¡Ay, Dios mío! Parece que el asunto del crimen organizado en Costa Rica se puso más serio de lo que pensábamos. Ya no estamos hablando de unos cuantos ilusiños tratando de robar un camión; ahora tenemos organizaciones con estructuras dignas de Hollywood, y eso, mis queridos lectores, nos está costando una horita.
La verdad es que la logística en nuestro país siempre ha sido un brete, pero la creciente sofisticación del hampa está elevando la apuesta. Antes era cuestión de cortar la carretera y listo, pero ahora esos tipos llegan con planes elaboradísimos, utilizando tecnología y hasta datos que ni la policía tiene. ¡Qué torta!
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los incidentes de robo de furgones y contenedores han ido escalando peligrosamente. De un promedio estable de nueve o diez casos al mes, pasamos a superar las quince denuncias en los últimos cinco meses, faltando apenas agosto, donde hubo un ligero respiro. Ese aumento, vamos a ser honestos, debería hacerle pensar a cualquiera.
Richard Monestel, el presidente de Securitas Costa Rica, lo dejó bien claro: “El hampa se está profesionalizando, se está tecnificando y maneja un nivel de información impresionante”. Él dice que la única manera de contrarrestarlos es invirtiendo en tecnología que nos permita anticiparnos a sus movimientos. Eso significa dejar atrás esas ideas anticuadas de que ‘con un guardia y un perro basta’ y entrarle con todo a la onda de la seguridad moderna.
Y qué hablamos, ¿eh? No solamente cámaras y controles de acceso. Estamos hablando de sistemas integrales con análisis de datos, inteligencia artificial, seguimiento en tiempo real… Un arsenal tecnológico completo para estar un paso adelante de los delincuentes. Imagínense, poder predecir dónde van a atacar y evitarlo antes de que pase. ¡Eso sí estaría bueno!
Las empresas están entendiendo que invertir en seguridad no es un gasto, sino una inversión necesaria. Porque, díganlo conmigo, ¿quién quiere perder sus productos, su dinero y su reputación por culpa de unos vándalos? Nadie, obviamente. Por eso, muchas están buscando asesoramiento especializado, contratando expertos para diseñar e implementar soluciones personalizadas.
Además de la tecnología, Monestel enfatizó la importancia de colaborar con empresas dedicadas a la seguridad. “Esto ya no se puede manejar únicamente adentro,” afirma. “Hay que dejarse ayudar y aprovechar toda la experiencia que hay afuera.” En otras palabras, no intentemos reinventar la rueda si ya alguien más la tiene hecha.
En fin, parece que la cosa se va poniendo interesante. El crimen organizado está evolucionando, y las empresas ticas deben hacerlo también. Pero me pregunto, ¿cree usted que las medidas de seguridad implementadas serán suficientes para frenar el auge del crimen organizado en la cadena logística, o simplemente estaremos corriendo detrás de ellos?
La verdad es que la logística en nuestro país siempre ha sido un brete, pero la creciente sofisticación del hampa está elevando la apuesta. Antes era cuestión de cortar la carretera y listo, pero ahora esos tipos llegan con planes elaboradísimos, utilizando tecnología y hasta datos que ni la policía tiene. ¡Qué torta!
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los incidentes de robo de furgones y contenedores han ido escalando peligrosamente. De un promedio estable de nueve o diez casos al mes, pasamos a superar las quince denuncias en los últimos cinco meses, faltando apenas agosto, donde hubo un ligero respiro. Ese aumento, vamos a ser honestos, debería hacerle pensar a cualquiera.
Richard Monestel, el presidente de Securitas Costa Rica, lo dejó bien claro: “El hampa se está profesionalizando, se está tecnificando y maneja un nivel de información impresionante”. Él dice que la única manera de contrarrestarlos es invirtiendo en tecnología que nos permita anticiparnos a sus movimientos. Eso significa dejar atrás esas ideas anticuadas de que ‘con un guardia y un perro basta’ y entrarle con todo a la onda de la seguridad moderna.
Y qué hablamos, ¿eh? No solamente cámaras y controles de acceso. Estamos hablando de sistemas integrales con análisis de datos, inteligencia artificial, seguimiento en tiempo real… Un arsenal tecnológico completo para estar un paso adelante de los delincuentes. Imagínense, poder predecir dónde van a atacar y evitarlo antes de que pase. ¡Eso sí estaría bueno!
Las empresas están entendiendo que invertir en seguridad no es un gasto, sino una inversión necesaria. Porque, díganlo conmigo, ¿quién quiere perder sus productos, su dinero y su reputación por culpa de unos vándalos? Nadie, obviamente. Por eso, muchas están buscando asesoramiento especializado, contratando expertos para diseñar e implementar soluciones personalizadas.
Además de la tecnología, Monestel enfatizó la importancia de colaborar con empresas dedicadas a la seguridad. “Esto ya no se puede manejar únicamente adentro,” afirma. “Hay que dejarse ayudar y aprovechar toda la experiencia que hay afuera.” En otras palabras, no intentemos reinventar la rueda si ya alguien más la tiene hecha.
En fin, parece que la cosa se va poniendo interesante. El crimen organizado está evolucionando, y las empresas ticas deben hacerlo también. Pero me pregunto, ¿cree usted que las medidas de seguridad implementadas serán suficientes para frenar el auge del crimen organizado en la cadena logística, o simplemente estaremos corriendo detrás de ellos?