¡Ay, Dios mío, qué alivio para el bolsillo! Parece que la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC) nos da una pequeña esperanza con sus predicciones sobre los precios de la gasolina y el diésel. Después de tanto tiempo viendo cómo suben y bajan como montaña rusa, ahora dicen que la cosa va a mejorar… bueno, al menos eso esperan.
Según la CEC, estamos cerrando este 2025 con precios más bajos que los de enero pasado. Para ponerle números, la gasolina superior andaba en ¢666 el litro a principios de año y ahora cuesta ¢643. La regular pasó de ¢648 a ¢635, y el diésel se mantuvo relativamente estable, pasando de ¢560 a ¢557. Ni hablar, el pueblo tico aplaudiendo a gritos. Aunque, siendo honestos, no es que estemos hablando de descuentos que cambien la vida, pero es algo, ¿no creen?
Fernando Barrantes, el presidente de la CEC, nos tranquilizó diciendo que mientras no pase nada grave a nivel mundial – tipo guerras o desastres naturales – no esperamos sorpresas desagradables en los precios. Él mismo reconoció que el costo de los combustibles depende de cosas que escapan a nuestro control: el comportamiento internacional, el tipo de cambio del dólar... el rollo de siempre. Total, la economía global es un brete complicado.
Y ahí viene la gran pregunta: ¿Podemos realmente relajarnos y pensar que ya superamos lo peor? Pues sí, la expectativa es que el precio siga bajando o, como mucho, se mantenga igualito en el 2026. Pero ojo, porque Barrantes también advirtió que cualquier problema serio en Medio Oriente, donde se producen muchísimos hidrocarburos, podría cambiar la jugada y sacudirnos de nuevo.
Hablando de problemas serios, la reciente movida entre Estados Unidos y Venezuela en el mar Caribe levantó algunas cejas. Capturaron un buque petrolero que supuestamente transportaba crudo iraní. Afortunadamente, parece que Venezuela no es tan influyente en el mercado mundial como para causar un terremoto en los precios. Sin embargo, si la cosa se pone fea y los países árabes deciden tomar represalias a través de la OPEP, pues ahí sí podríamos meter la pata hasta el cuello.
Pero vamos, hay que darle crédito a la CEC por ser cautelosos y mantenernos informados. Entendemos que ellos tienen que estar pendientes de todo, analizando datos y haciendo proyecciones. Aunque a veces, uno se queda pensando si toda esa información realmente llega al consumidor final o si se pierde en el camino. Ya saben, esos tecnicismos que hacen que uno se jale la cabeza.
Es verdad que la Aresep, encargada de fijar los precios, se basa en las compras de Recope y en todos esos factores externos que mencionamos. Pero la realidad es que nosotros, los ticos, sentimos los cambios en nuestros bolsillos. Un poquito menos de gasolina, un poquito más para el pan, un poquito menos para el chunche… Todo suma al final del mes, ¿verdad? Y si podemos ahorrar unos colones, pues no perdemos nada.
Según la CEC, estamos cerrando este 2025 con precios más bajos que los de enero pasado. Para ponerle números, la gasolina superior andaba en ¢666 el litro a principios de año y ahora cuesta ¢643. La regular pasó de ¢648 a ¢635, y el diésel se mantuvo relativamente estable, pasando de ¢560 a ¢557. Ni hablar, el pueblo tico aplaudiendo a gritos. Aunque, siendo honestos, no es que estemos hablando de descuentos que cambien la vida, pero es algo, ¿no creen?
Fernando Barrantes, el presidente de la CEC, nos tranquilizó diciendo que mientras no pase nada grave a nivel mundial – tipo guerras o desastres naturales – no esperamos sorpresas desagradables en los precios. Él mismo reconoció que el costo de los combustibles depende de cosas que escapan a nuestro control: el comportamiento internacional, el tipo de cambio del dólar... el rollo de siempre. Total, la economía global es un brete complicado.
Y ahí viene la gran pregunta: ¿Podemos realmente relajarnos y pensar que ya superamos lo peor? Pues sí, la expectativa es que el precio siga bajando o, como mucho, se mantenga igualito en el 2026. Pero ojo, porque Barrantes también advirtió que cualquier problema serio en Medio Oriente, donde se producen muchísimos hidrocarburos, podría cambiar la jugada y sacudirnos de nuevo.
Hablando de problemas serios, la reciente movida entre Estados Unidos y Venezuela en el mar Caribe levantó algunas cejas. Capturaron un buque petrolero que supuestamente transportaba crudo iraní. Afortunadamente, parece que Venezuela no es tan influyente en el mercado mundial como para causar un terremoto en los precios. Sin embargo, si la cosa se pone fea y los países árabes deciden tomar represalias a través de la OPEP, pues ahí sí podríamos meter la pata hasta el cuello.
Pero vamos, hay que darle crédito a la CEC por ser cautelosos y mantenernos informados. Entendemos que ellos tienen que estar pendientes de todo, analizando datos y haciendo proyecciones. Aunque a veces, uno se queda pensando si toda esa información realmente llega al consumidor final o si se pierde en el camino. Ya saben, esos tecnicismos que hacen que uno se jale la cabeza.
Es verdad que la Aresep, encargada de fijar los precios, se basa en las compras de Recope y en todos esos factores externos que mencionamos. Pero la realidad es que nosotros, los ticos, sentimos los cambios en nuestros bolsillos. Un poquito menos de gasolina, un poquito más para el pan, un poquito menos para el chunche… Todo suma al final del mes, ¿verdad? Y si podemos ahorrar unos colones, pues no perdemos nada.
