¡Aguante! La inteligencia artificial anda dando de qué hablar últimamente, y no precisamente por inventar recetas de gallo pinto súper creativas. Estamos hablando de billetes verdes volando por ahí a ritmo de marimba, con inversionistas metiéndose de cabeza en este brete de la IA. ¿Será que estamos a punto de estallarle una torta monumental a este mercado? La encargada de operaciones de OpenAI, Fidji Simo, echó humo en una entrevista reciente, asegurando que esto no es más que el inicio de una “nueva realidad”.
Simo, en una conversación con la AFP, salió a defender las jugosas inversiones que se están viendo en infraestructura de IA, argumentando que la demanda de los usuarios está explotando a niveles nunca vistos. Según ella, la verdadera carencia que tenemos ahora mismo no es dinero, sino potencia de cálculo para procesar toda esa información que la gente necesita. “Estamos desesperados por poder calcular”, afirmó, descartando rotundamente que estemos frente a una burbuja inflada sin fundamentos sólidos.
Y vaya que hay argumentos interesantes detrás de su postura. Simo pinta un panorama donde la IA es la herramienta definitiva para el progreso humano. Desde ahorrar tiempo hasta democratizar el acceso a la educación y, lo más emocionante para algunos, dar consejos financieros personalizados (ojo con eso, ¡siempre verificar con un asesor!). Piensa que te da la posibilidad de tener un tutor personal disponible las 24 horas, los 7 días de la semana. Imagínate, churri, eso sí que es chiva.
Pero claro, no todo color de rosa. Con tanta tecnología avanzando a pasos agigantados, las preocupaciones son legítimas. ¿Qué pasa con la salud mental? Ahí Simo reconoció que ChatGPT ha servido como confidente para muchas personas en momentos difíciles, pero enfatizó la necesidad urgente de garantizar que el modelo se comporte como se espera. “Nuestro roadmap es sólido,” aseguró, mencionando medidas como el control parental y la detección de la edad para adaptar el contenido a adolescentes, evitando que tengan acceso a respuestas inadecuadas. ¡Eso sí que es estar pendiente!
Otro tema candente es el impacto en el empleo. Aquí, Simo señaló que la IA también generará nuevos puestos de trabajo, como el de “ingeniero de prompts” (sí, existe y parece que le pagan bien). Aunque algunas profesiones podrían verse afectadas, OpenAI está ofreciendo certificaciones en IA y una plataforma de empleo para facilitar la transición laboral. "Vamos a ayudar a la gente a adaptarse a este nuevo mundo", sentenció, mostrando un compromiso social que merece aplausos.
La presentación de Sora 2, la herramienta que permite generar videos cortos a partir de texto, causó revuelo. Algunos se preguntaron, ¿para qué tantos videos divertidos si todavía no hemos encontrado la cura para el cáncer? Simo respondió con convicción: “Yo me uní a OpenAI en gran parte porque creo firmemente que la tecnología nos ayudará a curar todas las enfermedades.” Además, añadió que estas innovaciones gráficas pueden alimentar otras tecnologías cruciales, y que, además, entretener a la gente es fundamental en el camino hacia metas más ambiciosas. ¡Que si le van a echar crítica, que busquen otra vara!
Más allá de Costa Rica, Simo hizo referencia a la eterna discusión entre Estados Unidos, China y Europa sobre quién lidera la innovación tecnológica. Lamentó la tendencia europea a centrarse excesivamente en la regulación, aunque reconoció que está cambiando gracias a líderes como Emmanuel Macron. En cuanto a China, destacó la importancia de mantenerse competitivo y de invertir en el bloque democrático para asegurar que la IA se desarrolle con valores como la libertad y la transparencia. ¡Nosotros somos pura democracia, mi clave!
Para cerrar con broche de oro, Simo compartió cómo deja usar ChatGPT a su propia hija de 10 años, siempre bajo su supervisión. Según ella, es asombroso ver cómo la niña utiliza la IA para crear proyectos y desarrollar su imaginación. “Cuando éramos niños, no podíamos materializar nuestra imaginación tan rápido. Es como un superpoder”, concluyó. Ahora, dejando de lado la tecnociencia por un momento: ¿Ustedes creen que deberíamos regular más estrictamente el uso de la IA, o confiamos en que las empresas como OpenAI harán lo correcto para proteger a la sociedad?
