Diay maes, a ver si me ayudan a entender esta vara, porque a veces la política legislativa se pone más enredada que un cable de audífonos viejo. Resulta que la diputada Daniela Rojas, del PUSC, es la mamá del proyecto de jornadas 4x3 (las famosas 12 horas). Uno pensaría que ella estaría a cachete con cualquier cosa que le ayude a avanzar su brete, ¿verdad? Pues no. La mae acaba de votar en contra de una moción del PLN que, en papel, suena bastante lógica: darle a los trabajadores el poder de decidir, mediante voto secreto, si la empresa donde bretean se acoge o no a este nuevo horario. O sea, la proponente del plan le dijo que no a darle más voz a la gente que va a vivir ese plan. ¡Qué torta!
La justificación de Rojas, para ser justos, tiene su lógica tecnócrata. Según ella, meter este mecanismo de votación colectiva es "innecesario" y podría crear una "inseguridad jurídica" que espantaría la inversión extranjera. Su argumento es que el proyecto original ya deja clarísimo que la decisión es 100% voluntaria, pero en una negociación individual, cara a cara entre el trabajador y el patrono. Además, insiste en que ya existen sanciones para las empresas que despidan a alguien por no querer entrarle a las jornadas 4x3. Básicamente, ella dice: "¿Para qué complicar la vara si ya está resuelto? Esto solo va a generar un despiche".
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante. La propuesta del PLN, que sí se aprobó con 33 votos, no es cualquier chunche. Plantea una votación secreta, fiscalizada por el Ministerio de Trabajo o un notario, y con un representante de los trabajadores viendo que todo sea legal. Es decir, se pasa de un "si usted quiere, negocia solo" a un "decidamos todos juntos como equipo si nos sirve o no". Para muchos, esto suena como un escudo de protección para el trabajador, que a solas podría sentirse presionado a aceptar. Rojas, en cambio, insiste en que la negociación "obrero patronal es individual". Es un choque de filosofías en el corazón de un proyecto que ya de por sí genera roncha.
Y por si el arroz con mango no fuera suficiente, ahora están enredados en el procedimiento. Para desatorar la agenda del Plenario, quieren mandar el proyecto a una Comisión Especial por una "vía ultra rápida". ¿El truco? Para hacer eso, parece que tienen que presentar un texto nuevo, y ¡sorpresa!, el texto nuevo que proponen los socialcristianos no incluiría la moción de la votación de los trabajadores que se acaba de aprobar. Rojas dice, muy tranquila, que no hay bronca, que el PLN tiene los votos para volver a meterla después. Pero uno se pregunta, ¿no es esto jugar chapitas con un tema tan delicado como el horario laboral de miles de personas?
Al final del día, la vara está así: la principal defensora del proyecto 4x3 está en contra del mecanismo que le daría más poder de decisión colectivo a los empleados, argumentando que asusta a la inversión. Mientras tanto, el PLN se planta y dice que sin esa garantía, el plan no va. Daniela Rojas se muestra optimista y dice que los votos van a aparecer porque los demás diputados ya quieren "salir de esto". Pero con esta maraña de mociones, textos sustitutivos y vías rápidas, el futuro del proyecto se ve más nublado que el Cerro de la Muerte en un día de lluvia. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Tiene razón Rojas en que esto es un despiche que genera inseguridad jurídica, o el PLN se la jugó bien dándole más poder de decisión a la gente en el brete? ¿O al final es pura politiquería para que nada avance? ¡Los leo!
La justificación de Rojas, para ser justos, tiene su lógica tecnócrata. Según ella, meter este mecanismo de votación colectiva es "innecesario" y podría crear una "inseguridad jurídica" que espantaría la inversión extranjera. Su argumento es que el proyecto original ya deja clarísimo que la decisión es 100% voluntaria, pero en una negociación individual, cara a cara entre el trabajador y el patrono. Además, insiste en que ya existen sanciones para las empresas que despidan a alguien por no querer entrarle a las jornadas 4x3. Básicamente, ella dice: "¿Para qué complicar la vara si ya está resuelto? Esto solo va a generar un despiche".
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante. La propuesta del PLN, que sí se aprobó con 33 votos, no es cualquier chunche. Plantea una votación secreta, fiscalizada por el Ministerio de Trabajo o un notario, y con un representante de los trabajadores viendo que todo sea legal. Es decir, se pasa de un "si usted quiere, negocia solo" a un "decidamos todos juntos como equipo si nos sirve o no". Para muchos, esto suena como un escudo de protección para el trabajador, que a solas podría sentirse presionado a aceptar. Rojas, en cambio, insiste en que la negociación "obrero patronal es individual". Es un choque de filosofías en el corazón de un proyecto que ya de por sí genera roncha.
Y por si el arroz con mango no fuera suficiente, ahora están enredados en el procedimiento. Para desatorar la agenda del Plenario, quieren mandar el proyecto a una Comisión Especial por una "vía ultra rápida". ¿El truco? Para hacer eso, parece que tienen que presentar un texto nuevo, y ¡sorpresa!, el texto nuevo que proponen los socialcristianos no incluiría la moción de la votación de los trabajadores que se acaba de aprobar. Rojas dice, muy tranquila, que no hay bronca, que el PLN tiene los votos para volver a meterla después. Pero uno se pregunta, ¿no es esto jugar chapitas con un tema tan delicado como el horario laboral de miles de personas?
Al final del día, la vara está así: la principal defensora del proyecto 4x3 está en contra del mecanismo que le daría más poder de decisión colectivo a los empleados, argumentando que asusta a la inversión. Mientras tanto, el PLN se planta y dice que sin esa garantía, el plan no va. Daniela Rojas se muestra optimista y dice que los votos van a aparecer porque los demás diputados ya quieren "salir de esto". Pero con esta maraña de mociones, textos sustitutivos y vías rápidas, el futuro del proyecto se ve más nublado que el Cerro de la Muerte en un día de lluvia. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Tiene razón Rojas en que esto es un despiche que genera inseguridad jurídica, o el PLN se la jugó bien dándole más poder de decisión a la gente en el brete? ¿O al final es pura politiquería para que nada avance? ¡Los leo!