¡Aguántense!, parece que la carretera entre Taras y La Lima sigue dando dolores de cabeza. Después de varios meses de aguaceros torrenciales que nos dejaron más mojados que gato empapao, ahora toca lidiar con un desprendimiento de material en plena ruta. El MOPT salió a tranquilizarnos diciendo que todo está bajo control, pero por acá algunos estamos pensando: ¿será que sí?
Según Mario Campos, el gerente del PIT del MOPT, todo ocurrió porque los suelos se saturan luego de tanta lluvia. El material, aparentemente tierra y piedras, se hundió en la zona justo atrás del muro de retención del lado que va pa’ Cartago. Pero ojo, que él mismo nos quiere dejar tranquilos: “No hay nada de qué preocuparse”, dijo con toda la seguridad del mundo. Explica que tenemos una ‘pantalla de pilones’ que sostiene el carril rumbo a San José.
Ahora, pa’ ponerle un poco de contexto a esta vaina, todos sabemos que esa carretera lleva años medio abandonada. Es pura torta y bache, mae. Ya ni hablamos de la poca señalización y los huecos que te pueden hacer perder una llanta fácilmente. Se supone que el MOPT debería estar haciendo mantenimientos preventivos, pero parece que andamos a la deriva, esperando a que algo explote antes de actuar. ¡Qué despiche!
Las autoridades, en coordinación con la policía municipal y tránsito, tienen el paso resguardado por el espaldón del carril que va de Cartago para acá. Te piden mantener la calma y respetar la señalización, pero bueno, eso es fácil decirlo cuando no estás ahí metido en el brete viendo cómo el tráfico se acumula y la gente se desespera. Muchos conductores, especialmente los que van pa’l sur, están teniendo que buscar rutas alternativas, lo cual significa más tiempo y estrés.
Pero lo que realmente preocupa a los vecinos de la zona es que esto no es la primera vez que pasa. Recuerdo hace unos años que hubo otro deslizamiento similar y prometieron arreglarlo, pero nunca lo hicieron bien. Ahora, con este nuevo problema, muchos temen que la situación empeore, especialmente si siguen cayendo aguaceros fuertes. Algunos me comentan que han visto grietas más grandes en el muro de retención y que les da miedo que el camino se cierre definitivamente.
Y claro, no podía faltar el clásico llamado a la calma del MOPT. Nos piden que respetemos las restricciones de velocidad y que estemos atentos a las señales. Como si fuera suficiente, ¿no creen? La verdad es que necesitamos soluciones reales y duraderas, no solo parches temporales. Se necesita un estudio serio de la estabilidad del terreno y una inversión importante en obras de infraestructura adecuadas. Esto no puede seguir siendo una chinancia constante.
Algunos expertos señalan que la construcción de muros de contención más robustos y sistemas de drenaje eficientes podrían ayudar a prevenir futuros desprendimientos. También sugieren realizar inspecciones periódicas de la carretera para detectar cualquier signo de inestabilidad. Pero todo eso cuesta dinero, y ahí es donde empieza el verdadero problema: ¿el gobierno estará dispuesto a invertir lo necesario para garantizar la seguridad de los usuarios de esta vía crucial?
Con todo esto, no puedo evitar preguntarme: ¿hasta cuándo vamos a tener que aguantar estas situaciones precarias en nuestras carreteras? ¿Será que algún día nuestros gobernantes entenderán que la seguridad vial es una prioridad y no solo una promesa electoral? ¡Díganme sus opiniones, compas! ¿Ustedes creen que el MOPT realmente está tomando medidas efectivas para solucionar este problema o simplemente está tratando de minimizar el impacto mediático?
Según Mario Campos, el gerente del PIT del MOPT, todo ocurrió porque los suelos se saturan luego de tanta lluvia. El material, aparentemente tierra y piedras, se hundió en la zona justo atrás del muro de retención del lado que va pa’ Cartago. Pero ojo, que él mismo nos quiere dejar tranquilos: “No hay nada de qué preocuparse”, dijo con toda la seguridad del mundo. Explica que tenemos una ‘pantalla de pilones’ que sostiene el carril rumbo a San José.
Ahora, pa’ ponerle un poco de contexto a esta vaina, todos sabemos que esa carretera lleva años medio abandonada. Es pura torta y bache, mae. Ya ni hablamos de la poca señalización y los huecos que te pueden hacer perder una llanta fácilmente. Se supone que el MOPT debería estar haciendo mantenimientos preventivos, pero parece que andamos a la deriva, esperando a que algo explote antes de actuar. ¡Qué despiche!
Las autoridades, en coordinación con la policía municipal y tránsito, tienen el paso resguardado por el espaldón del carril que va de Cartago para acá. Te piden mantener la calma y respetar la señalización, pero bueno, eso es fácil decirlo cuando no estás ahí metido en el brete viendo cómo el tráfico se acumula y la gente se desespera. Muchos conductores, especialmente los que van pa’l sur, están teniendo que buscar rutas alternativas, lo cual significa más tiempo y estrés.
Pero lo que realmente preocupa a los vecinos de la zona es que esto no es la primera vez que pasa. Recuerdo hace unos años que hubo otro deslizamiento similar y prometieron arreglarlo, pero nunca lo hicieron bien. Ahora, con este nuevo problema, muchos temen que la situación empeore, especialmente si siguen cayendo aguaceros fuertes. Algunos me comentan que han visto grietas más grandes en el muro de retención y que les da miedo que el camino se cierre definitivamente.
Y claro, no podía faltar el clásico llamado a la calma del MOPT. Nos piden que respetemos las restricciones de velocidad y que estemos atentos a las señales. Como si fuera suficiente, ¿no creen? La verdad es que necesitamos soluciones reales y duraderas, no solo parches temporales. Se necesita un estudio serio de la estabilidad del terreno y una inversión importante en obras de infraestructura adecuadas. Esto no puede seguir siendo una chinancia constante.
Algunos expertos señalan que la construcción de muros de contención más robustos y sistemas de drenaje eficientes podrían ayudar a prevenir futuros desprendimientos. También sugieren realizar inspecciones periódicas de la carretera para detectar cualquier signo de inestabilidad. Pero todo eso cuesta dinero, y ahí es donde empieza el verdadero problema: ¿el gobierno estará dispuesto a invertir lo necesario para garantizar la seguridad de los usuarios de esta vía crucial?
Con todo esto, no puedo evitar preguntarme: ¿hasta cuándo vamos a tener que aguantar estas situaciones precarias en nuestras carreteras? ¿Será que algún día nuestros gobernantes entenderán que la seguridad vial es una prioridad y no solo una promesa electoral? ¡Díganme sus opiniones, compas! ¿Ustedes creen que el MOPT realmente está tomando medidas efectivas para solucionar este problema o simplemente está tratando de minimizar el impacto mediático?
