¡Ay, pata! Aquí vamos otra vez con el tema de Crucitas y el oro, que parece que nunca va a tener fin. La bancada del partido en el poder intentó meterle prisa al asunto, buscando una salida exprés para que el gobierno pueda echar mano a ese filón que tanto les interesa. Resulta que presentaron una moción para darle vía rápida al proyecto que permitirá explorar y hasta explotar oro en la zona, pero bueno, como suele pasar por acá, las cosas no anduvieron como querían.
Este espicie de decreto, que llevan arrastrando desde noviembre del año pasado, quería salir adelante gracias al artículo 234 bis. Lo que pasa es que este artículo envía el expediente a una comisión especial para discutirlo rapidito y votar algunas mociones. Pero claro, con reglas estrictas, limitando cuántas veces pueden hablar y cuánto tiempo tienen para defender sus ideas. Suena familiar, ¿verdad? Porque es casi igual al lío que tuvieron con las famosas jornadas 4-3, que también se fueron al traste porque los diputados no llegaron a un acuerdo.
Ahora bien, pa’ que esto hubiera salido, necesitaban 38 votos. ¡Imagínate!, pero solo lograron juntar 22. Dieciocho diputados, de diferentes partidos –Frente Amplio, PLN– e incluso independientes como Johana Obando y Gloria Navas, le dijeron no al proyecto. Hasta Vanessa Castro, de los socialcristianos, se puso en contra. Un verdadero rompimiento, diay, mándale saludos a la oposición.
Si te preguntas qué quieren exactamente los del gobierno, es sencillo: buscan inyectarle al país unos cuantos billetes aprovechándose del oro que encontraron en Cutris, San Carlos. Y no es poca cosa, según dicen; ¡un millón de onzas ya confirmadas! Ronny Rodríguez, el viceministro de Ambiente, soltó la bomba diciendo que podría haber aún más, y que esas onzas valen, ojo cuídado, cerca de $2.700 cada una en el mercado internacional. Eso sí que es plata, compa...
Pero no todo es miel sobre hojuelas, claro. Del dinero que saquen vendiendo el oro, un 28% iría directo a manos de la municipalidad de San Carlos y de las asociaciones de desarrollo de la zona. Se repartiría así: 25% para el ayuntamiento y 3% para las asociaciones. ¡Un buen empujoncito para esos lados! Pero el resto, o sea el 72%, se iba pa' el Ministerio de Hacienda para ayudar a pagar la deuda pública. Ese es el truco, ¿no?
Para hacerlo más complicado, a principios de julio, luego de que algunos diputados fueran a ver la zona con sus propios ojos, cambiaron un poco el proyecto original. Ahora separan la exploración de la explotación. Primero tienes que conseguir permiso para explorar, y si encuentras algo interesante, entonces puedes competir por la concesión para explotarlo. Además, van a poner un precio mínimo y harán una subasta para que las empresas pongan sus ofertas. Así, dicen, sería más transparente... ¡Ja! Ya sabemos cómo terminan estas cosas, ¿verdad?
A pesar de todo el revuelo, el proyecto sigue ahí, dando vueltas, esperando una oportunidad para despegar. Han ido avanzando lentamente a través de las comisiones, recopilando información y escuchando opiniones de todos lados. Parece que este brete va a durar bastante, y mientras tanto, el oro sigue enterrado, esperando a que alguien decida si vale la pena sacarlo a la luz. Hay quienes dicen que sí, que traerá inversión y empleo. Otros, que arruinará el medio ambiente y afectará a las comunidades locales. Una verdadera controversia, mae.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que el debate sobre la explotación de oro en Crucitas terminará pronto, o seguirá siendo un tema candente que divide a la sociedad costarricense? ¿Será posible encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente en esta polémica vara?
Este espicie de decreto, que llevan arrastrando desde noviembre del año pasado, quería salir adelante gracias al artículo 234 bis. Lo que pasa es que este artículo envía el expediente a una comisión especial para discutirlo rapidito y votar algunas mociones. Pero claro, con reglas estrictas, limitando cuántas veces pueden hablar y cuánto tiempo tienen para defender sus ideas. Suena familiar, ¿verdad? Porque es casi igual al lío que tuvieron con las famosas jornadas 4-3, que también se fueron al traste porque los diputados no llegaron a un acuerdo.
Ahora bien, pa’ que esto hubiera salido, necesitaban 38 votos. ¡Imagínate!, pero solo lograron juntar 22. Dieciocho diputados, de diferentes partidos –Frente Amplio, PLN– e incluso independientes como Johana Obando y Gloria Navas, le dijeron no al proyecto. Hasta Vanessa Castro, de los socialcristianos, se puso en contra. Un verdadero rompimiento, diay, mándale saludos a la oposición.
Si te preguntas qué quieren exactamente los del gobierno, es sencillo: buscan inyectarle al país unos cuantos billetes aprovechándose del oro que encontraron en Cutris, San Carlos. Y no es poca cosa, según dicen; ¡un millón de onzas ya confirmadas! Ronny Rodríguez, el viceministro de Ambiente, soltó la bomba diciendo que podría haber aún más, y que esas onzas valen, ojo cuídado, cerca de $2.700 cada una en el mercado internacional. Eso sí que es plata, compa...
Pero no todo es miel sobre hojuelas, claro. Del dinero que saquen vendiendo el oro, un 28% iría directo a manos de la municipalidad de San Carlos y de las asociaciones de desarrollo de la zona. Se repartiría así: 25% para el ayuntamiento y 3% para las asociaciones. ¡Un buen empujoncito para esos lados! Pero el resto, o sea el 72%, se iba pa' el Ministerio de Hacienda para ayudar a pagar la deuda pública. Ese es el truco, ¿no?
Para hacerlo más complicado, a principios de julio, luego de que algunos diputados fueran a ver la zona con sus propios ojos, cambiaron un poco el proyecto original. Ahora separan la exploración de la explotación. Primero tienes que conseguir permiso para explorar, y si encuentras algo interesante, entonces puedes competir por la concesión para explotarlo. Además, van a poner un precio mínimo y harán una subasta para que las empresas pongan sus ofertas. Así, dicen, sería más transparente... ¡Ja! Ya sabemos cómo terminan estas cosas, ¿verdad?
A pesar de todo el revuelo, el proyecto sigue ahí, dando vueltas, esperando una oportunidad para despegar. Han ido avanzando lentamente a través de las comisiones, recopilando información y escuchando opiniones de todos lados. Parece que este brete va a durar bastante, y mientras tanto, el oro sigue enterrado, esperando a que alguien decida si vale la pena sacarlo a la luz. Hay quienes dicen que sí, que traerá inversión y empleo. Otros, que arruinará el medio ambiente y afectará a las comunidades locales. Una verdadera controversia, mae.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que el debate sobre la explotación de oro en Crucitas terminará pronto, o seguirá siendo un tema candente que divide a la sociedad costarricense? ¿Será posible encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente en esta polémica vara?
