Gente, a veces uno lee noticias de Gringolandia y de verdad que es para sentarse a pensar. Vean el despiche que se acaba de armar: la Corte Suprema de Estados Unidos, el mero mero tribunal de allá, le acaba de dar luz verde al gobierno para que siga haciendo redadas contra inmigrantes en California, basándose en criterios que suenan a un chiste de mal gusto. Una torta monumental que pone en jaque los derechos más básicos de un montón de gente que lo único que hace es pulsearla día a día.
Para que entiendan la vara: un par de tribunales más abajo le habían puesto el freno de mano a la migra gringa (el famoso ICE), prohibiéndoles detener gente así porque sí en Los Ángeles. ¿Las razones para la prohibición? Porque el ICE andaba agarrando gente solo por uno de cuatro “factores”: estar en un lugar asociado con inmigrantes (una ferretería, un lavacar, una parada de bus), el tipo de trabajo que hacían, hablar español o inglés con acento, o simplemente por tener “apariencia étnica”. ¡Diay, mae! Con ese criterio, medio Costa Rica sería sospechoso allá. Es básicamente una licencia para el perfilamiento racial, sin disfraz ni nada.
Como era de esperar, la decisión no le cayó nada bien a todo el mundo. El gobernador de California, Gavin Newsom, que es demócrata, salió volado a decir que esto es un ataque directo y aberrante contra los californianos y que la lucha sigue. Y es que tiene toda la razón. Imagínese el nivel de estrés, de andar con ese miedo constante solo por tener rasgos latinos o por estar esperando el bus para ir al brete. ¡Qué sal! Saladísimo para miles de familias que solo andan buscando ganarse la vida honradamente y ahora tienen que cuidarse de una fuerza policial que tiene permiso para juzgarlos por su apariencia.
Y aquí es donde el asunto se pone más feo y hasta cínico. La Corte no dio una gran justificación, pero uno de los jueces conservadores, Brett Kavanaugh, básicamente dijo que lo apoyaba porque “la inmigración ilegal es particularmente pronunciada en la región de Los Ángeles”. O sea, como hay muchos, ¡vamos a cazarlos a todos! Una lógica que se cae por sí sola. Por dicha, hubo voces de la razón. La jueza Sonia Sotomayor, que por cierto es la primera latina en llegar a ese puesto y sabe de lo que habla, lo puso en blanco y negro, sin pelos en la lengua: “No deberíamos tener que vivir en un país donde el gobierno pueda detener a cualquiera que tenga apariencia latina, hable español y parezca ocupar un empleo de bajos salarios”. ¡Tome! Más claro, imposible.
Al final, este fallo de la Corte Suprema gringa va mucho más allá de Los Ángeles y de la administración de Trump en su momento. Sienta un precedente peligrosísimo que normaliza la discriminación y le da poder al Estado para actuar con base en prejuicios. Nos afecta a todos, porque valida la idea de que ciertos rasgos, ciertos idiomas y ciertos trabajos te convierten automáticamente en sospechoso. Es una vara que erosiona la confianza y nos recuerda que las luchas por los derechos civiles nunca, pero nunca, se acaban.
Aquí les dejo la pregunta, maes: Más allá de la política gringa, ¿no sienten que este tipo de decisiones le abren la puerta a que el perfilamiento racial se vea como algo "normal" en cualquier parte del mundo? ¿Hasta qué punto una "apariencia" puede y debe convertir a alguien en un objetivo? Los leo.
Para que entiendan la vara: un par de tribunales más abajo le habían puesto el freno de mano a la migra gringa (el famoso ICE), prohibiéndoles detener gente así porque sí en Los Ángeles. ¿Las razones para la prohibición? Porque el ICE andaba agarrando gente solo por uno de cuatro “factores”: estar en un lugar asociado con inmigrantes (una ferretería, un lavacar, una parada de bus), el tipo de trabajo que hacían, hablar español o inglés con acento, o simplemente por tener “apariencia étnica”. ¡Diay, mae! Con ese criterio, medio Costa Rica sería sospechoso allá. Es básicamente una licencia para el perfilamiento racial, sin disfraz ni nada.
Como era de esperar, la decisión no le cayó nada bien a todo el mundo. El gobernador de California, Gavin Newsom, que es demócrata, salió volado a decir que esto es un ataque directo y aberrante contra los californianos y que la lucha sigue. Y es que tiene toda la razón. Imagínese el nivel de estrés, de andar con ese miedo constante solo por tener rasgos latinos o por estar esperando el bus para ir al brete. ¡Qué sal! Saladísimo para miles de familias que solo andan buscando ganarse la vida honradamente y ahora tienen que cuidarse de una fuerza policial que tiene permiso para juzgarlos por su apariencia.
Y aquí es donde el asunto se pone más feo y hasta cínico. La Corte no dio una gran justificación, pero uno de los jueces conservadores, Brett Kavanaugh, básicamente dijo que lo apoyaba porque “la inmigración ilegal es particularmente pronunciada en la región de Los Ángeles”. O sea, como hay muchos, ¡vamos a cazarlos a todos! Una lógica que se cae por sí sola. Por dicha, hubo voces de la razón. La jueza Sonia Sotomayor, que por cierto es la primera latina en llegar a ese puesto y sabe de lo que habla, lo puso en blanco y negro, sin pelos en la lengua: “No deberíamos tener que vivir en un país donde el gobierno pueda detener a cualquiera que tenga apariencia latina, hable español y parezca ocupar un empleo de bajos salarios”. ¡Tome! Más claro, imposible.
Al final, este fallo de la Corte Suprema gringa va mucho más allá de Los Ángeles y de la administración de Trump en su momento. Sienta un precedente peligrosísimo que normaliza la discriminación y le da poder al Estado para actuar con base en prejuicios. Nos afecta a todos, porque valida la idea de que ciertos rasgos, ciertos idiomas y ciertos trabajos te convierten automáticamente en sospechoso. Es una vara que erosiona la confianza y nos recuerda que las luchas por los derechos civiles nunca, pero nunca, se acaban.
Aquí les dejo la pregunta, maes: Más allá de la política gringa, ¿no sienten que este tipo de decisiones le abren la puerta a que el perfilamiento racial se vea como algo "normal" en cualquier parte del mundo? ¿Hasta qué punto una "apariencia" puede y debe convertir a alguien en un objetivo? Los leo.