¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, hasta en Nueva York nos echan encima problemas políticos. El periodista Elías Alvarado, nuestro querido Elías de Telenoticias, tuvo que lidiar con un buen despiche en sus redes sociales, todo por una simple foto de un restaurante italiano en la Gran Manzana. Uno piensa, '¿qué puede salir mal?', pero resulta que la bandera de Italia confundiéndole con simpatizante del PLN... ¡uff!
Como muchos sabrán, Elías lleva un tiempo viviendo en Estados Unidos, disfrutando de la vida allá y compartiendo su experiencia con nosotros. Sus redes sociales siempre han sido un espacio positivo, lleno de fotos de familia, paisajes bonitos y reflexiones interesantes. De repente, alguien decide arruinarle el panorama con un comentario venenoso, acusándolo de apoyar al PLN solo porque había una bandera verde, blanca y roja de fondo.
El usuario, con toda la actitud, le dijo que iba a dejar de seguirlo por supuestamente mostrar apoyo al partido liberacionista. Vamos, ¡una barbaridad! Como si la preferencia gastronómica tuviera relación con filiación política. Pa' colmo, el tipo le dedicó unas palabras bien fuertes, demostrando que hay gente que necesita urgentemente tomarse unas vacaciones y relajarse un poco, diay.
Y ahí fue cuando Elías explotó, aunque dentro de lo posible. Quien lo conoce sabe que no es de echar relucientes, pero este ataque, así por gusto, lo sacó de quicio. Clarito, le explicó al usuario que la bandera era de Italia, y no dudó en expresar su frustración: “La gente está enferma”, soltó entre dientes. Luego, puso un “Ayúdanos, Señor” que decía más que mil palabras. Se notaba que estaba bastante quemadito con la onda.
Muchos seguidores del periodista rápidamente salieron a defenderlo, criticando la agresividad del comentario y destacando la calidad humana de Elías. Es que el mae es muy querido, siempre ha sido cercano y respetuoso con todos, tanto en el trabajo como en la vida personal. Es de esas personas que te hacen sentir bien, que te levantan el ánimo con una sonrisa, y luego llega alguien y te lanza un balde de agua fría así, sin venir al caso.
Este incidente pone de manifiesto algo que hemos visto muchas veces: cómo las redes sociales pueden convertirse en un ring de pelea, donde la gente se disfraza detrás de perfiles falsos para lanzar insultos y ataques gratuitos. Es lamentable que la polarización política haya llegado a este extremo, afectando incluso momentos sencillos como disfrutar de una buena comida italiana en Nueva York.
Además, nos recuerda que debemos ser más cuidadosos con lo que publicamos en internet, ya que nuestras palabras pueden tener consecuencias inesperadas. Un comentario impulsivo puede dañar la reputación de alguien, herir sentimientos y generar conflictos innecesarios. En fin, un recordatorio pa’ todos nosotros de que hay que pensar dos veces antes de abrir la boca (o los dedos).
Esta situación nos hace reflexionar sobre el nivel de intolerancia que existe hoy en día y cómo la información errónea puede propagarse rápidamente en las redes sociales. ¿Creemos que la educación mediática podría ayudar a evitar estos tipos de confusiones y ataques? ¿Deberíamos exigir mayor responsabilidad a las plataformas digitales para combatir la difusión de noticias falsas y discursos de odio?
Como muchos sabrán, Elías lleva un tiempo viviendo en Estados Unidos, disfrutando de la vida allá y compartiendo su experiencia con nosotros. Sus redes sociales siempre han sido un espacio positivo, lleno de fotos de familia, paisajes bonitos y reflexiones interesantes. De repente, alguien decide arruinarle el panorama con un comentario venenoso, acusándolo de apoyar al PLN solo porque había una bandera verde, blanca y roja de fondo.
El usuario, con toda la actitud, le dijo que iba a dejar de seguirlo por supuestamente mostrar apoyo al partido liberacionista. Vamos, ¡una barbaridad! Como si la preferencia gastronómica tuviera relación con filiación política. Pa' colmo, el tipo le dedicó unas palabras bien fuertes, demostrando que hay gente que necesita urgentemente tomarse unas vacaciones y relajarse un poco, diay.
Y ahí fue cuando Elías explotó, aunque dentro de lo posible. Quien lo conoce sabe que no es de echar relucientes, pero este ataque, así por gusto, lo sacó de quicio. Clarito, le explicó al usuario que la bandera era de Italia, y no dudó en expresar su frustración: “La gente está enferma”, soltó entre dientes. Luego, puso un “Ayúdanos, Señor” que decía más que mil palabras. Se notaba que estaba bastante quemadito con la onda.
Muchos seguidores del periodista rápidamente salieron a defenderlo, criticando la agresividad del comentario y destacando la calidad humana de Elías. Es que el mae es muy querido, siempre ha sido cercano y respetuoso con todos, tanto en el trabajo como en la vida personal. Es de esas personas que te hacen sentir bien, que te levantan el ánimo con una sonrisa, y luego llega alguien y te lanza un balde de agua fría así, sin venir al caso.
Este incidente pone de manifiesto algo que hemos visto muchas veces: cómo las redes sociales pueden convertirse en un ring de pelea, donde la gente se disfraza detrás de perfiles falsos para lanzar insultos y ataques gratuitos. Es lamentable que la polarización política haya llegado a este extremo, afectando incluso momentos sencillos como disfrutar de una buena comida italiana en Nueva York.
Además, nos recuerda que debemos ser más cuidadosos con lo que publicamos en internet, ya que nuestras palabras pueden tener consecuencias inesperadas. Un comentario impulsivo puede dañar la reputación de alguien, herir sentimientos y generar conflictos innecesarios. En fin, un recordatorio pa’ todos nosotros de que hay que pensar dos veces antes de abrir la boca (o los dedos).
Esta situación nos hace reflexionar sobre el nivel de intolerancia que existe hoy en día y cómo la información errónea puede propagarse rápidamente en las redes sociales. ¿Creemos que la educación mediática podría ayudar a evitar estos tipos de confusiones y ataques? ¿Deberíamos exigir mayor responsabilidad a las plataformas digitales para combatir la difusión de noticias falsas y discursos de odio?
