¡Ay, Dios mío, qué batucada! Aquí estamos otra vez con el Chinaoke dando de qué hablar, pero esta vez, no precisamente para bien. Resulta que el último episodio, grabado en pleno corazón turístico de Puntarenas, ha encendido las alarmas en el ayuntamiento y ahora están buscando cómo apagar este fuego. Parece que la cosa se puso caliente, y no de la buena manera.
Todo comenzó con el lanzamiento del tercer Chinaoke, transmitido el martes pasado desde El Chinamo. La producción, liderada por don Alonso Acosta para Canal 7, decidió grabar algunas escenas en puntos emblemáticos como el faro y el muelle de cruceros. Ahí fue donde la Municipalidad, encabezada por Randall Chavarría, dijo “¡basta!”. En un video publicado en sus redes sociales, el alcalde, acompañado del presidente de la Cámara de Turismo, Mario Núñez, y Evelyn Alvarado, coordinadora legal, dejaron claro que no les gustó nada lo que vieron.
“Nosotros enviamos una nota clara”, exclamó Chavarría en el video, visiblemente molesto. “Pedimos que estas producciones no se hicieran en nuestro cantón, usando nuestros lugares icónicos y mostrando imágenes que afectan nuestro posicionamiento turístico. ¡Esto no pinta nada bueno para nosotros!” La verdad, uno entiende su bronca, porque esos videos pueden dejar una impresión negativa en los visitantes potenciales. ¿Quién quiere ir de vacaciones a un lugar que parece salida de una película de terror?
Pero la cosa no quedó ahí. El alcalde aprovechó la oportunidad para aclarar algunos rumores sobre la seguridad en Puntarenas, sacando a relucir unas estadísticas que, según él, contradicen la imagen que transmite el Chinaoke. “Solo hemos tenido cuatro homicidios en el distrito central, ¡y ninguno ocurrió en la playa!”, enfatizó. Agregó que a nivel regional, la cifra de homicidios ha disminuido en 32 casos en comparación con el año anterior. ¡Eso sí es una buena vara!
Además, Chavarría destacó que los delitos contra la propiedad han bajado un 5.1% en el distrito y un 12% a nivel regional. “El mensaje que transmite el Chinaoke no refleja la realidad de Puntarenas,” sentenció. “Ver extranjeros llenos de sangre y gente amedrentando a los turistas… eso no sucede aquí. Daña la imagen de nuestro distrito, de nuestro cantón, de nuestra región e incluso de nuestro país.” Definitivamente, el man estaba echándole ganas para defender su territorio.
Ante esta situación, el alcalde no dudó en hacer un llamado directo a René Picado y a Alonso Acosta, instándolos a verificar los datos antes de utilizar al cantón como escenario. “No es justo para los comerciantes porteños ni para la Municipalidad este tipo de Chinaokes,” insistió. “Tenemos escenarios hermosos para mostrar nuestra ciudad como uno de los destinos turísticos más seguros del país.” Ese brete lo estaban tomando con mucha seriedad, como debe ser.
Y como remate final, el gobierno local, en conjunto con el sector comercio, anunció que están censurando completamente el Chinaoke emitido. Una decisión drástica, pero comprensible dada la magnitud del problema. Recordemos que el video, basado en una adaptación del popurrí de Pandora, tocaba temas delicados como los altos precios en zonas turísticas y la inseguridad. Pero aparentemente, la forma en que se presentaron estos problemas generó más polémica que conciencia.
Ahora la gran pregunta queda en el aire: ¿Deberían los artistas tener mayor responsabilidad social al retratar la realidad de las comunidades o la libertad creativa siempre debe prevalecer, aunque genere controversia? Compartan sus opiniones, máes; ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este asunto tan calentito!
Todo comenzó con el lanzamiento del tercer Chinaoke, transmitido el martes pasado desde El Chinamo. La producción, liderada por don Alonso Acosta para Canal 7, decidió grabar algunas escenas en puntos emblemáticos como el faro y el muelle de cruceros. Ahí fue donde la Municipalidad, encabezada por Randall Chavarría, dijo “¡basta!”. En un video publicado en sus redes sociales, el alcalde, acompañado del presidente de la Cámara de Turismo, Mario Núñez, y Evelyn Alvarado, coordinadora legal, dejaron claro que no les gustó nada lo que vieron.
“Nosotros enviamos una nota clara”, exclamó Chavarría en el video, visiblemente molesto. “Pedimos que estas producciones no se hicieran en nuestro cantón, usando nuestros lugares icónicos y mostrando imágenes que afectan nuestro posicionamiento turístico. ¡Esto no pinta nada bueno para nosotros!” La verdad, uno entiende su bronca, porque esos videos pueden dejar una impresión negativa en los visitantes potenciales. ¿Quién quiere ir de vacaciones a un lugar que parece salida de una película de terror?
Pero la cosa no quedó ahí. El alcalde aprovechó la oportunidad para aclarar algunos rumores sobre la seguridad en Puntarenas, sacando a relucir unas estadísticas que, según él, contradicen la imagen que transmite el Chinaoke. “Solo hemos tenido cuatro homicidios en el distrito central, ¡y ninguno ocurrió en la playa!”, enfatizó. Agregó que a nivel regional, la cifra de homicidios ha disminuido en 32 casos en comparación con el año anterior. ¡Eso sí es una buena vara!
Además, Chavarría destacó que los delitos contra la propiedad han bajado un 5.1% en el distrito y un 12% a nivel regional. “El mensaje que transmite el Chinaoke no refleja la realidad de Puntarenas,” sentenció. “Ver extranjeros llenos de sangre y gente amedrentando a los turistas… eso no sucede aquí. Daña la imagen de nuestro distrito, de nuestro cantón, de nuestra región e incluso de nuestro país.” Definitivamente, el man estaba echándole ganas para defender su territorio.
Ante esta situación, el alcalde no dudó en hacer un llamado directo a René Picado y a Alonso Acosta, instándolos a verificar los datos antes de utilizar al cantón como escenario. “No es justo para los comerciantes porteños ni para la Municipalidad este tipo de Chinaokes,” insistió. “Tenemos escenarios hermosos para mostrar nuestra ciudad como uno de los destinos turísticos más seguros del país.” Ese brete lo estaban tomando con mucha seriedad, como debe ser.
Y como remate final, el gobierno local, en conjunto con el sector comercio, anunció que están censurando completamente el Chinaoke emitido. Una decisión drástica, pero comprensible dada la magnitud del problema. Recordemos que el video, basado en una adaptación del popurrí de Pandora, tocaba temas delicados como los altos precios en zonas turísticas y la inseguridad. Pero aparentemente, la forma en que se presentaron estos problemas generó más polémica que conciencia.
Ahora la gran pregunta queda en el aire: ¿Deberían los artistas tener mayor responsabilidad social al retratar la realidad de las comunidades o la libertad creativa siempre debe prevalecer, aunque genere controversia? Compartan sus opiniones, máes; ¡quiero saber qué piensan ustedes sobre este asunto tan calentito!