Entra un tipo a una farmacia, y le dice en voz alta y tono arrogante al dependiente para que todos los presentes lo escucharan: ¡¡¡DEME DIEZ CONDONES!!!
Y le replica el dependiente: Señor cuide su lengua.
-Entonces deme once-

Y le replica el dependiente: Señor cuide su lengua.
-Entonces deme once-