¡Ay, Dios mío! El Congreso, esos señores, aprobaron ayer en segundo debate la reforma a la Ley de Extradición. Parece mentira, ¿verdad?, pero ahora, gracias a ese cambio en el artículo 32 de la Constitución, pueden mandar a cualquier costa a un tico, ¡hasta si es nuestro primo lejano! Todo esto, por supuesto, bajo el pretexto de combatir el terrorismo y el narcotráfico, porque eso sí que nos preocupa a todos, diay.
El expediente 25.036, impulsado por la diputada Pilar Cisneros, busca adaptar nuestra legislación a la nueva realidad constitucional. Recordemos que en mayo, aprobaron ese cambio radical al artículo 32, abriendo la puerta a la extradición de connacionales. Antes era imposible, pura novela, pero ahora, parece que estamos jugando a otra liga, y no precisamente la más bonita.
Y hablando de ligas turbias, aparece en escena el caso de Celso Gamboa, el exmagistrado y exviceministro que anda metido en líos gringos por la DEA. Ese mae ya tiene la extradición aprobada, junto con otros dos nacionales. ¡Imagínate!, antes esto era sacrilegio, y ahora es pan comido. Al parecer, hay catorce ciudadanos costarricenses con estas solicitudes pendientes. Cada caso, dicen los legisladores, se revisará individualmente, pero… ¿quién va a tener la valentía de decir 'no'?
Según explican los legisladores –con toda la calma del mundo–, un juez tendrá que evaluar cada caso para ver si realmente vale la pena entregar a un tico a los gringos. Pero ojo, hay condiciones: los gringos tienen que prometer que no nos van a aplicar la pena de muerte ni cadena perpetua, porque eso, claro, está prohibidísimo en nuestra Constitución. Es como pedirle peras al olmo, ¿no creen?
El camino hasta acá fue largo y lleno de debates. La reforma constitucional tuvo que pasar por varias votaciones en diferentes legislaturas, un trámite que parece sacado de una telenovela. El Presidente Chaves incluso le dio bombo en su informe de labores, como diciendo ‘miren qué progresito hemos hecho’. ¡Progresito, pa’lante! Más bien, me da escalofríos pensar en las implicaciones de todo esto.
El nuevo Artículo 32 de la Constitución dice textualmente: “Ningún costarricense podrá ser compelido a abandonar el territorio nacional, salvo que en casos de tráfico internacional de drogas o terrorismo haya sido concedida la extradición por los Tribunales de Justicia, con estricto apego a los derechos fundamentales y garantías procesales reconocidos en esta Constitución”. Con esta reforma, la Ley de Extradición estará alineada con lo que diga la Constitución, aunque muchos piensen que esto es abrir la caja de Pandora.
Ahora, el texto pasa al Poder Ejecutivo para su firma y publicación como ley de la República. Ya saben, más papeleo, más trámites, más burocracia... Lo típico. Mientras tanto, aquí seguimos con la incertidumbre, preguntándonos si este es el camino correcto. Veremos cómo se desarrollan las cosas y quiénes serán los próximos en sufrir las consecuencias de esta reforma. La verdad, es una vara bastante dura de tragar, muchachos.
En fin, con todo este panorama, me pregunto: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la lucha contra el crimen, sacrificando la soberanía nacional y los derechos de nuestros propios ciudadanos? ¿Creen que esta reforma es necesaria o simplemente estamos abriendo la puerta a abusos y arbitrariedades? ¡Den su opinión en el foro!
El expediente 25.036, impulsado por la diputada Pilar Cisneros, busca adaptar nuestra legislación a la nueva realidad constitucional. Recordemos que en mayo, aprobaron ese cambio radical al artículo 32, abriendo la puerta a la extradición de connacionales. Antes era imposible, pura novela, pero ahora, parece que estamos jugando a otra liga, y no precisamente la más bonita.
Y hablando de ligas turbias, aparece en escena el caso de Celso Gamboa, el exmagistrado y exviceministro que anda metido en líos gringos por la DEA. Ese mae ya tiene la extradición aprobada, junto con otros dos nacionales. ¡Imagínate!, antes esto era sacrilegio, y ahora es pan comido. Al parecer, hay catorce ciudadanos costarricenses con estas solicitudes pendientes. Cada caso, dicen los legisladores, se revisará individualmente, pero… ¿quién va a tener la valentía de decir 'no'?
Según explican los legisladores –con toda la calma del mundo–, un juez tendrá que evaluar cada caso para ver si realmente vale la pena entregar a un tico a los gringos. Pero ojo, hay condiciones: los gringos tienen que prometer que no nos van a aplicar la pena de muerte ni cadena perpetua, porque eso, claro, está prohibidísimo en nuestra Constitución. Es como pedirle peras al olmo, ¿no creen?
El camino hasta acá fue largo y lleno de debates. La reforma constitucional tuvo que pasar por varias votaciones en diferentes legislaturas, un trámite que parece sacado de una telenovela. El Presidente Chaves incluso le dio bombo en su informe de labores, como diciendo ‘miren qué progresito hemos hecho’. ¡Progresito, pa’lante! Más bien, me da escalofríos pensar en las implicaciones de todo esto.
El nuevo Artículo 32 de la Constitución dice textualmente: “Ningún costarricense podrá ser compelido a abandonar el territorio nacional, salvo que en casos de tráfico internacional de drogas o terrorismo haya sido concedida la extradición por los Tribunales de Justicia, con estricto apego a los derechos fundamentales y garantías procesales reconocidos en esta Constitución”. Con esta reforma, la Ley de Extradición estará alineada con lo que diga la Constitución, aunque muchos piensen que esto es abrir la caja de Pandora.
Ahora, el texto pasa al Poder Ejecutivo para su firma y publicación como ley de la República. Ya saben, más papeleo, más trámites, más burocracia... Lo típico. Mientras tanto, aquí seguimos con la incertidumbre, preguntándonos si este es el camino correcto. Veremos cómo se desarrollan las cosas y quiénes serán los próximos en sufrir las consecuencias de esta reforma. La verdad, es una vara bastante dura de tragar, muchachos.
En fin, con todo este panorama, me pregunto: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la lucha contra el crimen, sacrificando la soberanía nacional y los derechos de nuestros propios ciudadanos? ¿Creen que esta reforma es necesaria o simplemente estamos abriendo la puerta a abusos y arbitrariedades? ¡Den su opinión en el foro!