Simo, en una conversación con la AFP, salió a defender las jugosas inversiones que se están viendo en infraestructura de IA, argumentando que la demanda de los usuarios está explotando a niveles nunca vistos. Según ella, la verdadera carencia que tenemos ahora mismo no es dinero, sino potencia de cálculo para procesar toda esa información que la gente necesita. “Estamos desesperados por poder calcular”, afirmó, descartando rotundamente que estemos frente a una burbuja inflada sin fundamentos sólidos.
Y vaya que hay argumentos interesantes detrás de su postura. Simo pinta un panorama donde la IA es la herramienta definitiva para el progreso humano. Desde ahorrar tiempo hasta democratizar el acceso a la educación y, lo más emocionante para algunos, dar consejos financieros personalizados (ojo con eso, ¡siempre verificar con un asesor!). Piensa que te da la posibilidad de tener un tutor personal disponible las 24 horas, los 7 días de la semana. Imagínate, churri, eso sí que es chiva.
Pero claro, no todo color de rosa. Con tanta tecnología avanzando a pasos agigantados, las preocupaciones son legítimas. ¿Qué pasa con la salud mental? Ahí Simo reconoció que ChatGPT ha servido como confidente para muchas personas en momentos difíciles, pero enfatizó la necesidad urgente de garantizar que el modelo se comporte como se espera. “Nuestro roadmap es sólido,” aseguró, mencionando medidas como el control parental y la detección de la edad para adaptar el contenido a adolescentes, evitando que tengan acceso a respuestas inadecuadas. ¡Eso sí que es estar pendiente!
Otro tema candente es el impacto en el empleo. Aquí, Simo señaló que la IA también generará nuevos puestos de trabajo, como el de “ingeniero de prompts” (sí, existe y parece que le pagan bien). Aunque algunas profesiones podrían verse afectadas, OpenAI está ofreciendo certificaciones en IA y una plataforma de empleo para facilitar la transición laboral. "Vamos a ayudar a la gente a adaptarse a este nuevo mundo", sentenció, mostrando un compromiso social que merece aplausos.
La presentación de Sora 2, la herramienta que permite generar videos cortos a partir de texto, causó revuelo. Algunos se preguntaron, ¿para qué tantos videos divertidos si todavía no hemos encontrado la cura para el cáncer? Simo respondió con convicción: “Yo me uní a OpenAI en gran parte porque creo firmemente que la tecnología nos ayudará a curar todas las enfermedades.” Además, añadió que estas innovaciones gráficas pueden alimentar otras tecnologías cruciales, y que, además, entretener a la gente es fundamental en el camino hacia metas más ambiciosas. ¡Que si le van a echar crítica, que busquen otra vara!
Más allá de Costa Rica, Simo hizo referencia a la eterna discusión entre Estados Unidos, China y Europa sobre quién lidera la innovación tecnológica. Lamentó la tendencia europea a centrarse excesivamente en la regulación, aunque reconoció que está cambiando gracias a líderes como Emmanuel Macron. En cuanto a China, destacó la importancia de mantenerse competitivo y de invertir en el bloque democrático para asegurar que la IA se desarrolle con valores como la libertad y la transparencia. ¡Nosotros somos pura democracia, mi clave!
Para cerrar con broche de oro, Simo compartió cómo deja usar ChatGPT a su propia hija de 10 años, siempre bajo su supervisión. Según ella, es asombroso ver cómo la niña utiliza la IA para crear proyectos y desarrollar su imaginación. “Cuando éramos niños, no podíamos materializar nuestra imaginación tan rápido. Es como un superpoder”, concluyó. Ahora, dejando de lado la tecnociencia por un momento: ¿Ustedes creen que deberíamos regular más estrictamente el uso de la IA, o confiamos en que las empresas como OpenAI harán lo correcto para proteger a la sociedad?