquier catino, está bajando de precio. El Gobierno está festejando como si hubieran inventado el volante, gritando a cuatro vientos que esto es un alivio directo para el bolsillo. Pero, ¿será tan sencillo como lo pintan, chunches?
Según las autoridades, cada kilito ahora sale hasta dos perracos menos en el supermercado. Dos perracos, diay, eso sí que es un cambio notable. Especialmente porque estamos hablando del arroz, el plato que acompaña casi todos nuestros almuerzos, desde la gallina inchada hasta el picadillo con frijoles negros. Eso sí duele cuando se va pa’ arriba, mándale.
Y claro, ahí entra la Ministra de Economía a soltar que esto es “un impacto directo en la canasta básica”. Tiene razón, nadie discute eso. El arroz es fundamental, indispensable, la base de la alimentación de muchos hogares acá en Costa Rica. Imagínate la bronca que causa cuando se te va el presupuesto por culpa del aumento del arroz… ¡qué torta!
Pero, ¿qué onda con toda esta historia? Según el Gobierno, la bajada se debe a un montón de cosas: cambios en la política de precios, más competencia en el mercado, y condiciones internacionales favorables. Suenan bien, eh, hasta poético. Como si hubieran descubierto la fórmula secreta para mantener el arroz barato. Pero siempre hay un pero, ¿verdad, mae?
Porque resulta que los productores de arroz no están precisamente contentos con todo esto. Algunos advierten que estas rebajas podrían afectar la producción nacional, echar por tierra el trabajo de los agricultores y poner en peligro la sostenibilidad del sector. Ya saben cómo es, el negocio siempre tiene dos lados. Uno es el del gobierno que quiere aparentar y el otro es el de los que realmente laburan la tierra.
Ahora, no nos malentiendan. Un arroz más barato siempre es bienvenido, especialmente en tiempos de crisis económica como los que estamos viviendo. La carga de la vida anda por las nubes, y cualquier ayuda, por pequeña que sea, es un respiro. Pero también hay que estar ojo avizor, analizarlo todo con calma y no dejarnos llevar por la propaganda gubernamental, ey.
Y es que la verdad, esta jugada del arroz me huele a campaña electoral. Con elecciones acercándose, quién sabe si no estarán buscando congraciarse con el pueblo bajando precios de productos básicos. No digo que sea malo, pero habría que estar pendientes de qué pasa con el sector arrocero a largo plazo. Que no les dé por subirlo otra vez cuando ya estemos votando, diay. Sería un despiche monumental.
En fin, el arroz sigue siendo el rey de nuestra mesa y su precio, como siempre, será objeto de debate. Ahora, dime tú, ¿crees que esta bajada del arroz es un verdadero alivio económico o simplemente una estrategia política para ganar votos? Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas sobre este brete que nos afecta a todos, mae!
Según las autoridades, cada kilito ahora sale hasta dos perracos menos en el supermercado. Dos perracos, diay, eso sí que es un cambio notable. Especialmente porque estamos hablando del arroz, el plato que acompaña casi todos nuestros almuerzos, desde la gallina inchada hasta el picadillo con frijoles negros. Eso sí duele cuando se va pa’ arriba, mándale.
Y claro, ahí entra la Ministra de Economía a soltar que esto es “un impacto directo en la canasta básica”. Tiene razón, nadie discute eso. El arroz es fundamental, indispensable, la base de la alimentación de muchos hogares acá en Costa Rica. Imagínate la bronca que causa cuando se te va el presupuesto por culpa del aumento del arroz… ¡qué torta!
Pero, ¿qué onda con toda esta historia? Según el Gobierno, la bajada se debe a un montón de cosas: cambios en la política de precios, más competencia en el mercado, y condiciones internacionales favorables. Suenan bien, eh, hasta poético. Como si hubieran descubierto la fórmula secreta para mantener el arroz barato. Pero siempre hay un pero, ¿verdad, mae?
Porque resulta que los productores de arroz no están precisamente contentos con todo esto. Algunos advierten que estas rebajas podrían afectar la producción nacional, echar por tierra el trabajo de los agricultores y poner en peligro la sostenibilidad del sector. Ya saben cómo es, el negocio siempre tiene dos lados. Uno es el del gobierno que quiere aparentar y el otro es el de los que realmente laburan la tierra.
Ahora, no nos malentiendan. Un arroz más barato siempre es bienvenido, especialmente en tiempos de crisis económica como los que estamos viviendo. La carga de la vida anda por las nubes, y cualquier ayuda, por pequeña que sea, es un respiro. Pero también hay que estar ojo avizor, analizarlo todo con calma y no dejarnos llevar por la propaganda gubernamental, ey.
Y es que la verdad, esta jugada del arroz me huele a campaña electoral. Con elecciones acercándose, quién sabe si no estarán buscando congraciarse con el pueblo bajando precios de productos básicos. No digo que sea malo, pero habría que estar pendientes de qué pasa con el sector arrocero a largo plazo. Que no les dé por subirlo otra vez cuando ya estemos votando, diay. Sería un despiche monumental.
En fin, el arroz sigue siendo el rey de nuestra mesa y su precio, como siempre, será objeto de debate. Ahora, dime tú, ¿crees que esta bajada del arroz es un verdadero alivio económico o simplemente una estrategia política para ganar votos? Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas sobre este brete que nos afecta a todos, mae!