¡Aguafiestas! No nos andemos con rodeos, la ‘pura vida’ está teniendo un empujón económico tremendo gracias a inversiones extranjeras. Pero ojo, porque no todo lo que brilla es oro, ¿eh? Hablamos de los parques industriales Coyol Free Zone y Evolution Free Zone, esos monstruos donde fabrican cositas electrónicas y de medicina que le dan envidia al resto de Latinoamérica.
Resulta que CODE Development Group, unos cabecillas bien organizados, han sabido venderle la idea a empresas gringas y europeas de que acá tenemos las condiciones perfectas para montar sus fábricas. Les ofrecemos estabilidad política (diay, que a veces nos vamos pa’ arriba con los políticos, pero bueno), mano de obra capacitada (gracias al INA, aunque todavía hay mucho por mejorar) y una ubicación estratégica pa' enviar productos a toda la región y hasta pa' Estados Unidos.
Y los números no mienten: según dicen, estos parques ya tienen más de 24 mil personas trabajando directamente ahí, y otras 5 mil indirectamente. ¡Eso es un buen movimiento! Además, se conectan con más de 150 proveedores locales, así que estamos inyectándole dinamismo a la economía nacional. Que no digan que no hacemos cosas bien en este país...aunque a veces cuesta encontrar dónde aparcar, ¡eso sí!
Carlos Wong, el jefe de CODE, dice que Costa Rica no compite por volumen, sino por sofisticación. Claro, preferimos hacer cosas bien hechas, aunque sean pocas, a producir montañas de basura electrónica. Él también recalca que las empresas hoy día buscan más que solo espacio físico; quieren un ecosistema completo donde sentirse seguros y poder crecer a largo plazo. Así que le están apostando a combinar infraestructura de primera, gente preparada y cuidar el medio ambiente (por fin, alguien hablando de eso).
Pero aquí viene el hueso: ¿Es sostenible todo esto? Porque si bien las exportaciones han crecido un 9%, ¿qué pasa con la distribución de la riqueza? ¿Todos los costarricenses nos estamos beneficiando de esta bonanza, o solo unos pocos están engordando las billeteras? Tenemos que estar pendientes de que esta modernización no deje a nadie atrás, ni en las zonas rurales ni en los barrios más necesitados.
Otro tema importante es la educación. Wong menciona que están creando centros de capacitación con el INA y Lumino, pero ¿son suficientes para cubrir todas las necesidades de las empresas? Necesitamos formar más técnicos e ingenieros, y asegurar que tengan las habilidades que realmente demandan las industrias modernas. Sino, nos quedaremos cortos y tendremos que traer gente de afuera, ¡y eso no sería bueno para nuestros propios nacionales!
Además, no olvidemos la sostenibilidad ambiental. Fabricar tantas cosas consume energía, agua y recursos naturales. Tenemos que asegurarnos de que estas empresas estén operando de manera responsable y minimizando su impacto en el planeta. Recordemos que somos un país privilegiado por nuestra biodiversidad, y no queremos sacrificarla por unas ganancias económicas rápidas. ¡Que no se nos vaya la pincha, mi pana!
En fin, parece que Costa Rica se está convirtiendo en un imán para la inversión extranjera, y eso es positivo, siempre y cuando hagamos las cosas bien y pensemos en el futuro. Pero me pregunto, ¿cree usted que el crecimiento industrial desenfrenado puede coexistir con la protección del medio ambiente y la equidad social en nuestro país? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
Resulta que CODE Development Group, unos cabecillas bien organizados, han sabido venderle la idea a empresas gringas y europeas de que acá tenemos las condiciones perfectas para montar sus fábricas. Les ofrecemos estabilidad política (diay, que a veces nos vamos pa’ arriba con los políticos, pero bueno), mano de obra capacitada (gracias al INA, aunque todavía hay mucho por mejorar) y una ubicación estratégica pa' enviar productos a toda la región y hasta pa' Estados Unidos.
Y los números no mienten: según dicen, estos parques ya tienen más de 24 mil personas trabajando directamente ahí, y otras 5 mil indirectamente. ¡Eso es un buen movimiento! Además, se conectan con más de 150 proveedores locales, así que estamos inyectándole dinamismo a la economía nacional. Que no digan que no hacemos cosas bien en este país...aunque a veces cuesta encontrar dónde aparcar, ¡eso sí!
Carlos Wong, el jefe de CODE, dice que Costa Rica no compite por volumen, sino por sofisticación. Claro, preferimos hacer cosas bien hechas, aunque sean pocas, a producir montañas de basura electrónica. Él también recalca que las empresas hoy día buscan más que solo espacio físico; quieren un ecosistema completo donde sentirse seguros y poder crecer a largo plazo. Así que le están apostando a combinar infraestructura de primera, gente preparada y cuidar el medio ambiente (por fin, alguien hablando de eso).
Pero aquí viene el hueso: ¿Es sostenible todo esto? Porque si bien las exportaciones han crecido un 9%, ¿qué pasa con la distribución de la riqueza? ¿Todos los costarricenses nos estamos beneficiando de esta bonanza, o solo unos pocos están engordando las billeteras? Tenemos que estar pendientes de que esta modernización no deje a nadie atrás, ni en las zonas rurales ni en los barrios más necesitados.
Otro tema importante es la educación. Wong menciona que están creando centros de capacitación con el INA y Lumino, pero ¿son suficientes para cubrir todas las necesidades de las empresas? Necesitamos formar más técnicos e ingenieros, y asegurar que tengan las habilidades que realmente demandan las industrias modernas. Sino, nos quedaremos cortos y tendremos que traer gente de afuera, ¡y eso no sería bueno para nuestros propios nacionales!
Además, no olvidemos la sostenibilidad ambiental. Fabricar tantas cosas consume energía, agua y recursos naturales. Tenemos que asegurarnos de que estas empresas estén operando de manera responsable y minimizando su impacto en el planeta. Recordemos que somos un país privilegiado por nuestra biodiversidad, y no queremos sacrificarla por unas ganancias económicas rápidas. ¡Que no se nos vaya la pincha, mi pana!
En fin, parece que Costa Rica se está convirtiendo en un imán para la inversión extranjera, y eso es positivo, siempre y cuando hagamos las cosas bien y pensemos en el futuro. Pero me pregunto, ¿cree usted que el crecimiento industrial desenfrenado puede coexistir con la protección del medio ambiente y la equidad social en nuestro país? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!