¡Ay, Dios mío! Esto sí que está feo. La desaparición de Yerli Bejarano García, una joven madre indígena de 27 años, y su hijita de dos, Yensy Isabel Marcuzi Bejarano, ha sacudido hasta los cimientos a Coto Brus. Se les vio por última vez hace casi una semana, allá por el 5 de octubre, y el silencio es ensordecedor. El OIJ ya está metido hasta acá al cuello, pero necesitamos que la gente abra los ojos y preste atención, porque esto huele raro.
Según las autoridades, ambas fueron vistas por última vez en la zona rural de Coto Brus, un lugar tranquilo usualmente, donde la vida transcurre a otro ritmo. Pero ahora, esa tranquilidad se ha roto con este misterio que nos tiene a todos pensando qué habrá pasado. La denuncia llegó el día siguiente, el 6 de octubre, y desde entonces, la búsqueda ha sido constante, recorriendo caminos rurales, preguntando a vecinos y revisando cámaras de seguridad disponibles, aunque en esas zonas la tecnología no siempre es fácil de encontrar.
Lo que más preocupa es la vulnerabilidad de la niña, Yensy. Dos añitos es una edad muy tierna, totalmente dependiente de su mamá. Imagínate la angustia de sus familiares, buscando respuestas en medio de tanta incertidumbre. No es la primera vez que ocurre algo así en nuestras comunidades indígenas, desgraciadamente. Hay que recordar que muchas veces estas personas están alejadas de los servicios básicos, lo cual dificulta aún más las labores de investigación y rescate. Además, la idiosincrasia particular de algunas comunidades puede hacer que la información tarde en llegar a las autoridades.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), específicamente la sede de Corredores, está haciendo un esfuerzo monumental para dar con ellas, pero necesitan nuestra ayuda. Han habilitado líneas telefónicas y WhatsApp para recibir cualquier información, por mínima que parezca. ¡Ni siquiera te imaginas cómo una simple pista puede cambiar el rumbo de la investigación! Están pidiendo a la población que esté atenta a cualquier movimiento sospechoso o a cualquier detalle que pueda ayudar a esclarecer este caso. ¿Quién las vio, dónde las vieron, con quién estaban...? Cada dato cuenta, mae.
Algunos especulan sobre distintas posibilidades, desde un posible accidente en la zona rural hasta alguna situación familiar complicada. Pero hasta el momento, no hay indicios claros que permitan confirmar ninguna hipótesis concreta. Lo único cierto es que Yerli y Yensy están desaparecidas y urge encontrarlas sanas y salvas. La preocupación es palpable en toda la comunidad, que se une en oración y esperanza para que pronto haya buenas noticias.
Esta desaparición también pone de manifiesto la importancia de fortalecer la presencia del Estado en las comunidades indígenas. Necesitamos más recursos destinados a la protección de estos pueblos originarios, a garantizar su acceso a servicios de salud y educación, y a brindarles un acompañamiento adecuado en situaciones de vulnerabilidad. No podemos permitir que sigan ocurriendo tragedias de este tipo. Además, es crucial promover la sensibilización social sobre la realidad de las poblaciones indígenas y combatir prejuicios y discriminación que puedan obstaculizar su desarrollo y bienestar.
Las redes sociales han sido un canal fundamental para difundir la imagen de Yerli e Yensy y solicitar la colaboración ciudadana. Han circulado fotos, videos y mensajes de apoyo, generando una ola de solidaridad que demuestra la unión de los costarricenses ante la adversidad. Muchos usuarios han compartido la información en sus perfiles personales, utilizando hashtags como #BuscanAYerli #EncuentrenAYensy #CotoBrusSolidario. ¡Es admirable ver cómo la tecnología puede movilizar a la gente en pos de una causa justa!
