¡Ay, mae! Pues resulta que la vida de Carolina Jaikel, la esposa de Don Bryan, ha tenido más altos y bajos que la autopista al Pacífico. Después de estar peleándose con el cáncer de pulmón desde hace un buen tiempo, vivió una semana que ni en broma quería pasar. Una anemia terrible, dicen, producto de las quimios, la tuvo así, bien pachá.
Para los que no estén al tanto, Carolina siempre ha sido súper transparente contando sus experiencias. Desde que le diagnosticaron el cáncer, ha compartido su proceso con todos nosotros, sin andarse con rodeos. Un ejemplo de mujer guerrera, ¿eh? Pero esta vez, parece que la vareta se le puso muy difícil.
Según nos cuenta, la semana pasada fue una torta. Cosas sencillas como bañarse o caminar hasta la cama se convirtieron en unas pruebas de resistencia dignas de un triatleta. Imagínense, mae, la energía en cero, sintiéndose débilcita y con miedo de que el cuerpo simplemente diera la talla. ¡Qué despiche!
Y ahí fue cuando tuvo que ir al hospital para una transfusión de sangre. Dice que nunca antes había llegado a ese punto, que su cuerpo estaba así, bien caído, prácticamente pidiendo ayuda. Fue un sustito considerable, sin duda alguna, pero bueno, gracias a Dios y al equipo médico, pudo salir adelante.
Pero Carolina no es de rendirse fácil, claro que no. Entre tanta adversidad, encontró refugio en su fe y en el apoyo de su familia y amigos. Ahí sí que brillaron esos “ángeles” de los que habla, diciéndole que aguantara firme, que todo iba a mejorar. ¡Y vaya que lo necesitaba!
Además de los tratamientos médicos, Carolina se ha agarrado con remedios naturales para fortalecer su sistema inmunológico. Mañanas cargadas de verduras como espinaca, chayote, ayote y puerro, acompañadas de un jugote bomba de remolacha, pitahaya, limón y guayaba. Hasta la miel de carao con hielo está tomando, aunque dice que el sabor es un brete –¡lo del hígado no lo logró, casi le da un apagón!
Ahora, con un poquito más de energías y agradecida por cada día, Carolina nos comparte su historia como inspiración. Un recordatorio de que la vida nos pone obstáculos fuertes, pero también nos regala oportunidades para demostrar nuestra fortaleza y resiliencia. Vemos que aun con todo este trance, la chica mantiene el sentido del humor, y eso es de valorar, mae.
Definitivamente, la historia de Carolina es una oda a la perseverancia y a la importancia de rodearse de personas que te brinden apoyo incondicional. Pero dime tú, ¿qué medidas tomas tú para mantenerte fuerte física y mentalmente en tiempos difíciles?
Para los que no estén al tanto, Carolina siempre ha sido súper transparente contando sus experiencias. Desde que le diagnosticaron el cáncer, ha compartido su proceso con todos nosotros, sin andarse con rodeos. Un ejemplo de mujer guerrera, ¿eh? Pero esta vez, parece que la vareta se le puso muy difícil.
Según nos cuenta, la semana pasada fue una torta. Cosas sencillas como bañarse o caminar hasta la cama se convirtieron en unas pruebas de resistencia dignas de un triatleta. Imagínense, mae, la energía en cero, sintiéndose débilcita y con miedo de que el cuerpo simplemente diera la talla. ¡Qué despiche!
Y ahí fue cuando tuvo que ir al hospital para una transfusión de sangre. Dice que nunca antes había llegado a ese punto, que su cuerpo estaba así, bien caído, prácticamente pidiendo ayuda. Fue un sustito considerable, sin duda alguna, pero bueno, gracias a Dios y al equipo médico, pudo salir adelante.
Pero Carolina no es de rendirse fácil, claro que no. Entre tanta adversidad, encontró refugio en su fe y en el apoyo de su familia y amigos. Ahí sí que brillaron esos “ángeles” de los que habla, diciéndole que aguantara firme, que todo iba a mejorar. ¡Y vaya que lo necesitaba!
Además de los tratamientos médicos, Carolina se ha agarrado con remedios naturales para fortalecer su sistema inmunológico. Mañanas cargadas de verduras como espinaca, chayote, ayote y puerro, acompañadas de un jugote bomba de remolacha, pitahaya, limón y guayaba. Hasta la miel de carao con hielo está tomando, aunque dice que el sabor es un brete –¡lo del hígado no lo logró, casi le da un apagón!
Ahora, con un poquito más de energías y agradecida por cada día, Carolina nos comparte su historia como inspiración. Un recordatorio de que la vida nos pone obstáculos fuertes, pero también nos regala oportunidades para demostrar nuestra fortaleza y resiliencia. Vemos que aun con todo este trance, la chica mantiene el sentido del humor, y eso es de valorar, mae.
Definitivamente, la historia de Carolina es una oda a la perseverancia y a la importancia de rodearse de personas que te brinden apoyo incondicional. Pero dime tú, ¿qué medidas tomas tú para mantenerte fuerte física y mentalmente en tiempos difíciles?