¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que la limpieza del hogar podía salvar el mundo, ¿verdad? Pues resulta que sí, y todo gracias a Guax, una pyme tica que le está dando pa’ atrás a las grandes marcas con productos biodegradables y un compromiso ambiental que te hace sentir orgulloso de ser costa riquense. Se trata de una verdadera ‘vara’ que le damos al medioambiente, y vaya que se necesitaba.
La historia empieza hace unos 14 añitos, cuando Doña María Amelia Prado Guasch, allá en Santa Ana, empezó a experimentar en su cocina con fórmulas naturales para limpiar. Al parecer, siempre tuvo esa inquietud de encontrar algo que realmente funcionara sin dejar rastros tóxicos ni dañar el planeta. Imagínate, ella soñaba con un producto que limpiera, desinficiara, protegiera y brillara… ¡todo en una sola pasada! Como quien dice, quería hacerlo todo en “cachengue”.
Y así nació Guax, una empresa que combinó la pasión de su fundadora, la innovación tecnológica y una visión de sostenibilidad que va más allá de lo que muchos negocios hacen. No se trata solamente de vender productos de limpieza, sino de construir un futuro donde el cuidado del medio ambiente sea una prioridad. Definitivamente, una ’carga’ positiva que podemos tener como país.
Pero llegar hasta donde están no fue precisamente caminar sobre pasillos lisos. Doña María Amelia reconoce que hubo momentos difíciles, pero confiesa que cada obstáculo fue una oportunidad de aprendizaje. Y agradece, con justa razón, el apoyo del programa “Una Mano Para Crecer” de Walmart, que les dio ese empujón inicial para salir de la producción artesanal y llegar a los supermercados. De verdad, una ayuda vital para poner este brete en marcha.
Ahora, sus productos ya están conquistando tiendas en Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Desde presentaciones pequeñas para probar, hasta opciones más grandes para el uso diario, Guax ofrece soluciones accesibles y de alta calidad para todos los hogares. Y lo mejor de todo es que, además de limpiar, estás contribuyendo a un futuro más limpio y sostenible. ¡Qué tuanis!
Pero lo que realmente distingue a Guax es su apuesta por los empaques biodegradables y compostables. Doña María Amelia se hartó de ver todos esos plásticos terminando en las playas y en las islas de basura del Pacífico, así que decidió cambiar la ‘vara’. Hoy, sus empaques tipo kraft son una innovación pionera entre las marcas locales de limpieza, y evitan que toneladas de plástico terminen contaminando nuestro planeta. Eso sí que es un compromiso serio, como cuando te echas echar unas manos a la obra, ¿sabes?
Además de su impacto ambiental, Guax también genera empleo digno para más de 230 personas, tanto directa como indirectamente. Doña María Amelia explica que su filosofía es reinvertir en la comunidad, apoyar a proveedores locales y crear oportunidades para que otras familias prosperen. Porque, como dice ella, “si uno no está bien, las decisiones no lo estarán tampoco”. Eso sí que es trabajar con ’nivel’, como dicen ahora por ahí.
En fin, la historia de Guax es un ejemplo de cómo el espíritu emprendedor costarricense, combinado con la conciencia ambiental y el compromiso social, puede lograr cosas increíbles. Nos demuestra que sí se pueden cumplir los sueños, que sí se puede competir con las grandes empresas sin perder la esencia, y que sí se puede limpiar el planeta, un chunche a la vez. ¿Ustedes qué opinan, creen que más pymes deberían seguir el ejemplo de Guax y apostar por modelos de negocio más sostenibles, o prefieren quedarse con lo tradicional?
La historia empieza hace unos 14 añitos, cuando Doña María Amelia Prado Guasch, allá en Santa Ana, empezó a experimentar en su cocina con fórmulas naturales para limpiar. Al parecer, siempre tuvo esa inquietud de encontrar algo que realmente funcionara sin dejar rastros tóxicos ni dañar el planeta. Imagínate, ella soñaba con un producto que limpiera, desinficiara, protegiera y brillara… ¡todo en una sola pasada! Como quien dice, quería hacerlo todo en “cachengue”.
Y así nació Guax, una empresa que combinó la pasión de su fundadora, la innovación tecnológica y una visión de sostenibilidad que va más allá de lo que muchos negocios hacen. No se trata solamente de vender productos de limpieza, sino de construir un futuro donde el cuidado del medio ambiente sea una prioridad. Definitivamente, una ’carga’ positiva que podemos tener como país.
Pero llegar hasta donde están no fue precisamente caminar sobre pasillos lisos. Doña María Amelia reconoce que hubo momentos difíciles, pero confiesa que cada obstáculo fue una oportunidad de aprendizaje. Y agradece, con justa razón, el apoyo del programa “Una Mano Para Crecer” de Walmart, que les dio ese empujón inicial para salir de la producción artesanal y llegar a los supermercados. De verdad, una ayuda vital para poner este brete en marcha.
Ahora, sus productos ya están conquistando tiendas en Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Desde presentaciones pequeñas para probar, hasta opciones más grandes para el uso diario, Guax ofrece soluciones accesibles y de alta calidad para todos los hogares. Y lo mejor de todo es que, además de limpiar, estás contribuyendo a un futuro más limpio y sostenible. ¡Qué tuanis!
Pero lo que realmente distingue a Guax es su apuesta por los empaques biodegradables y compostables. Doña María Amelia se hartó de ver todos esos plásticos terminando en las playas y en las islas de basura del Pacífico, así que decidió cambiar la ‘vara’. Hoy, sus empaques tipo kraft son una innovación pionera entre las marcas locales de limpieza, y evitan que toneladas de plástico terminen contaminando nuestro planeta. Eso sí que es un compromiso serio, como cuando te echas echar unas manos a la obra, ¿sabes?
Además de su impacto ambiental, Guax también genera empleo digno para más de 230 personas, tanto directa como indirectamente. Doña María Amelia explica que su filosofía es reinvertir en la comunidad, apoyar a proveedores locales y crear oportunidades para que otras familias prosperen. Porque, como dice ella, “si uno no está bien, las decisiones no lo estarán tampoco”. Eso sí que es trabajar con ’nivel’, como dicen ahora por ahí.
En fin, la historia de Guax es un ejemplo de cómo el espíritu emprendedor costarricense, combinado con la conciencia ambiental y el compromiso social, puede lograr cosas increíbles. Nos demuestra que sí se pueden cumplir los sueños, que sí se puede competir con las grandes empresas sin perder la esencia, y que sí se puede limpiar el planeta, un chunche a la vez. ¿Ustedes qué opinan, creen que más pymes deberían seguir el ejemplo de Guax y apostar por modelos de negocio más sostenibles, o prefieren quedarse con lo tradicional?