¡Ay, Dios mío! Parece que andar en carro eléctrico en Costa Rica todavía tiene sus chinchorros. Una encuesta mundial reciente, hecha por la Global EV Alliance (GEVA), nos puso en evidencia: somos los más preocupados por cómo vamos a enchufarle nuestro carrito cuando nos aventuramos fuera de la casa.
La encuesta, donde participaron casi 27.500 personas de unos 30 países – incluyendo 151 de nosotros – exploró qué le preocupa a la gente que ya anda rodando con carros eléctricos. Se tocaron temas como la experiencia general, las opiniones y, claro, el perfil de los dueños de estos vehículos. Y bueno, aquí salió a relucir que nuestra paciencia para buscar dónde cargar tiene límites.
Según los números, el 76% de los costarricenses piensa que lo peor de tener un carro eléctrico es la dificultad para encontrar puntos de carga en carretera. Sí, don, ¡casi ocho de cada diez! Y eso no es novedad. En el estudio del año pasado ya estábamos igual de frustrados, pero parece que la cosa se ha agravado. Ya no solo es que cuesta encontrar un lugar, sino que además hay más filas y, pa’ colmo, muchos cargadores no andan ni funcionando.
El reporte dice que ahora el 50% de la gente se encuentra con filas en las estaciones de carga – en 2024 era solo el 27%. Y el 44% se topa con cargadores muertos, arriba desde un 24% el año anterior. ¡Imagínate la bronca! Incluso, algunos lugares están ocupados por carros normales que no necesitan el servicio, lo cual es una verdadera patada en la lata.
Además, parece que la “ansiedad por la carga” sigue rondándonos la cabeza. Aunque bajó un poquito, todavía un 20% de nosotros vive temiendo quedarnos varados en medio de la nada sin pila. Eso sí es vivir con el corazón en la boca, chunche. Imagínate llegar a Paquirri y que te quede la batería así, ¡qué bronca!
Lo que más les preocupa a los que ya tienen carro eléctrico, aparte de la carga, es la poca cobertura de estos puntos y la falta de disponibilidad. Casi el 69% siente que necesitamos más cargadores y que sean más accesibles. Por eso, el 95% de la gente planea exactamente dónde va a cargar antes de salir a pasear. ¡Ya vivimos a base de Google Maps buscando cargadores!, digo yo.
Y hablando de planificación, casi todos (83%) quieren que se pongan señales claras indicando dónde hay estaciones de carga, como si fueran gasolineras. Algo sencillo, pero que marcaría una diferencia enorme. La mayoría de los que tienen carros eléctricos, por cierto, los cargan en casa y apenas usan los cargadores públicos un par de veces al mes, lo que demuestra que la carga doméstica sigue siendo la opción preferida. Pero con la falta de infraestructura, eso limita bastante nuestras opciones.
Silvia Rojas, de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove), dice que estos resultados son “dos caras de una misma moneda”: estamos aceptando la electromovilidad, pero nos falta mucho para tener la infraestructura necesaria. ¿Será que el gobierno va a ponerle pausa a este brete o seguiremos batallando para enchufarle el carro? ¿Crees que la solución está en incentivar al sector privado para que instale más cargadores, o debería ser una inversión pública masiva?
La encuesta, donde participaron casi 27.500 personas de unos 30 países – incluyendo 151 de nosotros – exploró qué le preocupa a la gente que ya anda rodando con carros eléctricos. Se tocaron temas como la experiencia general, las opiniones y, claro, el perfil de los dueños de estos vehículos. Y bueno, aquí salió a relucir que nuestra paciencia para buscar dónde cargar tiene límites.
Según los números, el 76% de los costarricenses piensa que lo peor de tener un carro eléctrico es la dificultad para encontrar puntos de carga en carretera. Sí, don, ¡casi ocho de cada diez! Y eso no es novedad. En el estudio del año pasado ya estábamos igual de frustrados, pero parece que la cosa se ha agravado. Ya no solo es que cuesta encontrar un lugar, sino que además hay más filas y, pa’ colmo, muchos cargadores no andan ni funcionando.
El reporte dice que ahora el 50% de la gente se encuentra con filas en las estaciones de carga – en 2024 era solo el 27%. Y el 44% se topa con cargadores muertos, arriba desde un 24% el año anterior. ¡Imagínate la bronca! Incluso, algunos lugares están ocupados por carros normales que no necesitan el servicio, lo cual es una verdadera patada en la lata.
Además, parece que la “ansiedad por la carga” sigue rondándonos la cabeza. Aunque bajó un poquito, todavía un 20% de nosotros vive temiendo quedarnos varados en medio de la nada sin pila. Eso sí es vivir con el corazón en la boca, chunche. Imagínate llegar a Paquirri y que te quede la batería así, ¡qué bronca!
Lo que más les preocupa a los que ya tienen carro eléctrico, aparte de la carga, es la poca cobertura de estos puntos y la falta de disponibilidad. Casi el 69% siente que necesitamos más cargadores y que sean más accesibles. Por eso, el 95% de la gente planea exactamente dónde va a cargar antes de salir a pasear. ¡Ya vivimos a base de Google Maps buscando cargadores!, digo yo.
Y hablando de planificación, casi todos (83%) quieren que se pongan señales claras indicando dónde hay estaciones de carga, como si fueran gasolineras. Algo sencillo, pero que marcaría una diferencia enorme. La mayoría de los que tienen carros eléctricos, por cierto, los cargan en casa y apenas usan los cargadores públicos un par de veces al mes, lo que demuestra que la carga doméstica sigue siendo la opción preferida. Pero con la falta de infraestructura, eso limita bastante nuestras opciones.
Silvia Rojas, de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove), dice que estos resultados son “dos caras de una misma moneda”: estamos aceptando la electromovilidad, pero nos falta mucho para tener la infraestructura necesaria. ¿Será que el gobierno va a ponerle pausa a este brete o seguiremos batallando para enchufarle el carro? ¿Crees que la solución está en incentivar al sector privado para que instale más cargadores, o debería ser una inversión pública masiva?
