Farmacia, una profesión en declive
Farmacia, una profesión en declive
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif][FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif Arial, Helvetica, sans-serif]Sobre el salario que le dice el compañero es más o menos así pero se rige por la oferta y la demanda. Si piensa estudiar farmacia le aconsejo que lo piense, lo hago porque estoy sin trabajo. Mi opinión sobre la carrera de farmacia es muy desfavorable, no aconsejo a nadie que la estudie. Me arrepiento de haber estudiado la carrera de farmacia en Costa Rica, aunque lo hice en una universidad pública.
Los trabajos para farmacéutico aquí son principalmente en empresa privada. Los dueños de farmacia practicamente obligan al farmacéutico a ser dependiente, cajero o administrador financiero con horarios superiores a las 48 horas semanales y salarios que no compensan las funciones extras a las establecidas por ley ni el horario. El farmacéutico en teoría debe cumplir esos horarios porque es exigido por la ley, aunque las empresas hacen arreglos con el farmacéutico para engañar a los fiscales del Colegio de Farmacéuticos y del Ministerio de Salud. Al ser empresa privada estamos sujetos a ser despedidos en cualquier momento por cualquier circunstancia sin que el Colegio de Farmacéuticos tenga mecanismos para evitarlo. Además, los salarios se reducen a medida que la oferta supera a la demanda, dado el número de farmacéuticos graduados.
Los puestos de trabajo público, bien remunerados y con seguridad de por vida, son mucho más escasos y raros que en microbiología, medicina o enfermería. Si trabaja en empresa privada durante sus primeros años, es posible que se quede sin posibilidades laborales tanto en el gobierno como en la empresa privada, con el agravante de que socialmente al no poseer un trabajo estable es muy difícil el pensar en formar una familia con este oficio.
Para finalizar, dado que los empleos en farmacia son mayoritariamente para regencias, los católicos practicantes no pueden estudiar farmacia porque esto implica despachar anticonceptivos y dispositivos que riñen la moral, para lo cual no existe una legislación que los proteja ni se soñaría que un gobierno costarricense o el Colegio de Farmacéuticos la acepte, ya que aquí "el negocio es una cosa y lo que hacemos el domingo es otra", si no pregúntenle a la actual presidenta doña Laura Chinchilla o a algunos miembros del Colegio de Farmacéuticos . [/FONT][/FONT]