¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, los 46 diputados, entre empujones y quejas, decidieron ponerle pausa a todo lo demás en la Asamblea Legislativa para darle vía libre al proyecto Fonarroz. Parece que la presión de los productores, que andaban rondando el Congreso como mosquitos zumbando, finalmente rindió frutos. Pero ojo, que la cosa no pinta fácil, ni chirri ni guay.
Para refrescarles la memoria a los que estaban distraídos, el Fonarroz es ese fondo que propone el diputado del Frente Amplio, Ariel Robles, para ayudar a los agricultores arroceros. Dicen que la idea es inyectarle dinamismo al sector, que anda medio depre desde hace rato, pero la verdad, hay quien dice que es otra manera de regalarle plata a unos cuantos sin solucionar el problema de fondo. Ya saben cómo es la cosa, siempre hay controversia.
El debate se encendió a propósito de una moción presentada por la diputada Johana Obando, que con su labia logró convencer a varios colegas de echar freno a otros temas urgentes para que Fonarroz tuviera prioridad. Se hizo un esfuerzo tremendo, vaya, ¡casi se va al traste! En la primera votación faltaba un voto, pero al final, con empuje, lograron los 46 necesarios para que el proyecto pase a discusión inmediata. Ya vieron, ¡qué carga!
Pero claro, no todo el mundo está contento. Pilar Cisneros, la jefa del oficialismo, salió al paso diciendo que el Fonarroz sería como subirle el precio a los productos básicos, afectando directamente a los más necesitados. “No podemos subirle el precio a los más pobres para favorecer a un grupo”, soltó, y la cosa prendió fuego. Un comentario así, maé, es pa’ prender la mecha.
Robles, no se quedó callado, y le respondió con toda: “Usted, diputada jefa de fracción del oficialismo, usted cree que la gente es tonta…”. Bueno, ya se imaginarán el ambiente. Lo cierto es que la discusión se puso candente, con acusaciones cruzadas y promesas incumplidas. Parecía un brete, vaya, ¡pura pelea!
Y ni hablar de las cifras que manejaba Cisneros. Según ella, el aumento del precio del arroz no es tan grave, apenas un 10%, y además criticó la productividad de los arroceros costarricenses, sugiriendo que busquen ‘alternativas’. ¡Saladito!, señores, bien saladito lo dijo. Eso provocó protestas tanto dentro como fuera del Congreso. Productores y miembros de Conarroz mostraron su descontento dándole la espalda a Cisneros mientras hablaba. Vaya demostración de rechazo, ¡sin tapujos!
Las estadísticas del INEC dicen una cosa diferente: entre agosto de 2022 y mayo de 2025, el precio del arroz subió un 8.2%, ¡y eso es solo lo que vemos en el supermercado! Añadirle los costos de transporte, comercialización… uff, la cosa se complica. Muchos aseguran que la llamada 'Ruta del Arroz', que defendía el Presidente Chaves, lejos de bajar los precios, solo benefició a algunos inversionistas y dejó a los pequeños productores en la estacada. Un verdadero chinchorro, si me preguntan.
Ahora, la pelota está en la cancha de los legisladores. Tendrán solo 60 minutos para analizar las 78 mociones de reiteración que presenta el proyecto. Al final del día, la gran pregunta queda flotando en el aire: ¿Realmente el Fonarroz será la solución mágica para salvar al sector arrocero, o simplemente estamos complicando más la cosa? ¿Creen que el gobierno debería enfocarse en otras estrategias para apoyar a nuestros productores?
Para refrescarles la memoria a los que estaban distraídos, el Fonarroz es ese fondo que propone el diputado del Frente Amplio, Ariel Robles, para ayudar a los agricultores arroceros. Dicen que la idea es inyectarle dinamismo al sector, que anda medio depre desde hace rato, pero la verdad, hay quien dice que es otra manera de regalarle plata a unos cuantos sin solucionar el problema de fondo. Ya saben cómo es la cosa, siempre hay controversia.
El debate se encendió a propósito de una moción presentada por la diputada Johana Obando, que con su labia logró convencer a varios colegas de echar freno a otros temas urgentes para que Fonarroz tuviera prioridad. Se hizo un esfuerzo tremendo, vaya, ¡casi se va al traste! En la primera votación faltaba un voto, pero al final, con empuje, lograron los 46 necesarios para que el proyecto pase a discusión inmediata. Ya vieron, ¡qué carga!
Pero claro, no todo el mundo está contento. Pilar Cisneros, la jefa del oficialismo, salió al paso diciendo que el Fonarroz sería como subirle el precio a los productos básicos, afectando directamente a los más necesitados. “No podemos subirle el precio a los más pobres para favorecer a un grupo”, soltó, y la cosa prendió fuego. Un comentario así, maé, es pa’ prender la mecha.
Robles, no se quedó callado, y le respondió con toda: “Usted, diputada jefa de fracción del oficialismo, usted cree que la gente es tonta…”. Bueno, ya se imaginarán el ambiente. Lo cierto es que la discusión se puso candente, con acusaciones cruzadas y promesas incumplidas. Parecía un brete, vaya, ¡pura pelea!
Y ni hablar de las cifras que manejaba Cisneros. Según ella, el aumento del precio del arroz no es tan grave, apenas un 10%, y además criticó la productividad de los arroceros costarricenses, sugiriendo que busquen ‘alternativas’. ¡Saladito!, señores, bien saladito lo dijo. Eso provocó protestas tanto dentro como fuera del Congreso. Productores y miembros de Conarroz mostraron su descontento dándole la espalda a Cisneros mientras hablaba. Vaya demostración de rechazo, ¡sin tapujos!
Las estadísticas del INEC dicen una cosa diferente: entre agosto de 2022 y mayo de 2025, el precio del arroz subió un 8.2%, ¡y eso es solo lo que vemos en el supermercado! Añadirle los costos de transporte, comercialización… uff, la cosa se complica. Muchos aseguran que la llamada 'Ruta del Arroz', que defendía el Presidente Chaves, lejos de bajar los precios, solo benefició a algunos inversionistas y dejó a los pequeños productores en la estacada. Un verdadero chinchorro, si me preguntan.
Ahora, la pelota está en la cancha de los legisladores. Tendrán solo 60 minutos para analizar las 78 mociones de reiteración que presenta el proyecto. Al final del día, la gran pregunta queda flotando en el aire: ¿Realmente el Fonarroz será la solución mágica para salvar al sector arrocero, o simplemente estamos complicando más la cosa? ¿Creen que el gobierno debería enfocarse en otras estrategias para apoyar a nuestros productores?