Este caso nos recuerda que nunca debemos bajar la guardia y que debemos estar siempre atentos a nuestro entorno. La vigilancia vecinal, la comunicación entre ciudadanos y la denuncia oportuna pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una investigación. ¿Ustedes creen que las autoridades deberían intensificar patrullajes en zonas rurales remotas como medida preventiva para evitar futuras desapariciones o casos similares? Dejen sus opiniones abajo, vamos a darle caña a esta conversación.
Según las autoridades, ambas fueron vistas por última vez en la zona rural de Coto Brus, un lugar tranquilo usualmente, donde la vida transcurre a otro ritmo. Pero ahora, esa tranquilidad se ha roto con este misterio que nos tiene a todos pensando qué habrá pasado. La denuncia llegó el día siguiente, el 6 de octubre, y desde entonces, la búsqueda ha sido constante, recorriendo caminos rurales, preguntando a vecinos y revisando cámaras de seguridad disponibles, aunque en esas zonas la tecnología no siempre es fácil de encontrar.
Lo que más preocupa es la vulnerabilidad de la niña, Yensy. Dos añitos es una edad muy tierna, totalmente dependiente de su mamá. Imagínate la angustia de sus familiares, buscando respuestas en medio de tanta incertidumbre. No es la primera vez que ocurre algo así en nuestras comunidades indígenas, desgraciadamente. Hay que recordar que muchas veces estas personas están alejadas de los servicios básicos, lo cual dificulta aún más las labores de investigación y rescate. Además, la idiosincrasia particular de algunas comunidades puede hacer que la información tarde en llegar a las autoridades.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), específicamente la sede de Corredores, está haciendo un esfuerzo monumental para dar con ellas, pero necesitan nuestra ayuda. Han habilitado líneas telefónicas y WhatsApp para recibir cualquier información, por mínima que parezca. ¡Ni siquiera te imaginas cómo una simple pista puede cambiar el rumbo de la investigación! Están pidiendo a la población que esté atenta a cualquier movimiento sospechoso o a cualquier detalle que pueda ayudar a esclarecer este caso. ¿Quién las vio, dónde las vieron, con quién estaban...? Cada dato cuenta, mae.
Algunos especulan sobre distintas posibilidades, desde un posible accidente en la zona rural hasta alguna situación familiar complicada. Pero hasta el momento, no hay indicios claros que permitan confirmar ninguna hipótesis concreta. Lo único cierto es que Yerli y Yensy están desaparecidas y urge encontrarlas sanas y salvas. La preocupación es palpable en toda la comunidad, que se une en oración y esperanza para que pronto haya buenas noticias.
Esta desaparición también pone de manifiesto la importancia de fortalecer la presencia del Estado en las comunidades indígenas. Necesitamos más recursos destinados a la protección de estos pueblos originarios, a garantizar su acceso a servicios de salud y educación, y a brindarles un acompañamiento adecuado en situaciones de vulnerabilidad. No podemos permitir que sigan ocurriendo tragedias de este tipo. Además, es crucial promover la sensibilización social sobre la realidad de las poblaciones indígenas y combatir prejuicios y discriminación que puedan obstaculizar su desarrollo y bienestar.
Las redes sociales han sido un canal fundamental para difundir la imagen de Yerli e Yensy y solicitar la colaboración ciudadana. Han circulado fotos, videos y mensajes de apoyo, generando una ola de solidaridad que demuestra la unión de los costarricenses ante la adversidad. Muchos usuarios han compartido la información en sus perfiles personales, utilizando hashtags como #BuscanAYerli #EncuentrenAYensy #CotoBrusSolidario. ¡Es admirable ver cómo la tecnología puede movilizar a la gente en pos de una causa justa!
Este caso nos recuerda que nunca debemos bajar la guardia y que debemos estar siempre atentos a nuestro entorno. La vigilancia vecinal, la comunicación entre ciudadanos y la denuncia oportuna pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una investigación. ¿Ustedes creen que las autoridades deberían intensificar patrullajes en zonas rurales remotas como medida preventiva para evitar futuras desapariciones o casos similares? Dejen sus opiniones abajo, vamos a darle caña a esta conversación.