Costa Rica ha experimentado una reducción significativa en su tasa de desempleo, alcanzando un 8,5% en el segundo trimestre de 2024, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Este descenso de 1,1 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior representa una mejora notable en el panorama laboral del país, que ha sido bien recibido por la administración del presidente Rodrigo Chaves Robles.
El INEC ha detallado que la Encuesta Continua de Empleo para el trimestre de abril a junio de 2024 muestra una población desempleada de 201.000 personas. De estas, 111.000 son hombres, lo que equivale a una tasa de desempleo del 7,6%, mientras que 91.000 son mujeres, con una tasa del 9,9%. Aunque estas cifras reflejan una tendencia positiva en la reducción del desempleo, también ponen de manifiesto una disparidad de género en el mercado laboral.
En términos de participación laboral, la tasa neta nacional se situó en un 56,2%, dividida en un 68,7% para los hombres y un 43,5% para las mujeres. Esta participación no ha mostrado variaciones significativas respecto al año anterior, sugiriendo que la estructura del mercado laboral costarricense sigue presentando retos en términos de equidad de género.
La población ocupada en Costa Rica durante este periodo fue de 2,16 millones de personas, con 1,34 millones de hombres y 822.000 mujeres. Las actividades económicas que más empleo generaron fueron el comercio y la reparación, que representaron el 18,6% de los empleos, seguidas por la industria manufacturera con un 11,1% y el sector de enseñanza y salud con un 10,7%. Este reparto sectorial del empleo destaca la importancia del comercio y los servicios en la economía costarricense.
No obstante, uno de los aspectos más preocupantes del informe del INEC es el alto nivel de empleo informal, que se sitúa en el 39,2%. Este tipo de empleo, que carece de beneficios laborales y seguridad social, sigue siendo una asignatura pendiente para las autoridades, que deberán implementar políticas más efectivas para reducir esta cifra y mejorar la calidad del empleo en el país.
La administración de Chaves Robles ha recibido estos datos con una mezcla de optimismo y cautela. Mientras celebran la reducción del desempleo, reconocen la necesidad de continuar trabajando en políticas que fomenten una mayor equidad de género y la formalización del empleo. Entre las medidas anunciadas, se incluyen programas de capacitación para mujeres y jóvenes, incentivos fiscales para las empresas que formalicen a sus trabajadores y una revisión de las regulaciones laborales para adaptarlas a las nuevas realidades del mercado.
En el contexto político, esta disminución del desempleo se ha convertido en un punto a favor para el gobierno actual, que ha enfrentado críticas por su manejo de la economía y las políticas laborales. La oposición, por su parte, ha señalado que la reducción del desempleo no es suficiente si no va acompañada de mejoras en la calidad del empleo y la reducción de la informalidad.
El futuro del mercado laboral en Costa Rica depende en gran medida de las decisiones que tome el gobierno en los próximos meses. La necesidad de una reforma laboral integral es evidente, y aunque la reducción del desempleo es un buen indicio, los desafíos estructurales que enfrenta el país requieren una atención continua y sostenida. La administración Chaves Robles tiene una oportunidad única para implementar cambios significativos que puedan beneficiar a largo plazo a la población trabajadora del país.
Es crucial que la sociedad costarricense mantenga un diálogo abierto y constructivo sobre estas cuestiones, promoviendo la participación de todos los sectores en la búsqueda de soluciones. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá construir un mercado laboral más justo y equitativo para todos los costarricenses.
El INEC ha detallado que la Encuesta Continua de Empleo para el trimestre de abril a junio de 2024 muestra una población desempleada de 201.000 personas. De estas, 111.000 son hombres, lo que equivale a una tasa de desempleo del 7,6%, mientras que 91.000 son mujeres, con una tasa del 9,9%. Aunque estas cifras reflejan una tendencia positiva en la reducción del desempleo, también ponen de manifiesto una disparidad de género en el mercado laboral.
En términos de participación laboral, la tasa neta nacional se situó en un 56,2%, dividida en un 68,7% para los hombres y un 43,5% para las mujeres. Esta participación no ha mostrado variaciones significativas respecto al año anterior, sugiriendo que la estructura del mercado laboral costarricense sigue presentando retos en términos de equidad de género.
La población ocupada en Costa Rica durante este periodo fue de 2,16 millones de personas, con 1,34 millones de hombres y 822.000 mujeres. Las actividades económicas que más empleo generaron fueron el comercio y la reparación, que representaron el 18,6% de los empleos, seguidas por la industria manufacturera con un 11,1% y el sector de enseñanza y salud con un 10,7%. Este reparto sectorial del empleo destaca la importancia del comercio y los servicios en la economía costarricense.
No obstante, uno de los aspectos más preocupantes del informe del INEC es el alto nivel de empleo informal, que se sitúa en el 39,2%. Este tipo de empleo, que carece de beneficios laborales y seguridad social, sigue siendo una asignatura pendiente para las autoridades, que deberán implementar políticas más efectivas para reducir esta cifra y mejorar la calidad del empleo en el país.
La administración de Chaves Robles ha recibido estos datos con una mezcla de optimismo y cautela. Mientras celebran la reducción del desempleo, reconocen la necesidad de continuar trabajando en políticas que fomenten una mayor equidad de género y la formalización del empleo. Entre las medidas anunciadas, se incluyen programas de capacitación para mujeres y jóvenes, incentivos fiscales para las empresas que formalicen a sus trabajadores y una revisión de las regulaciones laborales para adaptarlas a las nuevas realidades del mercado.
En el contexto político, esta disminución del desempleo se ha convertido en un punto a favor para el gobierno actual, que ha enfrentado críticas por su manejo de la economía y las políticas laborales. La oposición, por su parte, ha señalado que la reducción del desempleo no es suficiente si no va acompañada de mejoras en la calidad del empleo y la reducción de la informalidad.
El futuro del mercado laboral en Costa Rica depende en gran medida de las decisiones que tome el gobierno en los próximos meses. La necesidad de una reforma laboral integral es evidente, y aunque la reducción del desempleo es un buen indicio, los desafíos estructurales que enfrenta el país requieren una atención continua y sostenida. La administración Chaves Robles tiene una oportunidad única para implementar cambios significativos que puedan beneficiar a largo plazo a la población trabajadora del país.
Es crucial que la sociedad costarricense mantenga un diálogo abierto y constructivo sobre estas cuestiones, promoviendo la participación de todos los sectores en la búsqueda de soluciones. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá construir un mercado laboral más justo y equitativo para todos los costarricenses.