Maes, pónganle atención a esta vara porque de verdad que es para sentarse a llorar o a reír, ya ni sé. Resulta que mientras todos nosotros andamos con el Jesús en la boca por la inseguridad, allá arriba en las altas esferas del Gobierno parece que están jugando al teléfono chocho. El director del OIJ, Randall Zúñiga, salió con los tacos de frente a pegarle una buena zarandeada al Ministerio de Hacienda. ¿La razón? Hacienda tiene congelada la plata para crear casi 200 plazas nuevas que urgen en el OIJ y la Fiscalía, plazas que la mismísima Asamblea Legislativa ya había aprobado. ¡Qué despiche!
Vamos por partes, para entender el nivel del enredo. El año pasado, los diputados se pusieron las pilas y aprobaron ₡6.346 millones para que el Poder Judicial pudiera contratar más gente. Específicamente, 194 personas para reforzar la investigación criminal. Uno pensaría que, con la situación del país, esa plata iba a salir más rápido que carrera de cacos. Pues no. Hacienda simplemente puso esos fondos en la categoría de “no ejecución”. O sea, la plata está, pero no se puede tocar. Es como tener la refri llena, pero con un candado puesto. Zúñiga, con toda la razón del mundo, calificó la situación de “inadmisible”, y diay, ¿quién podría culparlo?
Pero aquí es donde la torta se pone buena. Lo más increíble de todo este asunto es la excusa de Hacienda: “falta de presupuesto”. Esa es la justificación oficial para tener al OIJ comiéndose las uñas. Sin embargo, en un giro digno de telenovela, ese mismo argumento de “no hay plata” no aplica para todo el mundo. ¡Para nada! Al mismo tiempo que le niegan los recursos a la policía judicial, Hacienda sí le da luz verde a casi 900 plazas para la Fuerza Pública, incluyendo un paquete de 720 que anunciaron hace poco. A ver, maes, que alguien me explique con dibujitos, porque yo no entiendo. ¿La billetera del Gobierno tiene un hueco selectivo que solo afecta al OIJ?
Zúñiga lo dijo clarito, y la verdad es que suena a pura lógica: “Somos un mismo equipo, estamos en el mismo bando”. El mae está pidiendo que se demuestre con acciones y no con pura paja. Insistió en que el OIJ es una “policía de lujo” que resuelve casos complejos y que necesita los recursos para seguir haciendo su brete. Y tiene sentido. La Fuerza Pública previene y detiene en el acto, pero el OIJ es el que arma los casos, el que investiga a las bandas de crimen organizado y el que, al final, permite que los fiscales tengan con qué llevar a los malos a la cárcel. Dejarlo sin personal es como tener un equipo de fútbol con buena defensa pero sin delanteros que metan goles.
Al final, este pleito burocrático no es solo un titular más en los periódicos. Es algo que nos afecta directamente. Menos investigadores significa que los casos se van a pegar, que las víctimas de delitos van a tener que esperar más por justicia y que las redes criminales van a tener más chance de operar a sus anchas. La seguridad es la urgencia número uno del país, y parece que mientras unos reman para un lado, otros están con el ancla puesta. Se está comprometiendo una parte vital del sistema judicial por un enredo de plata que ya estaba aprobada. Una verdadera lástima que el plan para fortalecer la seguridad se vaya al traste por estas varas.
Ahora les pregunto a ustedes, maes, ¿qué opinan de este enredo? ¿Creen que Hacienda se está jalando una torta garrafal por pura burocracia o habrá algo más de fondo en este pleito? ¿Es justo que se priorice a una policía sobre otra cuando la lucha contra el crimen necesita de todos?
Vamos por partes, para entender el nivel del enredo. El año pasado, los diputados se pusieron las pilas y aprobaron ₡6.346 millones para que el Poder Judicial pudiera contratar más gente. Específicamente, 194 personas para reforzar la investigación criminal. Uno pensaría que, con la situación del país, esa plata iba a salir más rápido que carrera de cacos. Pues no. Hacienda simplemente puso esos fondos en la categoría de “no ejecución”. O sea, la plata está, pero no se puede tocar. Es como tener la refri llena, pero con un candado puesto. Zúñiga, con toda la razón del mundo, calificó la situación de “inadmisible”, y diay, ¿quién podría culparlo?
Pero aquí es donde la torta se pone buena. Lo más increíble de todo este asunto es la excusa de Hacienda: “falta de presupuesto”. Esa es la justificación oficial para tener al OIJ comiéndose las uñas. Sin embargo, en un giro digno de telenovela, ese mismo argumento de “no hay plata” no aplica para todo el mundo. ¡Para nada! Al mismo tiempo que le niegan los recursos a la policía judicial, Hacienda sí le da luz verde a casi 900 plazas para la Fuerza Pública, incluyendo un paquete de 720 que anunciaron hace poco. A ver, maes, que alguien me explique con dibujitos, porque yo no entiendo. ¿La billetera del Gobierno tiene un hueco selectivo que solo afecta al OIJ?
Zúñiga lo dijo clarito, y la verdad es que suena a pura lógica: “Somos un mismo equipo, estamos en el mismo bando”. El mae está pidiendo que se demuestre con acciones y no con pura paja. Insistió en que el OIJ es una “policía de lujo” que resuelve casos complejos y que necesita los recursos para seguir haciendo su brete. Y tiene sentido. La Fuerza Pública previene y detiene en el acto, pero el OIJ es el que arma los casos, el que investiga a las bandas de crimen organizado y el que, al final, permite que los fiscales tengan con qué llevar a los malos a la cárcel. Dejarlo sin personal es como tener un equipo de fútbol con buena defensa pero sin delanteros que metan goles.
Al final, este pleito burocrático no es solo un titular más en los periódicos. Es algo que nos afecta directamente. Menos investigadores significa que los casos se van a pegar, que las víctimas de delitos van a tener que esperar más por justicia y que las redes criminales van a tener más chance de operar a sus anchas. La seguridad es la urgencia número uno del país, y parece que mientras unos reman para un lado, otros están con el ancla puesta. Se está comprometiendo una parte vital del sistema judicial por un enredo de plata que ya estaba aprobada. Una verdadera lástima que el plan para fortalecer la seguridad se vaya al traste por estas varas.
Ahora les pregunto a ustedes, maes, ¿qué opinan de este enredo? ¿Creen que Hacienda se está jalando una torta garrafal por pura burocracia o habrá algo más de fondo en este pleito? ¿Es justo que se priorice a una policía sobre otra cuando la lucha contra el crimen necesita de todos?