¡Ay, Dios mío, qué despiche! Resulta que el ministro de Comunicación, Arnold Zamora, se salvó del chuleta... por ahora. La Fiscalía General de la República soltó la bomba este lunes: ¡el señor no tenía fuero penal! Después de tanto rodeo con la Presidencia, al final el caso se le fue de las manos y ahora va directo a la Fiscalía Adjunta de Género para que lo tramiten por la vía ordinaria. Uno se queda pensando, ¿qué andaba pasando ahí?
Todo empezó hace unos días cuando salió a luz una denuncia por violación en contra del ministro. Ahí la cosa se puso turbia porque la Presidencia tardó en responder a la Fiscalía si el cargo de Zamora le daba derecho a algún tipo de protección legal, el famoso fuero. Parece que hubo mucho papeleo y oficinas consultando a otras, pero la verdad, un chururrismo.
Y ni hablar de la respuesta que dio Gabriel Aguilar Vargas, jefe de despacho de Don Chito, a la Fiscalía. ¡Un descaro!, dijo textualmente que la Presidencia no tenía competencia para dar esas respuestas. ¡Salado! Como si fuera algo complicado responder una simple pregunta de derecho público. Esto demuestra que hay gente que anda durmiendo en sus laureles, mae.
Ahora, la Fiscalía confirma que, efectivamente, no recibieron respuesta clara de la Presidencia. Vamos, que se hicieron los dormidos para evitar cualquier problema. Pero bueno, la ley es la ley y parece que tuvieron que ceder ante la presión. La causa penal 25-028218-0042-PE ya está en manos de la Fiscalía Adjunta de Género, y ahí sí que la cosa se pone seria.
Pero eso no es todo, brete. Una testigo clave –según dicen– ha declarado que vio cómo llevaban a la presunta víctima a una habitación del hotel Intercontinental en apariencia inconsciente, producto de una intoxicación por licor. ¡Qué vaina! Además, hay registros de una llamada al 9-1-1 hecha por la madre del joven, preocupadísima, y de la intervención de la Fuerza Pública. Todo apunta a que esto no es tan sencillo como parece.
El propio Zamora ha reconocido que se reunió con el periodista de gobierno que lo denunció, y hasta admite que fueron al hotel y tomaron unos tragos. Afirma que pagó la habitación para no manejar borracho, pero niega rotundamente haber cometido el abuso sexual. Claro, la defensa siempre busca una salida, diay. Incluso dice tener pruebas, como mensajes de texto y videos del hotel, para demostrar su inocencia. ¿Será cierto o pura campaña mediática?
Lo que resulta más curioso es que el denunciante asegura que fue citado al hotel por su jefe, precisamente para ofrecerle una mejor oportunidad laboral. ¡Una jugada desleal! Este caso tiene más vueltas que un panecillo y pinta para ser un buen drama nacional. Uno no sabe si reírse o llorar de tanta incoherencia y manipulación. Ya estamos viendo cómo se desarrolla esto y qué revelaciones saldrán a la luz. ¡Que salga el sol!
En fin, este caso nos deja muchas preguntas flotando en el aire. ¿Hasta dónde llega la influencia política en la justicia? ¿Es posible que la Presidencia esté encubriendo a funcionarios con problemas legales? Y lo más importante, ¿cómo protegeremos a las víctimas de delitos de género? ¿Qué opinan ustedes, compañeros del Foro? Dejen sus comentarios y vamos a debatir sobre este tema que nos afecta a todos.
Todo empezó hace unos días cuando salió a luz una denuncia por violación en contra del ministro. Ahí la cosa se puso turbia porque la Presidencia tardó en responder a la Fiscalía si el cargo de Zamora le daba derecho a algún tipo de protección legal, el famoso fuero. Parece que hubo mucho papeleo y oficinas consultando a otras, pero la verdad, un chururrismo.
Y ni hablar de la respuesta que dio Gabriel Aguilar Vargas, jefe de despacho de Don Chito, a la Fiscalía. ¡Un descaro!, dijo textualmente que la Presidencia no tenía competencia para dar esas respuestas. ¡Salado! Como si fuera algo complicado responder una simple pregunta de derecho público. Esto demuestra que hay gente que anda durmiendo en sus laureles, mae.
Ahora, la Fiscalía confirma que, efectivamente, no recibieron respuesta clara de la Presidencia. Vamos, que se hicieron los dormidos para evitar cualquier problema. Pero bueno, la ley es la ley y parece que tuvieron que ceder ante la presión. La causa penal 25-028218-0042-PE ya está en manos de la Fiscalía Adjunta de Género, y ahí sí que la cosa se pone seria.
Pero eso no es todo, brete. Una testigo clave –según dicen– ha declarado que vio cómo llevaban a la presunta víctima a una habitación del hotel Intercontinental en apariencia inconsciente, producto de una intoxicación por licor. ¡Qué vaina! Además, hay registros de una llamada al 9-1-1 hecha por la madre del joven, preocupadísima, y de la intervención de la Fuerza Pública. Todo apunta a que esto no es tan sencillo como parece.
El propio Zamora ha reconocido que se reunió con el periodista de gobierno que lo denunció, y hasta admite que fueron al hotel y tomaron unos tragos. Afirma que pagó la habitación para no manejar borracho, pero niega rotundamente haber cometido el abuso sexual. Claro, la defensa siempre busca una salida, diay. Incluso dice tener pruebas, como mensajes de texto y videos del hotel, para demostrar su inocencia. ¿Será cierto o pura campaña mediática?
Lo que resulta más curioso es que el denunciante asegura que fue citado al hotel por su jefe, precisamente para ofrecerle una mejor oportunidad laboral. ¡Una jugada desleal! Este caso tiene más vueltas que un panecillo y pinta para ser un buen drama nacional. Uno no sabe si reírse o llorar de tanta incoherencia y manipulación. Ya estamos viendo cómo se desarrolla esto y qué revelaciones saldrán a la luz. ¡Que salga el sol!
En fin, este caso nos deja muchas preguntas flotando en el aire. ¿Hasta dónde llega la influencia política en la justicia? ¿Es posible que la Presidencia esté encubriendo a funcionarios con problemas legales? Y lo más importante, ¿cómo protegeremos a las víctimas de delitos de género? ¿Qué opinan ustedes, compañeros del Foro? Dejen sus comentarios y vamos a debatir sobre este tema que nos afecta a todos.
