¡Ay, Dios mío! Parece que la COP30 en Belém, Brasil, se ha convertido en un brete más grande que el Volcán Arenal. La ONU está apremiando a los ministros para que lleguen a un acuerdo, porque, díganlo claro, no hay tiempo que perder. Simon Stiell, el jefe de la ONU para el clima, soltó que si siguen perdiendo el tiempo con 'obstrucciones', nos vamos pa'l frente, y eso nadie quiere.
La verdad, la cosa está caliente. Ya pasaron de los discursos bonitos y ahora toca ponerle candela a las negociaciones. Estos últimos cinco días son cruciales, mándale bendiciones. Tenemos representantes de 195 países buscando entenderse, y vaya que esto requiere paciencia. Imaginen la maraña de intereses y opiniones tratando de encajar en un solo acuerdo... ¡una torta!
Alckmin, el vicepresidente brasileño, quien anda dando el rol de anfitrión, también le metió presión. No andaba con rodeos, dijo textualmente: “El tiempo para las promesas acabó”. Y vaya que tiene razón, porque los números no mienten. Cada décima de grado extra de calentamiento pone en riesgo más vidas. Nosotros acá en Costa Rica sentimos eso, con los problemas de agua, la sequía, el aumento del nivel del mar… ¡es una preocupación nacional!
Pero claro, ahí está la China, la India y unos cuantos amigos queriendo que la COP30 les quite las ganas de meter leyes nuevas contra las barreras comerciales. Como si eso fuera solución a la crisis climática. Luego, tenemos a los países insulares, esos que ya están sintiendo el agua hasta el cuello, reclamando que la COP reaccione a las malas noticias. Dicen que necesitamos compromisos más ambiciosos, y yo les doy toda la razón, compa. Pero algunos gigantes económicos, como China y Arabia Saudita, no quieren saber nada de asumir responsabilidades extras. ¡Qué descaro!
Y ni hablar de los países del Sur Global, sobre todo los africanos, que están hartos de que los países ricos no cumplan con las promesas de financiamiento. Dicen que seguimos esperando los billetes que nos prometieron para adaptarnos al cambio climático y desarrollar energías limpias. Nos dejan colgados, ¡qué sal!
Para entendernos bien, hay tres temas principales echándose tierra en las negociaciones. Primero, lo comercial; segundo, el compromiso con metas climáticas más fuertes; y tercero, la financiación para los países en desarrollo. Tres varas enormes, y todos quieren que se resuelvan a la vez. Es como intentar hacer un 'tranca-vaca' con un camión, un autobús y una bicicleta. ¡Imposible!
Ahora, allá afuera hay gente que dirá que esto es una pérdida de tiempo, que siempre terminan igual. Pero nosotros, los ticos, sabemos que hay que seguir luchando. Aunque a veces parezca que vamos a irnos al traste, tenemos que mantener la esperanza y exigir cambios reales. El futuro de nuestros hijos y nietos depende de ello. Además, piénsalo así: si Costa Rica puede ser ejemplo mundial de sostenibilidad, ¡el mundo entero puede hacerlo!
En fin, parece que la COP30 va a ser un festival de tensiones y debates acalorados. ¿Creen ustedes que realmente llegarán a un acuerdo significativo en estos últimos días, o seguiremos viendo promesas vacías y soluciones a medias? Compartan sus opiniones en el foro. ¡Vamos a prender la conversación y ver qué piensa la masa!
La verdad, la cosa está caliente. Ya pasaron de los discursos bonitos y ahora toca ponerle candela a las negociaciones. Estos últimos cinco días son cruciales, mándale bendiciones. Tenemos representantes de 195 países buscando entenderse, y vaya que esto requiere paciencia. Imaginen la maraña de intereses y opiniones tratando de encajar en un solo acuerdo... ¡una torta!
Alckmin, el vicepresidente brasileño, quien anda dando el rol de anfitrión, también le metió presión. No andaba con rodeos, dijo textualmente: “El tiempo para las promesas acabó”. Y vaya que tiene razón, porque los números no mienten. Cada décima de grado extra de calentamiento pone en riesgo más vidas. Nosotros acá en Costa Rica sentimos eso, con los problemas de agua, la sequía, el aumento del nivel del mar… ¡es una preocupación nacional!
Pero claro, ahí está la China, la India y unos cuantos amigos queriendo que la COP30 les quite las ganas de meter leyes nuevas contra las barreras comerciales. Como si eso fuera solución a la crisis climática. Luego, tenemos a los países insulares, esos que ya están sintiendo el agua hasta el cuello, reclamando que la COP reaccione a las malas noticias. Dicen que necesitamos compromisos más ambiciosos, y yo les doy toda la razón, compa. Pero algunos gigantes económicos, como China y Arabia Saudita, no quieren saber nada de asumir responsabilidades extras. ¡Qué descaro!
Y ni hablar de los países del Sur Global, sobre todo los africanos, que están hartos de que los países ricos no cumplan con las promesas de financiamiento. Dicen que seguimos esperando los billetes que nos prometieron para adaptarnos al cambio climático y desarrollar energías limpias. Nos dejan colgados, ¡qué sal!
Para entendernos bien, hay tres temas principales echándose tierra en las negociaciones. Primero, lo comercial; segundo, el compromiso con metas climáticas más fuertes; y tercero, la financiación para los países en desarrollo. Tres varas enormes, y todos quieren que se resuelvan a la vez. Es como intentar hacer un 'tranca-vaca' con un camión, un autobús y una bicicleta. ¡Imposible!
Ahora, allá afuera hay gente que dirá que esto es una pérdida de tiempo, que siempre terminan igual. Pero nosotros, los ticos, sabemos que hay que seguir luchando. Aunque a veces parezca que vamos a irnos al traste, tenemos que mantener la esperanza y exigir cambios reales. El futuro de nuestros hijos y nietos depende de ello. Además, piénsalo así: si Costa Rica puede ser ejemplo mundial de sostenibilidad, ¡el mundo entero puede hacerlo!
En fin, parece que la COP30 va a ser un festival de tensiones y debates acalorados. ¿Creen ustedes que realmente llegarán a un acuerdo significativo en estos últimos días, o seguiremos viendo promesas vacías y soluciones a medias? Compartan sus opiniones en el foro. ¡Vamos a prender la conversación y ver qué piensa la masa!