¡Ay, Dios mío, qué bronca! El caso del asesinato del subjefe del OIJ, Geiner Zamora, sigue dando tela, y ahora parece que la trama se complica aún más. Resulta que un abogado, de apellidos Jiménez Fernández – sí, ese mismo –, estaría metido hasta el cuello en esta vaina. Según un informe del OIJ, este señor habría abordado a Zamora justo antes de que le dieran plomo, aparentemente para distraerlo. Distraerlo, ¿pa’ qué? Pa’ que otros dos tipos le tomaran una foto y se la mandaran a ‘Diablo’, ese cabecilla criminal que anda dando vuelta por toda la región.
El informe, que llegó a nuestros manos, pinta un panorama bien turbio. Parece que todo fue orquestado con precisión quirúrgica. El abogado Jiménez Fernández, que conocía a Zamora, lo aborda en el restaurante, mientras otros dos sujetos lo vigilan desde la barra. Le toman una foto, la envían a ‘Diablo’ y… ¡bum!, minutos después, Zamora recibe una lluvia de balas. ¡Qué tremenda sal nos cayó encima a todos!
La Fiscalía, pa’ darle más sabor a la cosa, ha confirmado que este abogado está bajo investigación y que le allanaron la casa el lunes pasado, como parte de la “Operación Justicia”. Dicen que están revisando su teléfono celular a ver si sale algo interesante. “Estamos analizando la evidencia”, dijeron, “vamos a proceder según corresponda”. Pues claro, ¡ya estamos hartos de esperar! Ojalá que pronto saquen las conclusiones y destapen toda esta maraña de mentiras.
Pero ojo, porque esto no es lo único turbio. Recordemos que hace unos meses, el OIJ y la Fiscalía hicieron 47 allanamientos en Guácimo y Pococí, dentro del llamado “Caso Fortuna”. Descubrieron una red de ventas de tiempos ilegales que estaba lavando billetes a nombre del narcotráfico. Y, sorpresa, sorpresa, ¡una de esas propiedades pertenecía al mismísimo abogado Jiménez Fernández! Aunque eso todavía está en investigación, la cosa huele a azufre, diay.
Y hablando de azufre, vamos a hablar de ‘Diablo’ – Alejandro Arias Monge – el capo que maneja todo este brete. El tipo, según dicen, es responsable de varias actividades ilícitas y tiene conexiones hasta las narices. Al parecer, usaba esos locales de apuestas clandestinas para lavar plata del narcotráfico y financiar sus operaciones. ¡Una verdadera pesadilla para el país!
Según el exfiscal José Mena, estos grupos de narcotraficantes estaban usando estas casas de juego como banco para responder por premios altísimos, llegando a multiplicar la inversión hasta 90 veces. ¡Imagínate la tajada que se llevaban! Por supuesto, estas actividades están prohibidas por ley, y solo la Junta de Protección Social (JPS) puede operar legalmente. Pero, como siempre, alguien está aprovechándose del sistema para enriquecerse a costa del pueblo.
Ahora, volviendo al caso del asesinato de Zamora, el informe de la policía judicial detalla cómo fue vigilado en el restaurante. Según las imágenes de las cámaras de seguridad, un sujeto, identificado como Luis Diego Retana Naranjo, lo siguió de cerca y, en un momento dado, le tomó una selfie mientras conversaba con Jiménez Fernández. ¡Una selfie! Imagínate el cinismo de querer documentar un plan tan macabro. Retana Naranjo, junto con otros cómplices, están siendo acusados de participar en este ardid para facilitar el asesinato.
Después de todo lo expuesto, me pregunto: ¿Hasta dónde llegará la influencia del crimen organizado en nuestro país? ¿Seremos capaces de desenmascarar a todos los cómplices y llevarlos ante la justicia, o seguiremos viendo cómo estos delincuentes se aprovechan de la impunidad? ¡Anímense a comentar abajo qué piensan!
El informe, que llegó a nuestros manos, pinta un panorama bien turbio. Parece que todo fue orquestado con precisión quirúrgica. El abogado Jiménez Fernández, que conocía a Zamora, lo aborda en el restaurante, mientras otros dos sujetos lo vigilan desde la barra. Le toman una foto, la envían a ‘Diablo’ y… ¡bum!, minutos después, Zamora recibe una lluvia de balas. ¡Qué tremenda sal nos cayó encima a todos!
La Fiscalía, pa’ darle más sabor a la cosa, ha confirmado que este abogado está bajo investigación y que le allanaron la casa el lunes pasado, como parte de la “Operación Justicia”. Dicen que están revisando su teléfono celular a ver si sale algo interesante. “Estamos analizando la evidencia”, dijeron, “vamos a proceder según corresponda”. Pues claro, ¡ya estamos hartos de esperar! Ojalá que pronto saquen las conclusiones y destapen toda esta maraña de mentiras.
Pero ojo, porque esto no es lo único turbio. Recordemos que hace unos meses, el OIJ y la Fiscalía hicieron 47 allanamientos en Guácimo y Pococí, dentro del llamado “Caso Fortuna”. Descubrieron una red de ventas de tiempos ilegales que estaba lavando billetes a nombre del narcotráfico. Y, sorpresa, sorpresa, ¡una de esas propiedades pertenecía al mismísimo abogado Jiménez Fernández! Aunque eso todavía está en investigación, la cosa huele a azufre, diay.
Y hablando de azufre, vamos a hablar de ‘Diablo’ – Alejandro Arias Monge – el capo que maneja todo este brete. El tipo, según dicen, es responsable de varias actividades ilícitas y tiene conexiones hasta las narices. Al parecer, usaba esos locales de apuestas clandestinas para lavar plata del narcotráfico y financiar sus operaciones. ¡Una verdadera pesadilla para el país!
Según el exfiscal José Mena, estos grupos de narcotraficantes estaban usando estas casas de juego como banco para responder por premios altísimos, llegando a multiplicar la inversión hasta 90 veces. ¡Imagínate la tajada que se llevaban! Por supuesto, estas actividades están prohibidas por ley, y solo la Junta de Protección Social (JPS) puede operar legalmente. Pero, como siempre, alguien está aprovechándose del sistema para enriquecerse a costa del pueblo.
Ahora, volviendo al caso del asesinato de Zamora, el informe de la policía judicial detalla cómo fue vigilado en el restaurante. Según las imágenes de las cámaras de seguridad, un sujeto, identificado como Luis Diego Retana Naranjo, lo siguió de cerca y, en un momento dado, le tomó una selfie mientras conversaba con Jiménez Fernández. ¡Una selfie! Imagínate el cinismo de querer documentar un plan tan macabro. Retana Naranjo, junto con otros cómplices, están siendo acusados de participar en este ardid para facilitar el asesinato.
Después de todo lo expuesto, me pregunto: ¿Hasta dónde llegará la influencia del crimen organizado en nuestro país? ¿Seremos capaces de desenmascarar a todos los cómplices y llevarlos ante la justicia, o seguiremos viendo cómo estos delincuentes se aprovechan de la impunidad? ¡Anímense a comentar abajo qué piensan!