¡Ay, Dios mío! Se nos fue Don Jim Ávila, un tipo que le metióle toda la pata al periodismo, tanto acá como allá. La noticia llegó como un balde de agua fría, me imagino que para su familia y para todos nosotros que admirábamos su trabajo. Un veterano de las ondas, así se podría decir, con una carrera llena de historias que marcaron época.
Jim Ávila, pa’ los que no lo recuerden bien, era un corresponsal americano que laburó duro en ABC News por casi dos décadas. Pero su historia va mucho más atrás, porque antes de eso, anduvo dando tumbos en NBC News cubriendo cositas importantes como el 11 de septiembre y hasta las guerras en Irak y Afganistán, ¡eso es pura fibra! Desde California, este señor cubrió sucesos que dieron vuelta al mundo, demostrando que el periodismo serio aún vive.
Ahora, resulta que Don Jim tenía unos problemitas de salud desde hace tiempo. Se le complicaron las cosas bastante después de haberse transplantado un riñón en 2018 gracias al gesto heroico de su hermano. ¡Eso es tremendo detalle familiar! Él mismo dijo que sin ese transplante se iba directo a cuidados paliativos, así de crítico estaba el asunto. Una verdadera odisea, como él mismo lo describió, pero le dio tiempo extra para seguir haciendo lo que amaba, que era contar historias.
La manera en que anunciaron su muerte, en pleno programa de ABC News, fue impactante, diay. La presentadora Diane Macedo tuvo que darle la noticia en vivo, una escena dura, pero necesaria. Reconocieron su trayectoria, destacaron su valentía frente a la adversidad y mandaron un mensaje de condolencias de parte del presidente de la cadena. Demostraron que valoraban a este hombre que le entregó su vida al periodismo.
Pero la cosa no termina ahí, porque Don Jim cubrió casos que quedaron grabados en la memoria colectiva. Investigaciones complejas, juicios mediáticos… El caso Jerry Sandusky en Penn State, el juicio contra el doctor de Michael Jackson, Conrad Murray… ¡hombre, qué brete! Además, estuvo en la Casa Blanca con Obama y documentó la problemática de la inmigración en la frontera sur. Incluso, presenció la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. ¡Un currículum que ni el feijoo!
Y no olvidemos los premios que acumuló a lo largo de su carrera. Dos Emmys nacionales y cinco Edward R. Murrow Awards. Eso demuestra que su trabajo era de alta calidad y que se gananció el respeto de sus colegas y del público en general. No cualquiera recibe esos galardones, ¡es pura dedicación y talento!
Luego, después de jubilarse de ABC, pensó que ya podía descansar tranquilo, pero la llamada del periodismo fue más fuerte. Volvió a meterle unas cuantas horas a investigaciones en San Diego. Dijo que la jubilación era aburrida, ¡y quién puede culparlo! Este mae vivía para contar historias, para desenmascarar injusticias, para darle voz a quienes no la tienen. Siempre buscando la próxima nota, esa que marque la diferencia.
Con la partida de Don Jim Ávila perdemos un referente del buen periodismo, una persona comprometida con la verdad y con la búsqueda de la justicia. Nos deja un legado invaluable que inspirará a futuras generaciones de periodistas. Ahora, quiero preguntarle a ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Cuál creen que es la mayor lección que podemos aprender del ejemplo de Jim Ávila?
Jim Ávila, pa’ los que no lo recuerden bien, era un corresponsal americano que laburó duro en ABC News por casi dos décadas. Pero su historia va mucho más atrás, porque antes de eso, anduvo dando tumbos en NBC News cubriendo cositas importantes como el 11 de septiembre y hasta las guerras en Irak y Afganistán, ¡eso es pura fibra! Desde California, este señor cubrió sucesos que dieron vuelta al mundo, demostrando que el periodismo serio aún vive.
Ahora, resulta que Don Jim tenía unos problemitas de salud desde hace tiempo. Se le complicaron las cosas bastante después de haberse transplantado un riñón en 2018 gracias al gesto heroico de su hermano. ¡Eso es tremendo detalle familiar! Él mismo dijo que sin ese transplante se iba directo a cuidados paliativos, así de crítico estaba el asunto. Una verdadera odisea, como él mismo lo describió, pero le dio tiempo extra para seguir haciendo lo que amaba, que era contar historias.
La manera en que anunciaron su muerte, en pleno programa de ABC News, fue impactante, diay. La presentadora Diane Macedo tuvo que darle la noticia en vivo, una escena dura, pero necesaria. Reconocieron su trayectoria, destacaron su valentía frente a la adversidad y mandaron un mensaje de condolencias de parte del presidente de la cadena. Demostraron que valoraban a este hombre que le entregó su vida al periodismo.
Pero la cosa no termina ahí, porque Don Jim cubrió casos que quedaron grabados en la memoria colectiva. Investigaciones complejas, juicios mediáticos… El caso Jerry Sandusky en Penn State, el juicio contra el doctor de Michael Jackson, Conrad Murray… ¡hombre, qué brete! Además, estuvo en la Casa Blanca con Obama y documentó la problemática de la inmigración en la frontera sur. Incluso, presenció la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. ¡Un currículum que ni el feijoo!
Y no olvidemos los premios que acumuló a lo largo de su carrera. Dos Emmys nacionales y cinco Edward R. Murrow Awards. Eso demuestra que su trabajo era de alta calidad y que se gananció el respeto de sus colegas y del público en general. No cualquiera recibe esos galardones, ¡es pura dedicación y talento!
Luego, después de jubilarse de ABC, pensó que ya podía descansar tranquilo, pero la llamada del periodismo fue más fuerte. Volvió a meterle unas cuantas horas a investigaciones en San Diego. Dijo que la jubilación era aburrida, ¡y quién puede culparlo! Este mae vivía para contar historias, para desenmascarar injusticias, para darle voz a quienes no la tienen. Siempre buscando la próxima nota, esa que marque la diferencia.
Con la partida de Don Jim Ávila perdemos un referente del buen periodismo, una persona comprometida con la verdad y con la búsqueda de la justicia. Nos deja un legado invaluable que inspirará a futuras generaciones de periodistas. Ahora, quiero preguntarle a ustedes, mis queridos lectores del Foro: ¿Cuál creen que es la mayor lección que podemos aprender del ejemplo de Jim Ávila?