La desesperación sigue palpable en Purral de Goicoechea, pero la Cruz Roja no se anda con rodeos: han echado el colmillo con renovadas energías en la búsqueda de Leandro Mangas, el nene de cinco años que desapareció hace ya casi una semana. Después de días de intensas búsquedas y esperanza menguante, parece que están dando un giro importante a la operación, metiendo toda la carne al asador para traerlo de vuelta a casa.
Luis Rodríguez Estrada, el coordinador operativo de la Cruz Roja, nos explicó que se replanteó todo desde cero. No es que antes estuvieran haciendo cosas mal, sino que ahora quieren afinar la búsqueda con tecnología punta y unidades especializadas. Han puesto puestos de vigilancia con drones en la represa de Santa Ana y otra en Chucás, cerca de Atenas, para cubrir una zona mucho más amplia de lo que habían previsto inicialmente. Parece que el río no quiere soltarlo fácilmente.
Además de los drones, mandarán un equipo a revisar a fondo el área conocida como ‘playón’ en Pedregal, y otro grupo especializado va a inspeccionar puentes específicos en la zona. Esto demuestra que no están dejando piedra sin mover. También tienen un carro de respuesta rápida listo para salir disparado si reciben alguna señal positiva. Ya saben, buscar un nene en medio de este territorio es como buscar una aguja en un pajar, pero ellos van con todo.
La mamá de Leandro, Lourdes Mangas, nos relató cómo fue el momento exacto en que su hijoito desapareció. Estaban caminando bajo una lluvia torrencial, tratando de llevar a cinco niños –sus tres hijos y dos sobrinos– junto con varias bolsas y un chunche que no dejaba de enredarse en su pelo. Dice que estaban agarrados de la mano, tratando de cruzar la calle, cuando de pronto, el pie de Leandro se resbaló en un caño lleno de agua, y él simplemente se hundió, siendo arrastrado por la corriente con una velocidad impresionante. ¡Imagínense la impresión!
“Yo traté de alcanzarlo, mae, pero el agua era muy fuerte. Se fue directo a la cuneta y luego a la alcantarilla”, nos dijo con la voz quebrada. La historia es desgarradora, y la impotencia de la madre es palpable. Los vecinos comentan que la alcantarilla estaba rebosando de agua, lo que hizo prácticamente imposible cualquier intento de rescate inmediato. Desde entonces, la familia vive con el corazón en la boca, aferrándose a la esperanza de un milagro.
Israel Mangas, el tío de Leandro, quien se encuentra en Estados Unidos, expresó su preocupación y pidió a todas las personas involucradas que “hagan todo lo posible” para encontrar a su sobrino. Encontraron su capa en un río cercano, lo cual da algunas pistas sobre la dirección que tomó la corriente, aunque también aumenta el temor de que esté demasiado lejos. El hallazgo de la ropa golpeó duro a la familia, reafirmando que necesitan que lo encuentren sano y salvo.
Lourdes Mangas asegura que desde el accidente no ha podido pegar ojo ni un segundo. Está destrozada, y comprensiblemente, necesita apoyo psicológico tanto ella como su familia. El impacto emocional de perder a un hijo es inimaginable, y es crucial que reciban la ayuda necesaria para afrontar esta terrible situación. Este brete les ha pegado fuerte a todos, qué pena.
Con cada hora que pasa, la búsqueda se vuelve más compleja, pero la determinación de la Cruz Roja y el cariño de la comunidad siguen intactos. ¿Creen ustedes que la tecnología moderna, como los drones, será clave para encontrar a Leandro o creen que los esfuerzos se deben centrar en batidas terrestres y testimonios de los vecinos?
Luis Rodríguez Estrada, el coordinador operativo de la Cruz Roja, nos explicó que se replanteó todo desde cero. No es que antes estuvieran haciendo cosas mal, sino que ahora quieren afinar la búsqueda con tecnología punta y unidades especializadas. Han puesto puestos de vigilancia con drones en la represa de Santa Ana y otra en Chucás, cerca de Atenas, para cubrir una zona mucho más amplia de lo que habían previsto inicialmente. Parece que el río no quiere soltarlo fácilmente.
Además de los drones, mandarán un equipo a revisar a fondo el área conocida como ‘playón’ en Pedregal, y otro grupo especializado va a inspeccionar puentes específicos en la zona. Esto demuestra que no están dejando piedra sin mover. También tienen un carro de respuesta rápida listo para salir disparado si reciben alguna señal positiva. Ya saben, buscar un nene en medio de este territorio es como buscar una aguja en un pajar, pero ellos van con todo.
La mamá de Leandro, Lourdes Mangas, nos relató cómo fue el momento exacto en que su hijoito desapareció. Estaban caminando bajo una lluvia torrencial, tratando de llevar a cinco niños –sus tres hijos y dos sobrinos– junto con varias bolsas y un chunche que no dejaba de enredarse en su pelo. Dice que estaban agarrados de la mano, tratando de cruzar la calle, cuando de pronto, el pie de Leandro se resbaló en un caño lleno de agua, y él simplemente se hundió, siendo arrastrado por la corriente con una velocidad impresionante. ¡Imagínense la impresión!
“Yo traté de alcanzarlo, mae, pero el agua era muy fuerte. Se fue directo a la cuneta y luego a la alcantarilla”, nos dijo con la voz quebrada. La historia es desgarradora, y la impotencia de la madre es palpable. Los vecinos comentan que la alcantarilla estaba rebosando de agua, lo que hizo prácticamente imposible cualquier intento de rescate inmediato. Desde entonces, la familia vive con el corazón en la boca, aferrándose a la esperanza de un milagro.
Israel Mangas, el tío de Leandro, quien se encuentra en Estados Unidos, expresó su preocupación y pidió a todas las personas involucradas que “hagan todo lo posible” para encontrar a su sobrino. Encontraron su capa en un río cercano, lo cual da algunas pistas sobre la dirección que tomó la corriente, aunque también aumenta el temor de que esté demasiado lejos. El hallazgo de la ropa golpeó duro a la familia, reafirmando que necesitan que lo encuentren sano y salvo.
Lourdes Mangas asegura que desde el accidente no ha podido pegar ojo ni un segundo. Está destrozada, y comprensiblemente, necesita apoyo psicológico tanto ella como su familia. El impacto emocional de perder a un hijo es inimaginable, y es crucial que reciban la ayuda necesaria para afrontar esta terrible situación. Este brete les ha pegado fuerte a todos, qué pena.
Con cada hora que pasa, la búsqueda se vuelve más compleja, pero la determinación de la Cruz Roja y el cariño de la comunidad siguen intactos. ¿Creen ustedes que la tecnología moderna, como los drones, será clave para encontrar a Leandro o creen que los esfuerzos se deben centrar en batidas terrestres y testimonios de los vecinos?