¡Ay, Dios mío! Quién diría que diciembre, el mes de las fiestas y las posadas, podría convertirse en un verdadero bajón para aquellos que andamos buscando trabajo. Se armó un ambiente de competencia tremenda, parece que todos quieren cerrar el año con un nuevo empleo y eso pone a cualquiera nervioso, ¿verdad?
La verdad es que este fenómeno no es nuevo. La presión social por cumplir esas meta anuales y la costumbre de medirnos constantemente con los demás, nos hace sentir que si no conseguimos el trabajo ideal, estamos en pañales. Y eso, mis queridos, golpea duro, especialmente cuando la situación económica no anda precisamente de maravilla.
Jimena Sánchez, una experta en orientación laboral del Colegio de Profesionales en Orientación (CPO) y de la Agencia Nacional de Empleo (ANE), nos advierte que esta época del año puede ser un detonante para emociones negativas como la frustración y la ansiedad. "Es muy común ver cómo la gente se desespera y hasta paraliza en medio de la búsqueda", explica la licenciada. Nos da que pensar, ¿no creen?
Pero espérense, ¡no todo está perdido! Contrario a lo que mucha gente cree, diciembre sigue siendo un buen momento para postular. Según datos del Instituto Costarricense de Investigación de Mercado (IICE-UCR) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), casi un tercio de las empresas todavía contratan en estas fechas, sobre todo en los sectores de comercio y servicios, que siempre están moviéndose como locomotoras.
Lo importante, recalca Sánchez, no es cuándo apliques, sino cómo te vendes. "La clave está en proyectar tu marca personal, tanto en línea como fuera de ella. Participar en ferias de empleo, usar LinkedIn inteligentemente y construir una red de contactos sólida son cosas que te pueden abrir puertas increíbles". Una verdadera vara, ¿eh?
Ahora bien, ¿por qué estos sentimientos negativos se intensifican al final del año? Pues porque empezamos a revisar nuestras vidas, a hacer balance de lo que logramos y de lo que no. Si el trabajo que queríamos no llegó, podemos sentirnos como si estuviéramos atrasados o comparándonos con otros que sí tuvieron éxito. Sumemos a eso las presiones económicas y familiares... ¡uff!, se arma un brete!
Si te identificas con esto, ojo con algunas señales de alarma: pérdida de motivación, sentimiento constante de fracaso, baja autoestima, dificultad para tomar decisiones o ansiedad extrema ante cualquier oportunidad. Si ves que estás dejando pasar vacantes o evitando revisar tu correo, ¡necesitas ayuda! No te agüites, busca apoyo profesional. El CPO ofrece servicios gratuitos, tanto presenciales como virtuales, para orientarte y fortalecer tu confianza.
Y para terminar, unas cuantas recomendaciones: no enfrentes esto solo, actualiza tu currículum, trabaja tu marca personal, analiza el mercado laboral, amplía tu red de contactos y, sobre todo, date un respiro. Desconectate unos días, recarga energías y retoma la búsqueda con una actitud renovada. ¿Ustedes qué opinan? ¿Han sentido alguna vez la presión de las expectativas de fin de año en su búsqueda de empleo? Compartan sus experiencias en el foro, ¡me interesa saberlo!
La verdad es que este fenómeno no es nuevo. La presión social por cumplir esas meta anuales y la costumbre de medirnos constantemente con los demás, nos hace sentir que si no conseguimos el trabajo ideal, estamos en pañales. Y eso, mis queridos, golpea duro, especialmente cuando la situación económica no anda precisamente de maravilla.
Jimena Sánchez, una experta en orientación laboral del Colegio de Profesionales en Orientación (CPO) y de la Agencia Nacional de Empleo (ANE), nos advierte que esta época del año puede ser un detonante para emociones negativas como la frustración y la ansiedad. "Es muy común ver cómo la gente se desespera y hasta paraliza en medio de la búsqueda", explica la licenciada. Nos da que pensar, ¿no creen?
Pero espérense, ¡no todo está perdido! Contrario a lo que mucha gente cree, diciembre sigue siendo un buen momento para postular. Según datos del Instituto Costarricense de Investigación de Mercado (IICE-UCR) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), casi un tercio de las empresas todavía contratan en estas fechas, sobre todo en los sectores de comercio y servicios, que siempre están moviéndose como locomotoras.
Lo importante, recalca Sánchez, no es cuándo apliques, sino cómo te vendes. "La clave está en proyectar tu marca personal, tanto en línea como fuera de ella. Participar en ferias de empleo, usar LinkedIn inteligentemente y construir una red de contactos sólida son cosas que te pueden abrir puertas increíbles". Una verdadera vara, ¿eh?
Ahora bien, ¿por qué estos sentimientos negativos se intensifican al final del año? Pues porque empezamos a revisar nuestras vidas, a hacer balance de lo que logramos y de lo que no. Si el trabajo que queríamos no llegó, podemos sentirnos como si estuviéramos atrasados o comparándonos con otros que sí tuvieron éxito. Sumemos a eso las presiones económicas y familiares... ¡uff!, se arma un brete!
Si te identificas con esto, ojo con algunas señales de alarma: pérdida de motivación, sentimiento constante de fracaso, baja autoestima, dificultad para tomar decisiones o ansiedad extrema ante cualquier oportunidad. Si ves que estás dejando pasar vacantes o evitando revisar tu correo, ¡necesitas ayuda! No te agüites, busca apoyo profesional. El CPO ofrece servicios gratuitos, tanto presenciales como virtuales, para orientarte y fortalecer tu confianza.
Y para terminar, unas cuantas recomendaciones: no enfrentes esto solo, actualiza tu currículum, trabaja tu marca personal, analiza el mercado laboral, amplía tu red de contactos y, sobre todo, date un respiro. Desconectate unos días, recarga energías y retoma la búsqueda con una actitud renovada. ¿Ustedes qué opinan? ¿Han sentido alguna vez la presión de las expectativas de fin de año en su búsqueda de empleo? Compartan sus experiencias en el foro, ¡me interesa saberlo!