No los tengo. Confio en Dios en que me ponga algo en el camino: una cerveza, talco, una conversacion, una discusion, un tiquete a un pais donde no exista la miseria, la muerte sea opcional y el amor tenga otro nombre y se sienta diferente. Un borron y cuenta nueva, tanto en el bar como en la mente. Una cervceza –o diez– al menos. Sera un buen fin de semana.
Tienes un dilema en cuanto a la final del futbol nacional: ¿en casa con carne asada, birras y amigos o en Hooters con alitas y 25 mil colones por cabeza?