¡Ay, Dios mío! Quién diría que el mundo estaría tan patas arriba, ¿verdad? Entre la inflación, el clima loco y ahora, este rollo de la inteligencia artificial quitándole el brete a un montón de gente, uno se siente a veces como si le estuvieran jalando una torta. Pero parece que hay luz al final del túnel, chavos. Unos expertos andan diciendo que la incertidumbre no es el fin del mundo, sino más bien… ¡una oportunidad!
Todo empezó con un artículo que salió hace unos días hablando de cómo entrenar la mente para lidiar con lo desconocido. Resulta que no somos los únicos que estamos batallando con esto, porque pa’lante, todos estamos pasando por momentos raros. Según el consultor español Isra García, quien anda dando vueltas por acá compartiendo sus ideas, la clave está en “aprender a convivir con lo desconocido”. Él dice que la vida no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos, ¡diay! Suena a cliché de red social, pero después me puse a pensar y tiene su aquel.
Para entendernos mejor, García plantea un ejercicio sencillo: dividir un papel en tres círculos. En el primero, anotamos qué cosas no podemos controlar –el precio del gas, las decisiones del gobierno–. En el segundo, aquellas donde tenemos influencia parcial –nuestra alimentación, nuestro trabajo diario–. Y en el tercero, lo que sí está en nuestras manos: nuestra actitud, nuestros actos, cómo respondemos a las situaciones. Imagínate, chaval, soltarse de esas cosas que no dependen de ti. ¡Qué alivio!
Y no solo es teoría, porque la American Psychological Association (APA) respalda la idea. Ellos recomiendan enfocarnos en lo que sí podemos hacer: mantener rutinas, desconectarnos un poco de las noticias pesimistas y tomar acciones, aunque sean pequeñitas. ¡Porque nada reduce la ansiedad más rápido que ponerle empeño, vamos! Yo mismo he estado intentando levantarme temprano para ir a correr, y aunque a veces me da pereza, al final siento que despejo la mente, ¿quién lo diría?
Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) entra en juego con esta onda. Dicen que aceptar la impermanencia es vital para el bienestar emocional. ¿Cómo que eso?, pues mira, nada es para siempre, mi pana. Los problemas vienen y van, y lo importante es saber cómo enfrentarlos sin agobiarnos demasiado. Eso sí, a veces se pone difícil, ¡qué va! Uno tiene sus mañosas...
Si la mente empieza a dar vueltas como trompo, García sugiere un truco llamado “vomitado de pensamientos”. En plan, agarramos un cuaderno y escribimos todo lo que nos preocupa, sin filtro, sin corregir la ortografía. ¡Pa’ fuera todo!, como cuando uno descarga un archivo gigante del celular. Al vaciar la mente, se crea espacio para la tranquilidad. También recomiendan técnicas como el mindfulness, la respiración consciente y conectar con nuestros sentidos. Cosas simples, pero que realmente hacen la diferencia, diay.
Ahora, nadie dijo que sería fácil. Entrenar la mente para lidiar con la incertidumbre es como ir al gimnasio: requiere disciplina y constancia. Pero los resultados valen la pena. Aprender a aceptar los cambios, a enfrentar el miedo sin esconderse y a ver las experiencias, incluso las más dolorosas, como oportunidades de aprendizaje… eso sí es vivir de verdad, como dice García. Es como decir, 'si me caigo, me levanto y sigo caminando'.
Así que ya sabes, chavos, no te rayes tanto con lo que no puedes controlar. Enfócate en lo que sí puedes hacer, respira profundo y busca la calma en medio del caos. Porque al final del día, lo único que importa es encontrar tu propia paz, ¿no creen? Ahora dime, ¿cuál es tu estrategia favorita para lidiar con la incertidumbre en estos tiempos locos?
Todo empezó con un artículo que salió hace unos días hablando de cómo entrenar la mente para lidiar con lo desconocido. Resulta que no somos los únicos que estamos batallando con esto, porque pa’lante, todos estamos pasando por momentos raros. Según el consultor español Isra García, quien anda dando vueltas por acá compartiendo sus ideas, la clave está en “aprender a convivir con lo desconocido”. Él dice que la vida no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos, ¡diay! Suena a cliché de red social, pero después me puse a pensar y tiene su aquel.
Para entendernos mejor, García plantea un ejercicio sencillo: dividir un papel en tres círculos. En el primero, anotamos qué cosas no podemos controlar –el precio del gas, las decisiones del gobierno–. En el segundo, aquellas donde tenemos influencia parcial –nuestra alimentación, nuestro trabajo diario–. Y en el tercero, lo que sí está en nuestras manos: nuestra actitud, nuestros actos, cómo respondemos a las situaciones. Imagínate, chaval, soltarse de esas cosas que no dependen de ti. ¡Qué alivio!
Y no solo es teoría, porque la American Psychological Association (APA) respalda la idea. Ellos recomiendan enfocarnos en lo que sí podemos hacer: mantener rutinas, desconectarnos un poco de las noticias pesimistas y tomar acciones, aunque sean pequeñitas. ¡Porque nada reduce la ansiedad más rápido que ponerle empeño, vamos! Yo mismo he estado intentando levantarme temprano para ir a correr, y aunque a veces me da pereza, al final siento que despejo la mente, ¿quién lo diría?
Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) entra en juego con esta onda. Dicen que aceptar la impermanencia es vital para el bienestar emocional. ¿Cómo que eso?, pues mira, nada es para siempre, mi pana. Los problemas vienen y van, y lo importante es saber cómo enfrentarlos sin agobiarnos demasiado. Eso sí, a veces se pone difícil, ¡qué va! Uno tiene sus mañosas...
Si la mente empieza a dar vueltas como trompo, García sugiere un truco llamado “vomitado de pensamientos”. En plan, agarramos un cuaderno y escribimos todo lo que nos preocupa, sin filtro, sin corregir la ortografía. ¡Pa’ fuera todo!, como cuando uno descarga un archivo gigante del celular. Al vaciar la mente, se crea espacio para la tranquilidad. También recomiendan técnicas como el mindfulness, la respiración consciente y conectar con nuestros sentidos. Cosas simples, pero que realmente hacen la diferencia, diay.
Ahora, nadie dijo que sería fácil. Entrenar la mente para lidiar con la incertidumbre es como ir al gimnasio: requiere disciplina y constancia. Pero los resultados valen la pena. Aprender a aceptar los cambios, a enfrentar el miedo sin esconderse y a ver las experiencias, incluso las más dolorosas, como oportunidades de aprendizaje… eso sí es vivir de verdad, como dice García. Es como decir, 'si me caigo, me levanto y sigo caminando'.
Así que ya sabes, chavos, no te rayes tanto con lo que no puedes controlar. Enfócate en lo que sí puedes hacer, respira profundo y busca la calma en medio del caos. Porque al final del día, lo único que importa es encontrar tu propia paz, ¿no creen? Ahora dime, ¿cuál es tu estrategia favorita para lidiar con la incertidumbre en estos tiempos locos?