¡Ay, Dios mío, qué bronca! La cosa se puso turbia con la desaparición de doña Ligia Faerron, la señora que andaba perdida desde el 26 de septiembre. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) tuvo que meterle mano a su casita en San Carlos, buscando pistas para ver si logran resolver este maje. Parece que la cosa no pinta bien, ¿eh?
Como les cuento, la búsqueda de Ligia Zulema Faerron Jiménez, de 53 años, ha sido una movida constante para su familia. La recuerdan como una mae súper comunicativa, siempre mandándole mensajitos y llamando por videollamada. Que nadie entienda cómo alguien así puede esfumarse así, sin dejar ni rastro. Su hija, Estefany, me contó que siempre sabían dónde estaba, qué iba a hacer... Pero ahora, silencio absoluto. ¡Un vacío total!
Y encima, el carro. ¡Qué sal! Apareció allá en Santa Rita, prácticamente desarmado en un taller. Al parecer, unos vándalos estaban pensando en venderlo por partes. Imagínate el susto de la familia al enterarse de eso. ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Tenían algo que ver con la desaparición de doña Ligia? Preguntas que necesitan respuesta urgente.
Según Estefany, la última vez que vieron a su mamá fue el viernes pasado, a las 7:36 a.m., por las cámaras de seguridad de su casa. Ahí se le ve normal, sin apuros. Luego, puff, nada. Sus hijos la estuvieron llamando toda la mañana, preguntándole cómo estaba, esperando una respuesta. Pero la doña no contestó. Ni un mensajito, nada. Eso es lo que más le preocupa a la familia, porque eso nunca había pasado.
Dicen que la casa estaba revoloteando, como si hubieran estado buscando algo. Apagaron las cámaras de seguridad, para borrar huellas, imagínate. Los vecinos dicen que no escucharon nada raro, pero bueno, ya saben, algunos prefieren hacerse los sordos. Se siente un ambiente pesado en el vecindario, todos preocupados por lo que le pudo haber pasado a doña Ligia. Una señora trabajadora, sin enemigos aparentes, ¿quién querría hacerle daño?
Ahora, el OIJ anda revisando a fondo la casa, buscando cualquier pista que pueda ayudar a esclarecer el caso. Ya han hablado con varias personas cercanas a doña Ligia, tratando de armar el rompecabezas. La fiscalía también está involucrada, tomando decisiones clave para avanzar en la investigación. Parece que tienen algunas líneas de investigación prometedoras, aunque todavía no quieren soltar prenda para no espantar a los sospechosos.
Este brete, además de angustiar a la familia, está poniendo a temblar a muchos ticos. ¿Cómo es posible que una persona desaparezca así, sin dejar rastro? ¿Estamos perdiendo la seguridad en nuestras propias casas? Esto nos hace pensar en la necesidad de reforzar medidas de seguridad, tanto personales como comunitarias. Necesitamos estar más alertas, cuidarnos mutuamente, para evitar que tragedias como esta se repitan.
La verdad, la situación es bastante apremiante y la familia pide ayuda a quien tenga alguna información que pueda colaborar con la investigación. Esperamos que el OIJ logre resolver este misterio pronto y traer respuestas a esta familia desesperada. Ahora, quiero saberles, queridos lectores: ¿creen que la policía está manejando el caso correctamente, o deberían tomar medidas más drásticas? ¿Cuál creen que sería el siguiente paso lógico para encontrar a doña Ligia?
Como les cuento, la búsqueda de Ligia Zulema Faerron Jiménez, de 53 años, ha sido una movida constante para su familia. La recuerdan como una mae súper comunicativa, siempre mandándole mensajitos y llamando por videollamada. Que nadie entienda cómo alguien así puede esfumarse así, sin dejar ni rastro. Su hija, Estefany, me contó que siempre sabían dónde estaba, qué iba a hacer... Pero ahora, silencio absoluto. ¡Un vacío total!
Y encima, el carro. ¡Qué sal! Apareció allá en Santa Rita, prácticamente desarmado en un taller. Al parecer, unos vándalos estaban pensando en venderlo por partes. Imagínate el susto de la familia al enterarse de eso. ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Tenían algo que ver con la desaparición de doña Ligia? Preguntas que necesitan respuesta urgente.
Según Estefany, la última vez que vieron a su mamá fue el viernes pasado, a las 7:36 a.m., por las cámaras de seguridad de su casa. Ahí se le ve normal, sin apuros. Luego, puff, nada. Sus hijos la estuvieron llamando toda la mañana, preguntándole cómo estaba, esperando una respuesta. Pero la doña no contestó. Ni un mensajito, nada. Eso es lo que más le preocupa a la familia, porque eso nunca había pasado.
Dicen que la casa estaba revoloteando, como si hubieran estado buscando algo. Apagaron las cámaras de seguridad, para borrar huellas, imagínate. Los vecinos dicen que no escucharon nada raro, pero bueno, ya saben, algunos prefieren hacerse los sordos. Se siente un ambiente pesado en el vecindario, todos preocupados por lo que le pudo haber pasado a doña Ligia. Una señora trabajadora, sin enemigos aparentes, ¿quién querría hacerle daño?
Ahora, el OIJ anda revisando a fondo la casa, buscando cualquier pista que pueda ayudar a esclarecer el caso. Ya han hablado con varias personas cercanas a doña Ligia, tratando de armar el rompecabezas. La fiscalía también está involucrada, tomando decisiones clave para avanzar en la investigación. Parece que tienen algunas líneas de investigación prometedoras, aunque todavía no quieren soltar prenda para no espantar a los sospechosos.
Este brete, además de angustiar a la familia, está poniendo a temblar a muchos ticos. ¿Cómo es posible que una persona desaparezca así, sin dejar rastro? ¿Estamos perdiendo la seguridad en nuestras propias casas? Esto nos hace pensar en la necesidad de reforzar medidas de seguridad, tanto personales como comunitarias. Necesitamos estar más alertas, cuidarnos mutuamente, para evitar que tragedias como esta se repitan.
La verdad, la situación es bastante apremiante y la familia pide ayuda a quien tenga alguna información que pueda colaborar con la investigación. Esperamos que el OIJ logre resolver este misterio pronto y traer respuestas a esta familia desesperada. Ahora, quiero saberles, queridos lectores: ¿creen que la policía está manejando el caso correctamente, o deberían tomar medidas más drásticas? ¿Cuál creen que sería el siguiente paso lógico para encontrar a doña Ligia?