¡Aguafiestas! Después de más de catorce años de papeleos y trámites que parecían nunca acabar, finalmente le dieron luz verde a la construcción del nuevo Hospital Max Peralta en Cartago. La Contraloría, después de darle mil vueltas, sí autorizó la boleta de $394.9 millones más cuatro millones extra para cualquier brete que surja. Claro, el dinero llega de pronto, pero ¿y el tráfico, mae?
Mario Redondo, el alcalde de Cartago, está contento con la noticia, pero no se anda con rodeos. Dice que esto es una ‘vara’ importantísima para la salud de los cartagüeños, pero inmediatamente lanza la bomba: “Si no hacemos algo con el tráfico, esto se irá al traste”. O sea, que aunque tengan el hospital más moderno del país, si nadie puede llegar ni salir, ¿de qué sirve, chunches?
Y no es solo hablar así por hablar, porque la realidad es que la zona donde van a poner el hospital ya está atascada a morir. En horas pico, es un verdadero diorama de carros y buses estancados. Imagínate ahora, con el hospital funcionando a toda máquina, sumándole ambulancias, visitas, personal médico… ¡Una torta! Redondo insiste en que necesitan un plan vial integral desde ya, y no esperar a que la situación explote.
¿Cuál es la solución, se preguntan? Pues el alcalde propone varias cosas. Una es construir un paso elevado o una rotonda en la intersección de El Quijongo, que es, según él, “una intersección complejísima”. También quiere ampliar la ruta hacia Quebradillas, que está creciendo a pasos gigantescos, y ensanchar el puente de Santa Gertrudis, que conecta Guadalupe con la carretera interamericana. Además, pide al Conavi que amplíen el puente de Santa Marta, creando rutas alternativas.
Pero espera que haya más, porque esto no acaba ahí. La ministra de Salud, Mary Munive, reconoce que la ubicación del hospital está cerca de una industria agroquímica. “Estamos gestionando, pero si ocurre una emergencia... bueno, la responsabilidad será de quienes tomaron la decisión”, declara ella, dejando caer la bomba. ¡Imagínate!, estar tan cerca de químicos peligrosos... ¡Qué sal!
No todos están tan preocupados por el tema del tráfico. Tatiana Méndez dice ver la necesidad de mejorar la infraestructura vial para evitar esos atascos monumentales, especialmente con el inicio del ciclo escolar. Jackson Ortega, por su parte, destaca el avance que representa el hospital para la provincia, aunque admite que las aglomeraciones son un problema serio. Heiner Ulloa, más pragmático, recuerda que el actual hospital está reventando y agradece la nueva obra, esperando que venga acompañada de soluciones viales.
Mientras tanto, Redondo apela a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para que fortalezca las áreas de salud y los Ebais cercanos al hospital. “No podemos esperar cinco años para tener una atención decente”, enfatiza. “La gente puede enfermarse mañana, en un mes o en tres años, y no se puede esperar a que el hospital esté listo.” Urge reforzar la atención primaria, porque si no, la fila en el Max Peralta seguirá siendo una torta monumental.
En resumen, el nuevo hospital es una excelente noticia para Cartago, pero viene cargado de desafíos logísticos. Se espera que las obras comiencen el 3 de octubre y terminen en unos cinco años. Con el tráfico como enemigo número uno, ¿creen ustedes que un plan vial integral y bien ejecutado es suficiente para solucionar el problema o necesitamos pensar en otras alternativas, como transporte público eficiente y sistemas de estacionamiento innovadores? ¡Den su opinión en el foro!
Mario Redondo, el alcalde de Cartago, está contento con la noticia, pero no se anda con rodeos. Dice que esto es una ‘vara’ importantísima para la salud de los cartagüeños, pero inmediatamente lanza la bomba: “Si no hacemos algo con el tráfico, esto se irá al traste”. O sea, que aunque tengan el hospital más moderno del país, si nadie puede llegar ni salir, ¿de qué sirve, chunches?
Y no es solo hablar así por hablar, porque la realidad es que la zona donde van a poner el hospital ya está atascada a morir. En horas pico, es un verdadero diorama de carros y buses estancados. Imagínate ahora, con el hospital funcionando a toda máquina, sumándole ambulancias, visitas, personal médico… ¡Una torta! Redondo insiste en que necesitan un plan vial integral desde ya, y no esperar a que la situación explote.
¿Cuál es la solución, se preguntan? Pues el alcalde propone varias cosas. Una es construir un paso elevado o una rotonda en la intersección de El Quijongo, que es, según él, “una intersección complejísima”. También quiere ampliar la ruta hacia Quebradillas, que está creciendo a pasos gigantescos, y ensanchar el puente de Santa Gertrudis, que conecta Guadalupe con la carretera interamericana. Además, pide al Conavi que amplíen el puente de Santa Marta, creando rutas alternativas.
Pero espera que haya más, porque esto no acaba ahí. La ministra de Salud, Mary Munive, reconoce que la ubicación del hospital está cerca de una industria agroquímica. “Estamos gestionando, pero si ocurre una emergencia... bueno, la responsabilidad será de quienes tomaron la decisión”, declara ella, dejando caer la bomba. ¡Imagínate!, estar tan cerca de químicos peligrosos... ¡Qué sal!
No todos están tan preocupados por el tema del tráfico. Tatiana Méndez dice ver la necesidad de mejorar la infraestructura vial para evitar esos atascos monumentales, especialmente con el inicio del ciclo escolar. Jackson Ortega, por su parte, destaca el avance que representa el hospital para la provincia, aunque admite que las aglomeraciones son un problema serio. Heiner Ulloa, más pragmático, recuerda que el actual hospital está reventando y agradece la nueva obra, esperando que venga acompañada de soluciones viales.
Mientras tanto, Redondo apela a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para que fortalezca las áreas de salud y los Ebais cercanos al hospital. “No podemos esperar cinco años para tener una atención decente”, enfatiza. “La gente puede enfermarse mañana, en un mes o en tres años, y no se puede esperar a que el hospital esté listo.” Urge reforzar la atención primaria, porque si no, la fila en el Max Peralta seguirá siendo una torta monumental.
En resumen, el nuevo hospital es una excelente noticia para Cartago, pero viene cargado de desafíos logísticos. Se espera que las obras comiencen el 3 de octubre y terminen en unos cinco años. Con el tráfico como enemigo número uno, ¿creen ustedes que un plan vial integral y bien ejecutado es suficiente para solucionar el problema o necesitamos pensar en otras alternativas, como transporte público eficiente y sistemas de estacionamiento innovadores? ¡Den su opinión en el foro!
