¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con estos negocios turbios cruzando fronteras. La Fuerza Pública le dio duro a unos vendedores ambulantes de medicina y cosas importadas sin pagar impuestos, decomisando casi 12.000 cachivaches este fin de semana. Esto pasó en varias zonas, desde Los Chiles hasta Upala, pasando por Cutris en San Carlos. Parece que alguien andaba tratando de burlar al sistema, pero se topó con un paredón.
Según nos cuentan los oficiales, el primer golpe certero lo dieron en Montealegre, en Los Chiles. Ahí agarraron a un nica cargado con más de nueve mil piezas de medicinas diversas. Imagínate la torta que se salvó la gente de comprar esas cositas, quién sabe si eran de fiar. Uno nunca sabe qué clase de químicos te meten dentro con estas cosas, ¡qué sal!
Pero eso no fue todo, porque en El Delirio, Upala, pillaron a otro sospechoso, esta vez un tico, intentando pasar ropa, zapatos, bolsos y hasta maquillaje. ¡Una chimba lo que tenía! Como si nadie fuera a darse cuenta de tanta mercadería entrando así, por encima del monte, ¿no? Ahí entramos en el brete de cómo hacen para traer toda esa cosita y evadir los impuestos, que luego a nosotros nos toca pagarlos todos.
Y la cereza del pastel, amigas y amigos, fue en Boca Arenal de Cutris, donde encontraron a otra tica con más de dos mil seiscientos medicamentos traídos directamente desde Nicaragua. ¡Qué nivel! Aquí ya estamos hablando de un negocio considerable, y lo peor es que estos productos pueden poner en peligro la salud pública. Ninguno puede asegurar si cumplen con los estándares de calidad que exige el Ministerio de Salud.
Las autoridades explican que todas estas capturas se hicieron en lugares no autorizados para el ingreso de personas ni mercancías, lo que agrava la situación. Lo que hacen estos señores es meterse por senderos de monte, buscando la forma de evitar los controles fronterizos. ¡Qué torta la que se arman!
Lo preocupante de todo esto, y aquí viene lo importante, es el riesgo que corren los consumidores. No hay garantías de que esos medicamentos tengan el mismo contenido que dicen tener, ni que hayan sido almacenados correctamente. Podrían estar vencidos, contaminados... ¡una pesadilla! Por eso, el Ministerio de Salud ya está tramitando la destrucción de todos esos fármacos, para que no lleguen a manos equivocadas y causen daños mayores.
Este tipo de operaciones ilegales no solo afectan la economía del país, sino que también ponen en riesgo la salud de la población. Además, generan competencia desleal para los comercios legítimos que sí cumplen con las regulaciones. ¡Es un círculo vicioso, diay! Hay que apañar bien la situación para proteger a los ciudadanos y apoyar a los negocios honestos.
Con estas acciones, la Fuerza Pública demuestra que está atenta a estas actividades ilícitas, pero también nos deja pensando: ¿Qué medidas adicionales podemos tomar para fortalecer los controles fronterizos y prevenir la entrada de productos ilegales? ¿Será suficiente aumentar la vigilancia o necesitamos buscar soluciones más innovadoras para combatir este problema?
Según nos cuentan los oficiales, el primer golpe certero lo dieron en Montealegre, en Los Chiles. Ahí agarraron a un nica cargado con más de nueve mil piezas de medicinas diversas. Imagínate la torta que se salvó la gente de comprar esas cositas, quién sabe si eran de fiar. Uno nunca sabe qué clase de químicos te meten dentro con estas cosas, ¡qué sal!
Pero eso no fue todo, porque en El Delirio, Upala, pillaron a otro sospechoso, esta vez un tico, intentando pasar ropa, zapatos, bolsos y hasta maquillaje. ¡Una chimba lo que tenía! Como si nadie fuera a darse cuenta de tanta mercadería entrando así, por encima del monte, ¿no? Ahí entramos en el brete de cómo hacen para traer toda esa cosita y evadir los impuestos, que luego a nosotros nos toca pagarlos todos.
Y la cereza del pastel, amigas y amigos, fue en Boca Arenal de Cutris, donde encontraron a otra tica con más de dos mil seiscientos medicamentos traídos directamente desde Nicaragua. ¡Qué nivel! Aquí ya estamos hablando de un negocio considerable, y lo peor es que estos productos pueden poner en peligro la salud pública. Ninguno puede asegurar si cumplen con los estándares de calidad que exige el Ministerio de Salud.
Las autoridades explican que todas estas capturas se hicieron en lugares no autorizados para el ingreso de personas ni mercancías, lo que agrava la situación. Lo que hacen estos señores es meterse por senderos de monte, buscando la forma de evitar los controles fronterizos. ¡Qué torta la que se arman!
Lo preocupante de todo esto, y aquí viene lo importante, es el riesgo que corren los consumidores. No hay garantías de que esos medicamentos tengan el mismo contenido que dicen tener, ni que hayan sido almacenados correctamente. Podrían estar vencidos, contaminados... ¡una pesadilla! Por eso, el Ministerio de Salud ya está tramitando la destrucción de todos esos fármacos, para que no lleguen a manos equivocadas y causen daños mayores.
Este tipo de operaciones ilegales no solo afectan la economía del país, sino que también ponen en riesgo la salud de la población. Además, generan competencia desleal para los comercios legítimos que sí cumplen con las regulaciones. ¡Es un círculo vicioso, diay! Hay que apañar bien la situación para proteger a los ciudadanos y apoyar a los negocios honestos.
Con estas acciones, la Fuerza Pública demuestra que está atenta a estas actividades ilícitas, pero también nos deja pensando: ¿Qué medidas adicionales podemos tomar para fortalecer los controles fronterizos y prevenir la entrada de productos ilegales? ¿Será suficiente aumentar la vigilancia o necesitamos buscar soluciones más innovadoras para combatir este problema?
