¡Ay, Dios mío! Se puso bueno esto de Puerto Caldera. Resulta que la licitación para echarle mano a ese brete que está siendo el puerto, ¡qué torta!, cerró con dos ofertantes a todo dar: un consorcio nacional y una empresa gringa que maneja puertos. La cosa pinta interesante porque Caldera, ya saben, está sudando sangre tratando de atender toda la mercancía que entra y sale del país.
Para ponerlos al tanto, la licitación 2024-LY-CAL-000001-INCOP busca precisamente eso: modernizar la infraestructura y equipamiento del puerto. Hablamos de ampliaciones, nuevas grúas, mejorar la eficiencia general... básicamente, darle un cambio de imagen completo para que deje de ser el cuello de botella que es actualmente. El consorcio que pujó es Sunset, conformado por HGT Inversiones y APM Terminals, mientras que del otro lado tenemos a International Container Terminal Services, una trasnacional filipina con experiencia en esto de los puertos a nivel mundial.
Ahora, la pelota está en la cancha de la comisión de evaluación, presidida por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraín Zeledón. Él mismo dijo que van a empezar a revisar las ofertas la próxima semana, así que paciencia, mae. El ganador se llevará la friolera de una concesión por treinta años, ¡treinta años! Eso sí que es un compromiso a largo plazo y significa que el futuro de Caldera está en juego.
¿Y cuál es el objetivo final de todo esto, se preguntarán? Pues quieren transformar Caldera en un hub logístico competitivo, un punto estratégico para atraer nuevos clientes y responder a las necesidades del comercio marítimo internacional. Imagínense, tener un puerto moderno y eficiente que pueda manejar cualquier tipo de embarcación y carga… ¡eso sí sería un avance pa’l país!
Pero ojo, que el camino no ha sido fácil. Recordemos que Logística de Grano S.A. intentó meterle mano con un recurso de objeción, pero la Contraloría le tiró la bola. La CGR determinó que ya perdieron el derecho a objetar porque no lo hicieron desde la primera ronda. ¡Qué sal! Al final, parece que la licitación puede seguir adelante, aunque siempre hay alguien buscando frenar el progreso.
La verdad es que la modernización de Caldera llegó en el peor momento posible, porque el lugar está funcionando al límite máximo de su capacidad. Ese puerto es la principal puerta de entrada de materias primas a Costa Rica, y si no se le pone remedio pronto, la cosa se va a ir al traste. La Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR) ya advirtió que necesitan una alternativa rápida para garantizar que las operaciones no se interrumpan, especialmente considerando que el contrato actual termina en agosto del próximo año.
El sector arrocero ha sido de los más vocales exigiendo avances en el proyecto. Dicen que cada día que pasa sin solucionar el problema les cuesta millones de dólares en demoras y que eso encarece los productos importados, afectando directamente el bolsillo de todos los costarricenses. “La modernización de Puerto Caldera no admite más atrasos”, dijeron, y tienen razón. Su ineficiencia nos está frenando como país.
Según estudios de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), el rezago de Caldera afecta a casi la mitad de las empresas industriales. ¡Imagínense la magnitud del problema! Con todo esto en mente, ¿ustedes qué opinan? ¿Creen que la concesión por 30 años es lo ideal para Caldera o deberían buscar opciones más flexibles? ¿Cuál de los dos oferentes considera que tiene la mejor propuesta para modernizar el puerto y llevarlo al siguiente nivel?
Para ponerlos al tanto, la licitación 2024-LY-CAL-000001-INCOP busca precisamente eso: modernizar la infraestructura y equipamiento del puerto. Hablamos de ampliaciones, nuevas grúas, mejorar la eficiencia general... básicamente, darle un cambio de imagen completo para que deje de ser el cuello de botella que es actualmente. El consorcio que pujó es Sunset, conformado por HGT Inversiones y APM Terminals, mientras que del otro lado tenemos a International Container Terminal Services, una trasnacional filipina con experiencia en esto de los puertos a nivel mundial.
Ahora, la pelota está en la cancha de la comisión de evaluación, presidida por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Efraín Zeledón. Él mismo dijo que van a empezar a revisar las ofertas la próxima semana, así que paciencia, mae. El ganador se llevará la friolera de una concesión por treinta años, ¡treinta años! Eso sí que es un compromiso a largo plazo y significa que el futuro de Caldera está en juego.
¿Y cuál es el objetivo final de todo esto, se preguntarán? Pues quieren transformar Caldera en un hub logístico competitivo, un punto estratégico para atraer nuevos clientes y responder a las necesidades del comercio marítimo internacional. Imagínense, tener un puerto moderno y eficiente que pueda manejar cualquier tipo de embarcación y carga… ¡eso sí sería un avance pa’l país!
Pero ojo, que el camino no ha sido fácil. Recordemos que Logística de Grano S.A. intentó meterle mano con un recurso de objeción, pero la Contraloría le tiró la bola. La CGR determinó que ya perdieron el derecho a objetar porque no lo hicieron desde la primera ronda. ¡Qué sal! Al final, parece que la licitación puede seguir adelante, aunque siempre hay alguien buscando frenar el progreso.
La verdad es que la modernización de Caldera llegó en el peor momento posible, porque el lugar está funcionando al límite máximo de su capacidad. Ese puerto es la principal puerta de entrada de materias primas a Costa Rica, y si no se le pone remedio pronto, la cosa se va a ir al traste. La Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR) ya advirtió que necesitan una alternativa rápida para garantizar que las operaciones no se interrumpan, especialmente considerando que el contrato actual termina en agosto del próximo año.
El sector arrocero ha sido de los más vocales exigiendo avances en el proyecto. Dicen que cada día que pasa sin solucionar el problema les cuesta millones de dólares en demoras y que eso encarece los productos importados, afectando directamente el bolsillo de todos los costarricenses. “La modernización de Puerto Caldera no admite más atrasos”, dijeron, y tienen razón. Su ineficiencia nos está frenando como país.
Según estudios de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), el rezago de Caldera afecta a casi la mitad de las empresas industriales. ¡Imagínense la magnitud del problema! Con todo esto en mente, ¿ustedes qué opinan? ¿Creen que la concesión por 30 años es lo ideal para Caldera o deberían buscar opciones más flexibles? ¿Cuál de los dos oferentes considera que tiene la mejor propuesta para modernizar el puerto y llevarlo al siguiente nivel?
