¡Pero qué vaina, raza! Resulta que el proyecto del tren eléctrico, ese que tanto nos prometieron pa’ quitarle presión al tráfico, ha sufrido un cambiacito que nos deja más que picados. El Incofer, esos señores del ferrocarril, decidieron eliminar diez pasos a desnivel que estaban planeados tanto pa’ Alajuela como pa’ Cartago. ¡Diez, diay! Como si fuera pan comido que eso no nos vaya a traer problemas.
La jugada es la siguiente: recuerden que al principio hablaban de 29 cruces que necesitaban ser desnivelados para que el tren no se quedara atascado esperando a que pase un camión o una moto. Luego, el MOPT añadió nuevecitos, haciendo un total de 29. Después, la administración actual quiso agregar dos más, argumentando que aunque no parecían tan críticos, podían causar atascos pesados. ¡Un lío, mae! Al final, terminaron con 18 cruces definidos para esas dos rutas, pero ahora, sorpresa, redujeron la lista a solo ocho pasos a desnivel.
Y acá viene la bronca: esto significa que, en varios puntos de la vía, el tren va a seguir compartiendo espacio con carros, bicicletas y peatones. Imaginen la escena: el tren silbando, los carros frenando, el tráfico atorado… ¡Una torta! Y ni hablar del riesgo de accidentes, porque con la prisa que tenemos los conductores hoy en día, cualquier cosa puede pasar. Por si fuera poco, ahora el tren andará a menos frecuencia, de cada 5 minutos a cada 10 durante las horas pico. ¿Se imaginan cómo estará el brete?
Según expertos, como Jonathan Acuña de la UCR, esta decisión pudo haberse tomado por motivos económicos. Claro, construir un paso a desnivel cuesta una fortuna – hablamos de millones de dólares – pero también hay que considerar el impacto a largo plazo. Guillermo Carazo del CFIA opina que es una primera etapa, pero espera que eventualmente se complete la lista original. ¡Eso esperamos nosotros también, porque esta vaina no pinta bien!
Lo que más preocupa es que algunos de los cruces que fueron descartados eran bastante problemáticos. Piensen en el hospital de Alajuela, la Basílica de Los Ángeles, el INVU Las Cañas... Lugares con mucho movimiento y donde la seguridad es primordial. Ahora, esos puntos tendrán que lidiar con el tren cruzando a nivel, lo que aumenta significativamente el riesgo de incidentes. Además, parece que hay cierto favoritismo por ciertas áreas, dejando atrás necesidades más urgentes.
Al parecer, la justificación oficial es que algunos de estos cruces presentan “efectos indeseables” e incluso afectan la imagen urbana de lugares emblemáticos como la Basílica. Según el estudio, el espacio disponible para un paso a desnivel allí es “insuficiente”, y además podría haber una “afección a la imagen urbana”. ¡Pero claro, es más fácil evitar el problema a como dé lugar antes que invertir en una solución adecuada!
Ahora bien, en algunos lugares sí se planean soluciones creativas. En la Universidad Latina, Hispanoamericana y otros puntos estratégicos se construirá un viaducto ferroviario; en Plaza Víquez y la Antigua Aduana, el viaducto será viario, es decir, el paso de los vehículos se desnivelará. Y en Calle Blancos, pensarán en excavar un túnel tipo cut & cover, que es como cavar un pozo desde arriba y luego taparlo. ¡A ver si con esas medidas logramos aliviar un poquito el tráfico!
Con todo este panorama, no podemos evitar preguntarnos: ¿Estamos sacrificando la eficiencia y seguridad del sistema ferroviario por ahorrar unos cuantos millones de colones? ¿Será que estamos condenados a vivir con un tren que apenas logra cumplir su función y sigue generando congestionamiento en nuestras calles? ¿Ustedes creen que deberían haber completado la lista original de pasos a desnivel o era un gasto innecesario considerando las restricciones económicas actuales?
La jugada es la siguiente: recuerden que al principio hablaban de 29 cruces que necesitaban ser desnivelados para que el tren no se quedara atascado esperando a que pase un camión o una moto. Luego, el MOPT añadió nuevecitos, haciendo un total de 29. Después, la administración actual quiso agregar dos más, argumentando que aunque no parecían tan críticos, podían causar atascos pesados. ¡Un lío, mae! Al final, terminaron con 18 cruces definidos para esas dos rutas, pero ahora, sorpresa, redujeron la lista a solo ocho pasos a desnivel.
Y acá viene la bronca: esto significa que, en varios puntos de la vía, el tren va a seguir compartiendo espacio con carros, bicicletas y peatones. Imaginen la escena: el tren silbando, los carros frenando, el tráfico atorado… ¡Una torta! Y ni hablar del riesgo de accidentes, porque con la prisa que tenemos los conductores hoy en día, cualquier cosa puede pasar. Por si fuera poco, ahora el tren andará a menos frecuencia, de cada 5 minutos a cada 10 durante las horas pico. ¿Se imaginan cómo estará el brete?
Según expertos, como Jonathan Acuña de la UCR, esta decisión pudo haberse tomado por motivos económicos. Claro, construir un paso a desnivel cuesta una fortuna – hablamos de millones de dólares – pero también hay que considerar el impacto a largo plazo. Guillermo Carazo del CFIA opina que es una primera etapa, pero espera que eventualmente se complete la lista original. ¡Eso esperamos nosotros también, porque esta vaina no pinta bien!
Lo que más preocupa es que algunos de los cruces que fueron descartados eran bastante problemáticos. Piensen en el hospital de Alajuela, la Basílica de Los Ángeles, el INVU Las Cañas... Lugares con mucho movimiento y donde la seguridad es primordial. Ahora, esos puntos tendrán que lidiar con el tren cruzando a nivel, lo que aumenta significativamente el riesgo de incidentes. Además, parece que hay cierto favoritismo por ciertas áreas, dejando atrás necesidades más urgentes.
Al parecer, la justificación oficial es que algunos de estos cruces presentan “efectos indeseables” e incluso afectan la imagen urbana de lugares emblemáticos como la Basílica. Según el estudio, el espacio disponible para un paso a desnivel allí es “insuficiente”, y además podría haber una “afección a la imagen urbana”. ¡Pero claro, es más fácil evitar el problema a como dé lugar antes que invertir en una solución adecuada!
Ahora bien, en algunos lugares sí se planean soluciones creativas. En la Universidad Latina, Hispanoamericana y otros puntos estratégicos se construirá un viaducto ferroviario; en Plaza Víquez y la Antigua Aduana, el viaducto será viario, es decir, el paso de los vehículos se desnivelará. Y en Calle Blancos, pensarán en excavar un túnel tipo cut & cover, que es como cavar un pozo desde arriba y luego taparlo. ¡A ver si con esas medidas logramos aliviar un poquito el tráfico!
Con todo este panorama, no podemos evitar preguntarnos: ¿Estamos sacrificando la eficiencia y seguridad del sistema ferroviario por ahorrar unos cuantos millones de colones? ¿Será que estamos condenados a vivir con un tren que apenas logra cumplir su función y sigue generando congestionamiento en nuestras calles? ¿Ustedes creen que deberían haber completado la lista original de pasos a desnivel o era un gasto innecesario considerando las restricciones económicas actuales?