¡Pero qué bronca, raza! La diputada Sofía Guillén, conocida por su lengua viperina y su defensa a ultranza de lo que ella considera correcto, soltó la bomba en redes sociales el jueves pasado. Resulta que recibió ataques feroces, según ella, por parte de unos ‘chavistas’ que no le perdonaron ni siquiera opinar siendo madre. ¡Imagínate la cosa!
La polémica legisladora, siempre activa en Twitter (ahora X, cómo sea), no tardó en responder a esos comentarios, aunque prometió hacerlo solo una vez. Lo hizo, eso sí, con una sonrisa, asegurando que esto no es más que el intento número mil de silenciarla por tener un bebé y, encima, darle su opinión sobre temas políticos. Dijo textualmente: “Sí, yo amamanto y a la vez opino. Materno y cuestiono. Cuido y levanto la voz… porque ahora tengo una razón más para luchar y no me da la gana cerrar la boca”. ¡Menos mal que se desahogó, señora!
Pero eso no es todo, porque mientras estaba lidiando con estos ataques virtuales, Guillén aprovechó para lanzar una pulla directa al presidente Rodrigo Chaves, a quien acusó de estar peleándose con prácticamente todos los sectores del país. Parece que a Don Rodri no le cae nadie últimamente, ¡qué pena ajena!
Para respaldar su argumento, la diputada enumeró una lista impresionante de las personas e instituciones con las que el presidente ha tenido roces en los últimos tres años. ¡Prepárense para tomar nota, porque la lista es larga! Empezando por la Asamblea Legislativa, pasando por el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Contraloría General de la República, las universidades públicas, los sindicatos, los medios de comunicación, los agricultores, el Programa Estado de la Nación, cuidadores de enfermos, estudiantes de secundaria, sectores ambientales, movimientos de mujeres, colectivos LGBT+, médicos especialistas, ganaderos, representaciones diplomáticas... ¡y ahora la Iglesia Católica!
“Ya ni en OPA lo quieren,” añadió Guillén con sorna, haciendo referencia a la Organización de Países Americanos. “Es hora de revisarse, señor Presidente. El problema es usted,” sentenció, dejando caer implícitamente que el mandatario necesita urgentemente un espejo y quizás un buen psicólogo.
Muchos analistas políticos han comentado que la actitud de Chaves ha generado una polarización extrema en el país, donde difícilmente hay espacio para el diálogo o el consenso. Sus constantes críticas a las instituciones y a sus opositores han levantado ampollas y han contribuido a crear un ambiente de tensión constante. Algunos incluso sugieren que su estilo autocrático recuerda a regímenes autoritarios, lo cual, obviamente, no es precisamente un cumplido.
Ahora bien, volviendo a la controversia de Guillén, muchos se preguntan si estos ataques en redes sociales forman parte de una estrategia política para desprestigiar al gobierno o simplemente son el resultado de una disputa personal. Independientemente de la motivación, lo cierto es que la situación refleja una creciente hostilidad en el debate público, donde la tolerancia y el respeto parecen haberse ido al traste.
Sin embargo, la pregunta que nos queda es: ¿Hasta dónde llegará la escalada de tensiones entre el poder ejecutivo y otros actores clave del país? ¿Logrará el presidente Chaves construir puentes de diálogo o continuará sumiendo a Costa Rica en un clima de confrontación permanente? ¡Dime, qué piensas tú sobre esta situación! ¿Crees que el presidente debería moderar su discurso y buscar consensos, o consideras que está defendiendo legítimamente sus ideas frente a una oposición cerrada?
La polémica legisladora, siempre activa en Twitter (ahora X, cómo sea), no tardó en responder a esos comentarios, aunque prometió hacerlo solo una vez. Lo hizo, eso sí, con una sonrisa, asegurando que esto no es más que el intento número mil de silenciarla por tener un bebé y, encima, darle su opinión sobre temas políticos. Dijo textualmente: “Sí, yo amamanto y a la vez opino. Materno y cuestiono. Cuido y levanto la voz… porque ahora tengo una razón más para luchar y no me da la gana cerrar la boca”. ¡Menos mal que se desahogó, señora!
Pero eso no es todo, porque mientras estaba lidiando con estos ataques virtuales, Guillén aprovechó para lanzar una pulla directa al presidente Rodrigo Chaves, a quien acusó de estar peleándose con prácticamente todos los sectores del país. Parece que a Don Rodri no le cae nadie últimamente, ¡qué pena ajena!
Para respaldar su argumento, la diputada enumeró una lista impresionante de las personas e instituciones con las que el presidente ha tenido roces en los últimos tres años. ¡Prepárense para tomar nota, porque la lista es larga! Empezando por la Asamblea Legislativa, pasando por el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Contraloría General de la República, las universidades públicas, los sindicatos, los medios de comunicación, los agricultores, el Programa Estado de la Nación, cuidadores de enfermos, estudiantes de secundaria, sectores ambientales, movimientos de mujeres, colectivos LGBT+, médicos especialistas, ganaderos, representaciones diplomáticas... ¡y ahora la Iglesia Católica!
“Ya ni en OPA lo quieren,” añadió Guillén con sorna, haciendo referencia a la Organización de Países Americanos. “Es hora de revisarse, señor Presidente. El problema es usted,” sentenció, dejando caer implícitamente que el mandatario necesita urgentemente un espejo y quizás un buen psicólogo.
Muchos analistas políticos han comentado que la actitud de Chaves ha generado una polarización extrema en el país, donde difícilmente hay espacio para el diálogo o el consenso. Sus constantes críticas a las instituciones y a sus opositores han levantado ampollas y han contribuido a crear un ambiente de tensión constante. Algunos incluso sugieren que su estilo autocrático recuerda a regímenes autoritarios, lo cual, obviamente, no es precisamente un cumplido.
Ahora bien, volviendo a la controversia de Guillén, muchos se preguntan si estos ataques en redes sociales forman parte de una estrategia política para desprestigiar al gobierno o simplemente son el resultado de una disputa personal. Independientemente de la motivación, lo cierto es que la situación refleja una creciente hostilidad en el debate público, donde la tolerancia y el respeto parecen haberse ido al traste.
Sin embargo, la pregunta que nos queda es: ¿Hasta dónde llegará la escalada de tensiones entre el poder ejecutivo y otros actores clave del país? ¿Logrará el presidente Chaves construir puentes de diálogo o continuará sumiendo a Costa Rica en un clima de confrontación permanente? ¡Dime, qué piensas tú sobre esta situación! ¿Crees que el presidente debería moderar su discurso y buscar consensos, o consideras que está defendiendo legítimamente sus ideas frente a una oposición cerrada?