¡Ay, patojo! Qué papelón se dieron los diputados ayer en la Asamblea. Pensaban que sí, que esta vez le sacaban el puesto al Presidente Chaves, pero ¡diay!, otra vez se les fue el brete. Ya van dos intentos fallidos en menos de seis meses, y parece que este tema de la inmunidad presidencial se ha convertido en un circo más grande que el Festival de la Luz.
Como si fuera novedad, la moción impulsada por la oposición quedó varada con 35 votos a favor, justo tres cortos del número mágico de 38 que necesitaban para poder siquiera abrirle paso a algún proceso judicial. Se veía venir desde lejos, ¿eh? Todos esos discursos grandilocuentes, promesas de transparencia, y al final, la misma cantina. Parecía que estaban tratando de jalarse una torta a propósito, buscando protagonismo sin tener el respaldo real.
Y ni hablar de las bancadas que se pusieron firmes como rocas para defender al Presidente. Nueva República, Progreso Social Democrático y hasta algunos diputados del PUSC, todos juntitos, haciendo pared para evitar que el asunto llegara a mayores. Dicen que tienen sus razones, algunas más nobles que otras, pero bueno, eso es política, ¿no?
La sesión estuvo cargada de tensión, pa’ que te quede claro. Los ánimos se fueron subiendo conforme pasaban las horas, y los debates se tornaron más acalorados que gallina en feria. Acusaciones volando de un lado a otro, reproches, señalamientos… parecía que estaban peleando por el último pedazo de pan.
Rocío Alfaro, del Frente Amplio, soltó unas verdades que hicieron temblar paredes. Cuestionó a los que votaron en contra, insinuando que tenían intereses turbios, buscando favores para el futuro dentro del gobierno. ¡Uy, vaya! Eso encendió las alarmas y provocó un intercambio de palabras bastante intenso.
Leslye Bojorges, del PUSC, no se quedó atrás y le respondió con toda. Sacó a relucir viejos fantasmas del PLN, acusándolos de proteger a figuras corruptas del pasado, haciendo referencia directa al caso de Don José María Figueres. ¡Qué sal! Lo hizo explotar al PLN, dejaron ver que todavía les duele el tema.
Fabricio Alvarado, jefe de Nueva República, tampoco quiso quedarse callado y arremetió contra algunos legisladores, diciendo que parecían carecer de criterio y principios para tomar decisiones tan importantes. Que se revisaran bien las papayas antes de votar, vaya. Pero bueno, cada quien dice lo suyo, ¿no?
En fin, la cosa quedó así: el Presidente Chaves conserva su inmunidad, por ahora, pero la bola sigue rodando. Este episodio nos demuestra que la polarización política en Costa Rica sigue siendo un problema grave, que el oficialismo tiene sus cartas bajo la manga, y que la oposición necesita urgentemente encontrar la manera de unir fuerzas y traducirlas en resultados concretos. ¿Será que la próxima vez lograrán darle vuelta a la tortilla, o esto seguirá siendo un eterno tira y afloja? ¿Creen que el Presidente debería renunciar voluntariamente para aclarar su nombre y evitar más controversias?
Como si fuera novedad, la moción impulsada por la oposición quedó varada con 35 votos a favor, justo tres cortos del número mágico de 38 que necesitaban para poder siquiera abrirle paso a algún proceso judicial. Se veía venir desde lejos, ¿eh? Todos esos discursos grandilocuentes, promesas de transparencia, y al final, la misma cantina. Parecía que estaban tratando de jalarse una torta a propósito, buscando protagonismo sin tener el respaldo real.
Y ni hablar de las bancadas que se pusieron firmes como rocas para defender al Presidente. Nueva República, Progreso Social Democrático y hasta algunos diputados del PUSC, todos juntitos, haciendo pared para evitar que el asunto llegara a mayores. Dicen que tienen sus razones, algunas más nobles que otras, pero bueno, eso es política, ¿no?
La sesión estuvo cargada de tensión, pa’ que te quede claro. Los ánimos se fueron subiendo conforme pasaban las horas, y los debates se tornaron más acalorados que gallina en feria. Acusaciones volando de un lado a otro, reproches, señalamientos… parecía que estaban peleando por el último pedazo de pan.
Rocío Alfaro, del Frente Amplio, soltó unas verdades que hicieron temblar paredes. Cuestionó a los que votaron en contra, insinuando que tenían intereses turbios, buscando favores para el futuro dentro del gobierno. ¡Uy, vaya! Eso encendió las alarmas y provocó un intercambio de palabras bastante intenso.
Leslye Bojorges, del PUSC, no se quedó atrás y le respondió con toda. Sacó a relucir viejos fantasmas del PLN, acusándolos de proteger a figuras corruptas del pasado, haciendo referencia directa al caso de Don José María Figueres. ¡Qué sal! Lo hizo explotar al PLN, dejaron ver que todavía les duele el tema.
Fabricio Alvarado, jefe de Nueva República, tampoco quiso quedarse callado y arremetió contra algunos legisladores, diciendo que parecían carecer de criterio y principios para tomar decisiones tan importantes. Que se revisaran bien las papayas antes de votar, vaya. Pero bueno, cada quien dice lo suyo, ¿no?
En fin, la cosa quedó así: el Presidente Chaves conserva su inmunidad, por ahora, pero la bola sigue rodando. Este episodio nos demuestra que la polarización política en Costa Rica sigue siendo un problema grave, que el oficialismo tiene sus cartas bajo la manga, y que la oposición necesita urgentemente encontrar la manera de unir fuerzas y traducirlas en resultados concretos. ¿Será que la próxima vez lograrán darle vuelta a la tortilla, o esto seguirá siendo un eterno tira y afloja? ¿Creen que el Presidente debería renunciar voluntariamente para aclarar su nombre y evitar más controversias?
