¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con China y Estados Unidos jugando a las escondidas. Resulta que ahora el Secretario del Tesoro gringo, Scott Bessent, anda amenazando con echarle encima más aranceles a los productos chinos si no cumplen lo acordado sobre esas tierras raras. Pa’ que nos entendamos, esos minerales son la onda pa’ hacer pilas, chips y hasta cositas militares, así que el asunto no es pa’ juegos.
Todo esto viene luego de esa juntanza que tuvieron Trump y Xi en Corea del Sur, donde China prometió aguantar unos doce meses sin ponerle trabas nuevas a la exportación de estas tierras raras. Pero resulta que los americanos no están muy convencidos porque todavía tienen algunas trabas viejas activas, ¡qué juguetones! Bessent soltó unas frases bien sabrosas en Fox News y CNN, diciendo que los chinos se han apoderado del mercado y que, si no cambian la actitud, les van a aplicar toda la presión que puedan.
¿Y cuál es la bronca realmente? Pues que China domina el rollo de procesar todas esas tierras raras. Sí, aunque otros países tengan los minerales, para refinar y separar esos elementitos, dependen totalmente de la China. Esto le da a Beijing un poderío geopolítico tremendo, y a Washington le preocupa que sus cadenas de suministro queden súper vulnerables, imagínate el problema. Bessent dice que gobiernos anteriores no vieron venir este peligro y que ahora la administración Trump quiere liberar a Estados Unidos y al resto del mundo de esa dependencia, ¡pa’ todos lados!
Pero ojo, que no todo es amenaza. Como parte del acuerdo, los americanos anunciaron una bajada del 10% en algunos aranceles a productos chinos, buscando apaciguar un poquito las cosas. Eso sí, esta bajada está atada al cumplimiento del acuerdo por parte de China, ¡que no se les ocurra meter la pata! Bessent enfatizó que no quieren romper relaciones con China, sino reducir los riesgos y buscar más independencia industrial. Lo llaman ‘de-risking’, no ‘decoupling’. Unos tecnicismos, ¿verdad?
Además, en este acuerdo también metieron un tema importante: el tráfico de fentanilo. Parece que este polvo que mata gente tiene su origen en laboratorios chinos, entonces Pekín se comprometió a tomar cartas en el asunto y a tratar de cortar el flujo de esa sustancia hacia América del Norte. Trump, por su parte, sigue insistiendo en que no quieren una guerra comercial, sino un trato justo y seguro. ¡Eso dicen, veremos qué pasa!
Ahora mismo, las relaciones entre Washington y Beijing andan como bamboleándose, a veces cooperando, a veces amenazándose con sanciones económicas. Una cuerda floja, vamos. Es como cuando te invitan a comer casados en casa de tu suegra… siempre hay tensión, pero esperas que salga rico todo al final. Ya saben, diplomacia de patio trasero.
Este tema de las tierras raras y las amenazas de aranceles me hacen pensar en cuánto impacto tendrá todo esto en nuestra economía. Dependemos mucho de ambos países, y cualquier movimiento brusco puede afectar nuestros precios y disponibilidad de productos. Además, ¿será que este ‘de-risking’ americano va a generar nuevas oportunidades para otros proveedores de materias primas, incluyendo a nosotros? Algo que deberíamos estar explorando con lupa, ¡más que ranas en charca!
En fin, parece que este capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y China apenas comienza. Con tantas variables en juego y tantos intereses contrapuestos, es difícil predecir qué pasará. Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos foreros: ¿creen que esta amenaza de aranceles es solo una táctica de negociación o realmente estamos ante el inicio de una escalada comercial que afectará a todos nosotros?
Todo esto viene luego de esa juntanza que tuvieron Trump y Xi en Corea del Sur, donde China prometió aguantar unos doce meses sin ponerle trabas nuevas a la exportación de estas tierras raras. Pero resulta que los americanos no están muy convencidos porque todavía tienen algunas trabas viejas activas, ¡qué juguetones! Bessent soltó unas frases bien sabrosas en Fox News y CNN, diciendo que los chinos se han apoderado del mercado y que, si no cambian la actitud, les van a aplicar toda la presión que puedan.
¿Y cuál es la bronca realmente? Pues que China domina el rollo de procesar todas esas tierras raras. Sí, aunque otros países tengan los minerales, para refinar y separar esos elementitos, dependen totalmente de la China. Esto le da a Beijing un poderío geopolítico tremendo, y a Washington le preocupa que sus cadenas de suministro queden súper vulnerables, imagínate el problema. Bessent dice que gobiernos anteriores no vieron venir este peligro y que ahora la administración Trump quiere liberar a Estados Unidos y al resto del mundo de esa dependencia, ¡pa’ todos lados!
Pero ojo, que no todo es amenaza. Como parte del acuerdo, los americanos anunciaron una bajada del 10% en algunos aranceles a productos chinos, buscando apaciguar un poquito las cosas. Eso sí, esta bajada está atada al cumplimiento del acuerdo por parte de China, ¡que no se les ocurra meter la pata! Bessent enfatizó que no quieren romper relaciones con China, sino reducir los riesgos y buscar más independencia industrial. Lo llaman ‘de-risking’, no ‘decoupling’. Unos tecnicismos, ¿verdad?
Además, en este acuerdo también metieron un tema importante: el tráfico de fentanilo. Parece que este polvo que mata gente tiene su origen en laboratorios chinos, entonces Pekín se comprometió a tomar cartas en el asunto y a tratar de cortar el flujo de esa sustancia hacia América del Norte. Trump, por su parte, sigue insistiendo en que no quieren una guerra comercial, sino un trato justo y seguro. ¡Eso dicen, veremos qué pasa!
Ahora mismo, las relaciones entre Washington y Beijing andan como bamboleándose, a veces cooperando, a veces amenazándose con sanciones económicas. Una cuerda floja, vamos. Es como cuando te invitan a comer casados en casa de tu suegra… siempre hay tensión, pero esperas que salga rico todo al final. Ya saben, diplomacia de patio trasero.
Este tema de las tierras raras y las amenazas de aranceles me hacen pensar en cuánto impacto tendrá todo esto en nuestra economía. Dependemos mucho de ambos países, y cualquier movimiento brusco puede afectar nuestros precios y disponibilidad de productos. Además, ¿será que este ‘de-risking’ americano va a generar nuevas oportunidades para otros proveedores de materias primas, incluyendo a nosotros? Algo que deberíamos estar explorando con lupa, ¡más que ranas en charca!
En fin, parece que este capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y China apenas comienza. Con tantas variables en juego y tantos intereses contrapuestos, es difícil predecir qué pasará. Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos foreros: ¿creen que esta amenaza de aranceles es solo una táctica de negociación o realmente estamos ante el inicio de una escalada comercial que afectará a todos nosotros?
