¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con los cambios laborales, ¿verdad? Resulta que la idea de bajar la jornada a 40 horas semanales, sin quitarle ni un peso al salario, ha echado por tierra a los empresarios. Parece que les dio un temblorazo monumental al enterarse de que el Ministerio de Trabajo estaba pensando en hacer pruebas con esto dentro del famoso proyecto de jornadas 4x3.
Como bien saben nuestros lectores más fijos, el proyecto 4x3 busca dar flexibilidad a las empresas para que ofrezcan jornadas de 12 horas, cuatro días a la semana, y dejar libres otros tres para que el trabajador haga lo que quiera – descansar, estudiar, emprender... lo que le dé la gana, diay. Pero ahora, parece que alguien anduvo metiendo pata atrás y quiso meterle encima esta movida de las 40 horas a la semana en medio del debate, creando un verdadero chinchorreo de ideas.
La Cámara de Comercio, esos que siempre andan cuidando sus intereses, soltaron un comunicado que parecía salido directamente de un ataque de nervios. Dijeron que esto que quieren hacer es un “contrasentido” y que la diputada Monserrat Ruiz, del PLN, se pasó de lanza al querer meter esta modificación por la puerta trasera. Según ellos, es como si quisieran meterle plátanos verdes a un guiso ya listo, ¿me entienden?
Y ojo, porque no es solo opinión de unos pocos. La CRECEX, que representa a los extranjeros que invierten acá, también se sumó al coro de quejas. Argumentan que discutir un cambio tan radical en la ley laboral amerita un debate aparte, con técnicos y abogados, no andar agregándolo de apendece a otro proyecto. Imagínate, tener que cambiar las leyes a cada rato, ¡qué seguridad jurídica da eso a nadie!
La preocupación principal es que esto pueda generar inseguridades legales, que los inversores pierdan la confianza y que los patrones, esos que tienen que lidiar con todos estos trámites, terminen estresándose aún más. Al final, ¿quién va a querer invertir en un país donde mañana te cambian las reglas del juego sin previo aviso?
Pero miren, no todo es bronca. Hay quienes defienden la idea de la reducción de la jornada, argumentando que podría mejorar la calidad de vida de los trabajadores, aumentar la productividad y hasta fomentar la creación de empleos. Dicen que el modelo tradicional de trabajar 48 horas a la semana ya está pasado de moda y que hay que buscar alternativas más flexibles y humanas.
Lo cierto es que este debate viene dando para varios churritos, y pinta para estar candela en las próximas semanas. El gobierno asegura que quiere encontrar un punto intermedio que beneficie tanto a los trabajadores como a las empresas, pero los empresarios no se andan con rodeos y exigen que se mantenga la estabilidad laboral. Es un brete, eh, encontrarle la vuelta a esto, ¿eh?
En fin, parece que nos queda mucho camino por recorrer en esta discusión. ¿Ustedes qué piensan? ¿Les parece buena idea reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, aunque eso signifique incertidumbre para los empresarios? Dejen sus opiniones abajo y veamos qué dice la gente, ¡porque esto está que arde!
Como bien saben nuestros lectores más fijos, el proyecto 4x3 busca dar flexibilidad a las empresas para que ofrezcan jornadas de 12 horas, cuatro días a la semana, y dejar libres otros tres para que el trabajador haga lo que quiera – descansar, estudiar, emprender... lo que le dé la gana, diay. Pero ahora, parece que alguien anduvo metiendo pata atrás y quiso meterle encima esta movida de las 40 horas a la semana en medio del debate, creando un verdadero chinchorreo de ideas.
La Cámara de Comercio, esos que siempre andan cuidando sus intereses, soltaron un comunicado que parecía salido directamente de un ataque de nervios. Dijeron que esto que quieren hacer es un “contrasentido” y que la diputada Monserrat Ruiz, del PLN, se pasó de lanza al querer meter esta modificación por la puerta trasera. Según ellos, es como si quisieran meterle plátanos verdes a un guiso ya listo, ¿me entienden?
Y ojo, porque no es solo opinión de unos pocos. La CRECEX, que representa a los extranjeros que invierten acá, también se sumó al coro de quejas. Argumentan que discutir un cambio tan radical en la ley laboral amerita un debate aparte, con técnicos y abogados, no andar agregándolo de apendece a otro proyecto. Imagínate, tener que cambiar las leyes a cada rato, ¡qué seguridad jurídica da eso a nadie!
La preocupación principal es que esto pueda generar inseguridades legales, que los inversores pierdan la confianza y que los patrones, esos que tienen que lidiar con todos estos trámites, terminen estresándose aún más. Al final, ¿quién va a querer invertir en un país donde mañana te cambian las reglas del juego sin previo aviso?
Pero miren, no todo es bronca. Hay quienes defienden la idea de la reducción de la jornada, argumentando que podría mejorar la calidad de vida de los trabajadores, aumentar la productividad y hasta fomentar la creación de empleos. Dicen que el modelo tradicional de trabajar 48 horas a la semana ya está pasado de moda y que hay que buscar alternativas más flexibles y humanas.
Lo cierto es que este debate viene dando para varios churritos, y pinta para estar candela en las próximas semanas. El gobierno asegura que quiere encontrar un punto intermedio que beneficie tanto a los trabajadores como a las empresas, pero los empresarios no se andan con rodeos y exigen que se mantenga la estabilidad laboral. Es un brete, eh, encontrarle la vuelta a esto, ¿eh?
En fin, parece que nos queda mucho camino por recorrer en esta discusión. ¿Ustedes qué piensan? ¿Les parece buena idea reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, aunque eso signifique incertidumbre para los empresarios? Dejen sus opiniones abajo y veamos qué dice la gente, ¡porque esto está que arde!