¡Ay, Dios mío! La búsqueda de Ligia Faerron sigue dando vueltas y vueltas, y ahora estos allanamientos han sacudido a toda la provincia de San Carlos. La verdad, esto se puso bien feo desde que apareció la nota de su desaparición hace unas semanas; nadie entendía qué había pasado con la señora, siempre tan tranquila y conocida en Ciudad Quesada.
Como ya saben, Ligia fue vista por última vez el 26 de septiembre, moviéndose por Ciudad Quesada, y luego se reportó su desaparición el 1° de octubre. Al principio, muchos pensábamos que simplemente se fue de viaje, quizás a visitar a algún familiar fuera del país, pero con el paso de los días, la preocupación fue creciendo, y ahora estos operativos dan un giro muy diferente a la cosa.
El Ministerio Público, coordinándose con el OIJ, mandó un operativo contundente, ¡una verdadera descarga!, a una finca de casi 62 hectáreas en Javillos de Florencia, San Carlos. Imagínense el tamaño de eso… ¡Una pachanga! Además, también estaban revisando una vivienda en Ciudad Quesada. Esto ya no pinta lindo, ¿verdad?
Lo que más preocupa es que el OIJ está utilizando unidades caninas especializadas, además de expertos en rastrear fluidos biológicos y hasta restos humanos. ¡Uf! Ahí les va la bomba: no van precisamente buscando un chunche perdido. Eso me da escalofríos, sinceramente. Dicen que están “revisando los sitios en búsqueda de evidencias importantes” pero, diay, ¿qué tipo de evidencia esperan encontrar?
Hasta el momento, aparentemente, no han detenido a nadie, aunque eso no significa mucho. A veces, parece que el OIJ tarda una eternidad en hacer las cosas, y uno se queda mordiendo las uñas esperando novedades. La gente de Ciudad Quesada está angustiada, claro que sí. Todo el mundo conocía a Ligia, era una señora trabajadora y respetuosa. Que le haya pasado algo así... ¡Qué sal!
Este caso ha puesto a todos en alerta en la región. Recuerdo que hace unos años tuvimos otro caso similar, el de la niña que desapareció en Turrialba. El tiempo pasó y nunca supimos nada. Esa vara pesa mucho en la memoria colectiva de los costarricenses. Uno espera que esta vez las cosas sean diferentes y que se pueda esclarecer la verdad lo antes posible, para darle paz a la familia y a toda la comunidad.
Algunos analistas dicen que estos allanamientos podrían estar relacionados con viejas rencillas o problemas económicos. Otros sugieren que podría tratarse de un secuestro. Lo cierto es que, hasta que el OIJ termine sus investigaciones, cualquier hipótesis es válida. De momento, la única certeza es que la búsqueda de Ligia sigue activa y que las autoridades están trabajando duro para resolver este misterio. Espero de corazón que pronto tengamos noticias positivas, porque esta incertidumbre nos está carcomiendo a todos, especialmente a los familiares.
Definitivamente, esto se ha convertido en una verdadera torta. Con tanta información dispersa y rumores volando, es difícil saber qué creer. ¿Creen que estos allanamientos traerán respuestas claras o solo complicarán aún más la investigación y qué medidas creen que deberían tomar las autoridades para prevenir casos similares en el futuro?
Como ya saben, Ligia fue vista por última vez el 26 de septiembre, moviéndose por Ciudad Quesada, y luego se reportó su desaparición el 1° de octubre. Al principio, muchos pensábamos que simplemente se fue de viaje, quizás a visitar a algún familiar fuera del país, pero con el paso de los días, la preocupación fue creciendo, y ahora estos operativos dan un giro muy diferente a la cosa.
El Ministerio Público, coordinándose con el OIJ, mandó un operativo contundente, ¡una verdadera descarga!, a una finca de casi 62 hectáreas en Javillos de Florencia, San Carlos. Imagínense el tamaño de eso… ¡Una pachanga! Además, también estaban revisando una vivienda en Ciudad Quesada. Esto ya no pinta lindo, ¿verdad?
Lo que más preocupa es que el OIJ está utilizando unidades caninas especializadas, además de expertos en rastrear fluidos biológicos y hasta restos humanos. ¡Uf! Ahí les va la bomba: no van precisamente buscando un chunche perdido. Eso me da escalofríos, sinceramente. Dicen que están “revisando los sitios en búsqueda de evidencias importantes” pero, diay, ¿qué tipo de evidencia esperan encontrar?
Hasta el momento, aparentemente, no han detenido a nadie, aunque eso no significa mucho. A veces, parece que el OIJ tarda una eternidad en hacer las cosas, y uno se queda mordiendo las uñas esperando novedades. La gente de Ciudad Quesada está angustiada, claro que sí. Todo el mundo conocía a Ligia, era una señora trabajadora y respetuosa. Que le haya pasado algo así... ¡Qué sal!
Este caso ha puesto a todos en alerta en la región. Recuerdo que hace unos años tuvimos otro caso similar, el de la niña que desapareció en Turrialba. El tiempo pasó y nunca supimos nada. Esa vara pesa mucho en la memoria colectiva de los costarricenses. Uno espera que esta vez las cosas sean diferentes y que se pueda esclarecer la verdad lo antes posible, para darle paz a la familia y a toda la comunidad.
Algunos analistas dicen que estos allanamientos podrían estar relacionados con viejas rencillas o problemas económicos. Otros sugieren que podría tratarse de un secuestro. Lo cierto es que, hasta que el OIJ termine sus investigaciones, cualquier hipótesis es válida. De momento, la única certeza es que la búsqueda de Ligia sigue activa y que las autoridades están trabajando duro para resolver este misterio. Espero de corazón que pronto tengamos noticias positivas, porque esta incertidumbre nos está carcomiendo a todos, especialmente a los familiares.
Definitivamente, esto se ha convertido en una verdadera torta. Con tanta información dispersa y rumores volando, es difícil saber qué creer. ¿Creen que estos allanamientos traerán respuestas claras o solo complicarán aún más la investigación y qué medidas creen que deberían tomar las autoridades para prevenir casos similares en el futuro?