¡Ay, Dios mío, qué rollo! Resulta que el Presidente Chaves, con toda la polémica que lo rodea, le metió turbo a sus promesas de campaña y derogó la norma de aborto terapéutico que estaba vigente desde 2019. Esto significa que se acaba, al menos temporalmente, la posibilidad de interrumpir un embarazo en situaciones de altísimo riesgo para la salud de la mujer. ¡Un bronca tremenda!
Para ponerle pausa al asunto, la norma anterior, impulsada durante el gobierno de Carlos Alvarado Quesada, buscaba proteger la vida de la madre en casos donde el embarazo ponía en peligro su existencia física. Tenía procedimientos establecidos, comisiones médicas evaluadoras, todo el rollo para garantizar que la decisión fuera tomada con criterios médicos sólidos y no por cualquier capricho. Ahora, parece que todo eso quedó en el aire, ¿verdad?
El presidente Chaves, fiel a su estilo directo y sin pelos en la lengua, declaró que hizo esto para “cerrar algunos vacíos” en la ley y evitar “justificaciones erróneas” que, según él, permitían abortos sin fundamento. Dijo que cumplía una promesa, y vaya que sí la cumplió, aunque mucha gente diga que se pasó de lesa humanidad. Lo que pasa es que este mae siempre causa revuelo, diay.
La Ministra de Salud a.i., Mariela Marín, salió al paso asegurando que ellos siguen siendo “provida”, un término que usan mucho para referirse a una postura contraria al aborto en cualquier circunstancia. Según ella, la nueva normativa busca precisamente defender la vida tanto de la madre como del bebé, como si no fuera obvio. Pero, ¿qué tan efectiva será esta defensa en casos reales de emergencia médica?
Lo curioso de todo este panorama es que la propia jerarca de Salud, Mary Munive, apenas unos meses atrás había solicitado a la Sala IV que no aceptara una solicitud de inconstitucionalidad contra la norma de Alvarado. Parece que hubo un cambio radical de opinión, o tal vez simplemente obedecieron las presiones de grupos conservadores que llevan semanas moviéndose para acabar con esta regulación. ¡Qué cargada!
Según fuentes cercanas al tema, Chaves se reunió con estos sectores conservadores antes de tomar la decisión final. Al parecer, la presión fue tanta que hasta el propio Presidente cedió. Muchos analistas políticos señalan que este movimiento busca congraciarse con un sector de la población votante muy activo y comprometido con temas religiosos y morales. No sé ustedes, pero yo veo una estrategia política detrás de todo esto. Una más, para añadir a la lista larga de decisiones polémicas de este gobierno.
Este tema ha generado una gran controversia en redes sociales y en medios de comunicación. Hay personas furiosas, otras preocupadas, y unas cuantas que aplauden la medida. Expertos en derechos humanos han advertido sobre las posibles consecuencias negativas para la salud pública y la autonomía de las mujeres, especialmente aquellas que viven en zonas rurales o tienen recursos limitados. Muchos temen que ahora las mujeres tengan que recurrir a métodos inseguros y clandestinos para terminar embarazos no deseados, poniéndoles en grave riesgo sus vidas.
En fin, esta jugada del Presidente Chaves promete seguir dando de qué hablar por mucho tiempo. Con este giro inesperado, nos preguntamos: ¿Realmente esta derogación protege la vida o pone en riesgo la salud de las mujeres costarricenses, especialmente en situaciones de emergencia? ¿Y creen que el Presidente realmente se fijó en las consecuencias de esta decisión o solo quiso cumplir una promesa a costa de todo?
Para ponerle pausa al asunto, la norma anterior, impulsada durante el gobierno de Carlos Alvarado Quesada, buscaba proteger la vida de la madre en casos donde el embarazo ponía en peligro su existencia física. Tenía procedimientos establecidos, comisiones médicas evaluadoras, todo el rollo para garantizar que la decisión fuera tomada con criterios médicos sólidos y no por cualquier capricho. Ahora, parece que todo eso quedó en el aire, ¿verdad?
El presidente Chaves, fiel a su estilo directo y sin pelos en la lengua, declaró que hizo esto para “cerrar algunos vacíos” en la ley y evitar “justificaciones erróneas” que, según él, permitían abortos sin fundamento. Dijo que cumplía una promesa, y vaya que sí la cumplió, aunque mucha gente diga que se pasó de lesa humanidad. Lo que pasa es que este mae siempre causa revuelo, diay.
La Ministra de Salud a.i., Mariela Marín, salió al paso asegurando que ellos siguen siendo “provida”, un término que usan mucho para referirse a una postura contraria al aborto en cualquier circunstancia. Según ella, la nueva normativa busca precisamente defender la vida tanto de la madre como del bebé, como si no fuera obvio. Pero, ¿qué tan efectiva será esta defensa en casos reales de emergencia médica?
Lo curioso de todo este panorama es que la propia jerarca de Salud, Mary Munive, apenas unos meses atrás había solicitado a la Sala IV que no aceptara una solicitud de inconstitucionalidad contra la norma de Alvarado. Parece que hubo un cambio radical de opinión, o tal vez simplemente obedecieron las presiones de grupos conservadores que llevan semanas moviéndose para acabar con esta regulación. ¡Qué cargada!
Según fuentes cercanas al tema, Chaves se reunió con estos sectores conservadores antes de tomar la decisión final. Al parecer, la presión fue tanta que hasta el propio Presidente cedió. Muchos analistas políticos señalan que este movimiento busca congraciarse con un sector de la población votante muy activo y comprometido con temas religiosos y morales. No sé ustedes, pero yo veo una estrategia política detrás de todo esto. Una más, para añadir a la lista larga de decisiones polémicas de este gobierno.
Este tema ha generado una gran controversia en redes sociales y en medios de comunicación. Hay personas furiosas, otras preocupadas, y unas cuantas que aplauden la medida. Expertos en derechos humanos han advertido sobre las posibles consecuencias negativas para la salud pública y la autonomía de las mujeres, especialmente aquellas que viven en zonas rurales o tienen recursos limitados. Muchos temen que ahora las mujeres tengan que recurrir a métodos inseguros y clandestinos para terminar embarazos no deseados, poniéndoles en grave riesgo sus vidas.
En fin, esta jugada del Presidente Chaves promete seguir dando de qué hablar por mucho tiempo. Con este giro inesperado, nos preguntamos: ¿Realmente esta derogación protege la vida o pone en riesgo la salud de las mujeres costarricenses, especialmente en situaciones de emergencia? ¿Y creen que el Presidente realmente se fijó en las consecuencias de esta decisión o solo quiso cumplir una promesa a costa de todo?