¡Ay, Dios mío! Parece que en el Banco Nacional anduvieron haciendo cositas raras detrás de bambalinas. La junta directiva, esa sí que le está metiendo turbo, levantó la confidencialidad de varios acuerdos turbios firmados por exdirectores nombrados durante la gestión de aquel Rodrigo Chaves. Esto promete bronca, mándale!
Según Marvin Arias, el actual presidente del BN, desde hace una semanita han estado revisando estos acuerdos que quedaron escondidos bajo siete llaves. Resulta que esos exdirectores, que terminaron siendo echados por la Corte, se encargaron de declarar confidencial un montón de cosas – ¡ciento cuarenta y un artículos!, pa' que se hagan una idea. Imagínate la torta que debió ser eso.
Lo primero que sacaron a la luz fue un contrato para “reestructurar” el banco. ¿Para qué?, se preguntan algunos. Arias, directo al grano, dice que “lógicamente no procede”, así que lo revocaron sin pensarlo dos veces. Eso demuestra que la nueva directiva no anda jugando con el fuego y quiere ponerle orden a la casa, aunque eso implique remover los trastos viejos y polvorientos.
Pero eso no es todo, chunches. También encontraron pagos de dietas en comités del banco, que pareciera que iban pa' otro lado, y nombramientos de fiscales por parte del mismísimo Poder Ejecutivo en algunas de las empresas subsidiarias del BN. Un brete de situaciones que estaban ahí, aguardando a que alguien las descubriera. ¡Qué sal!
Y para colmo, encontraron un documento llamado “addendum a la constatación de experiencia de los miembros de la Junta Directiva General”. Este papelito, que Max Alvaresito Ramírez, el expresidente, mandó a guardar bajo llave, supuestamente probaba la experiencia de esos directores. Pero la Sugef dijo '¡no tanto!' y determinó que cuatro de ellos no cumplían con los requisitos necesarios para estar ahí. ¡Menuda vara!
¿Pero cuál era el truco? Según Alvarecito, el documento tenía información “estratégica de uso restringido”. Dice que siempre se recomienda declararlos confidenciales porque... pues porque son estratégicos, claro. El asesor legal, como siempre, dando el visto bueno para esconder información. Ay, ay, ay… parece que siempre hay alguien tratando de tapar el sol con un dedo.
Ahora bien, la sala constitucional nos salvó el pellejo, reinstalando a la junta directiva luego de echar abajo la destitución que había ordenado Chaves. Así que digamos que estamos viendo cómo se desenreda esto poco a poco. Queda mucho por revisar, dicen, y Arias adelanta que seguirán analizando las acciones de los exdirectores. Confiemos en que limpien bien el gallineros, porque necesitamos un BN transparente y funcionando al cien por ciento.
Todo este circo nos lleva a preguntarnos: ¿Es esta una limpieza necesaria para recuperar la confianza en el Banco Nacional, o simplemente un desmadre administrativo que distrae de problemas más urgentes? ¿Deberían investigar más a fondo las motivaciones detrás de estas decisiones confideniales? ¡Déjanos saber tu opinión en los comentarios!
Según Marvin Arias, el actual presidente del BN, desde hace una semanita han estado revisando estos acuerdos que quedaron escondidos bajo siete llaves. Resulta que esos exdirectores, que terminaron siendo echados por la Corte, se encargaron de declarar confidencial un montón de cosas – ¡ciento cuarenta y un artículos!, pa' que se hagan una idea. Imagínate la torta que debió ser eso.
Lo primero que sacaron a la luz fue un contrato para “reestructurar” el banco. ¿Para qué?, se preguntan algunos. Arias, directo al grano, dice que “lógicamente no procede”, así que lo revocaron sin pensarlo dos veces. Eso demuestra que la nueva directiva no anda jugando con el fuego y quiere ponerle orden a la casa, aunque eso implique remover los trastos viejos y polvorientos.
Pero eso no es todo, chunches. También encontraron pagos de dietas en comités del banco, que pareciera que iban pa' otro lado, y nombramientos de fiscales por parte del mismísimo Poder Ejecutivo en algunas de las empresas subsidiarias del BN. Un brete de situaciones que estaban ahí, aguardando a que alguien las descubriera. ¡Qué sal!
Y para colmo, encontraron un documento llamado “addendum a la constatación de experiencia de los miembros de la Junta Directiva General”. Este papelito, que Max Alvaresito Ramírez, el expresidente, mandó a guardar bajo llave, supuestamente probaba la experiencia de esos directores. Pero la Sugef dijo '¡no tanto!' y determinó que cuatro de ellos no cumplían con los requisitos necesarios para estar ahí. ¡Menuda vara!
¿Pero cuál era el truco? Según Alvarecito, el documento tenía información “estratégica de uso restringido”. Dice que siempre se recomienda declararlos confidenciales porque... pues porque son estratégicos, claro. El asesor legal, como siempre, dando el visto bueno para esconder información. Ay, ay, ay… parece que siempre hay alguien tratando de tapar el sol con un dedo.
Ahora bien, la sala constitucional nos salvó el pellejo, reinstalando a la junta directiva luego de echar abajo la destitución que había ordenado Chaves. Así que digamos que estamos viendo cómo se desenreda esto poco a poco. Queda mucho por revisar, dicen, y Arias adelanta que seguirán analizando las acciones de los exdirectores. Confiemos en que limpien bien el gallineros, porque necesitamos un BN transparente y funcionando al cien por ciento.
Todo este circo nos lleva a preguntarnos: ¿Es esta una limpieza necesaria para recuperar la confianza en el Banco Nacional, o simplemente un desmadre administrativo que distrae de problemas más urgentes? ¿Deberían investigar más a fondo las motivaciones detrás de estas decisiones confideniales? ¡Déjanos saber tu opinión en los comentarios!
