¡Ay, patitos! Un alivio tremendo para los vecinos de Cartago y toda la zona central. Después de meses de chambear duro, el laboratorio anexo del querido Hospital Max Peralta Jiménez finalmente encontró un nuevo hogar en Barrio Asís, cerquita del centro médico. ¡Imagínate qué lata era ir al anterior!
Como muchos saben, el lab estaba un poco apretadito y no precisamente cómodo para recibir a todos los que necesitaban sus servicios. Pa’l personal de salud también era un brete trabajar así, diay. Pero bueno, eso se acabó, porque ahora tienen un espacio mucho mejor preparado para brindar la atención que merecemos, nosotros los usuarios.
La nueva sede, que antes era la Casa de Jesús, una construcción que pertenecía a una congregación religiosa, les dio la oportunidad de tener unas instalaciones más amplias, accesibles y, sobre todo, seguras. Se arrendó el lugar al hospital, y vaya que se nota la diferencia. Con 1.100 metros cuadrados, ¡es otro cuento! Ahora sí podrán atender a la gente con tranquilidad y eficiencia.
Lo que más me gusta es que pensaron en todito. Ahora cuentan con tapias y portones enormes que facilitan el ingreso a personas en silla de ruedas y, crucialmente, ¡permite que las ambulancias entren directo al laboratorio! Así atienden al paciente ahí mismo, sin tener que sacarlo del vehículo, algo importantísimo para los casos urgentes. Imagínate, que antes era un dolor de cabeza maniobrar.
Emmanuel Molina Solano, el director del laboratorio, nos comentó que esto es parte de un plan pa’ mejorar el hospital constantemente y que estas nuevas instalaciones van a hacer una gran diferencia. Dijo que aunque cambiaron de ubicación, siguen estando a mano, justo en Barrio Asís. ¡Qué chivo, que no se fueron lejos!
Y miren nomás todas las mejoras: seis consultorios con aire acondicionado –pa'l calor que hace aquí–, tres oficinas equipadas con internet, una sala de toma de muestra con once cubículos, un área de espera techada pa' proteger del sol, ingresos y salidas separadas, una bodega pa’ guardar los insumos, baños bien equipados, estacionamiento para ambulancias… ¡Es un lujo, ay! Además, todo está bien señalizado y hay lavamanos en los pasillos. ¡Hasta pa’ lavar las manos mientras esperamos!
La atención en el antiguo local terminó el viernes pasado, y desde entonces se han ido trasladando todo poco a poco. Por suerte, el cambio salió todo afinadísimo, y desde el lunes pasado ya están recibiendo pacientes en su nuevo hogar. Las autoridades del hospital le dieron las gracias al personal que participó en todo este proceso y pidieron a la comunidad cartaginesa que corran la voz para que todos sepan dónde encontrarlos. ¡Pa’ que nadie se quede sin saber y se ahorre búsquedas!
En fin, parece que el Hospital Max Peralta se puso las pilas y está dando un paso importante para mejorar nuestros servicios de salud. Pero dime, ¿crees que otras instituciones públicas deberían seguir este ejemplo e invertir en infraestructuras más modernas y accesibles para la población? ¡Déjanos tus comentarios abajo!
Como muchos saben, el lab estaba un poco apretadito y no precisamente cómodo para recibir a todos los que necesitaban sus servicios. Pa’l personal de salud también era un brete trabajar así, diay. Pero bueno, eso se acabó, porque ahora tienen un espacio mucho mejor preparado para brindar la atención que merecemos, nosotros los usuarios.
La nueva sede, que antes era la Casa de Jesús, una construcción que pertenecía a una congregación religiosa, les dio la oportunidad de tener unas instalaciones más amplias, accesibles y, sobre todo, seguras. Se arrendó el lugar al hospital, y vaya que se nota la diferencia. Con 1.100 metros cuadrados, ¡es otro cuento! Ahora sí podrán atender a la gente con tranquilidad y eficiencia.
Lo que más me gusta es que pensaron en todito. Ahora cuentan con tapias y portones enormes que facilitan el ingreso a personas en silla de ruedas y, crucialmente, ¡permite que las ambulancias entren directo al laboratorio! Así atienden al paciente ahí mismo, sin tener que sacarlo del vehículo, algo importantísimo para los casos urgentes. Imagínate, que antes era un dolor de cabeza maniobrar.
Emmanuel Molina Solano, el director del laboratorio, nos comentó que esto es parte de un plan pa’ mejorar el hospital constantemente y que estas nuevas instalaciones van a hacer una gran diferencia. Dijo que aunque cambiaron de ubicación, siguen estando a mano, justo en Barrio Asís. ¡Qué chivo, que no se fueron lejos!
Y miren nomás todas las mejoras: seis consultorios con aire acondicionado –pa'l calor que hace aquí–, tres oficinas equipadas con internet, una sala de toma de muestra con once cubículos, un área de espera techada pa' proteger del sol, ingresos y salidas separadas, una bodega pa’ guardar los insumos, baños bien equipados, estacionamiento para ambulancias… ¡Es un lujo, ay! Además, todo está bien señalizado y hay lavamanos en los pasillos. ¡Hasta pa’ lavar las manos mientras esperamos!
La atención en el antiguo local terminó el viernes pasado, y desde entonces se han ido trasladando todo poco a poco. Por suerte, el cambio salió todo afinadísimo, y desde el lunes pasado ya están recibiendo pacientes en su nuevo hogar. Las autoridades del hospital le dieron las gracias al personal que participó en todo este proceso y pidieron a la comunidad cartaginesa que corran la voz para que todos sepan dónde encontrarlos. ¡Pa’ que nadie se quede sin saber y se ahorre búsquedas!
En fin, parece que el Hospital Max Peralta se puso las pilas y está dando un paso importante para mejorar nuestros servicios de salud. Pero dime, ¿crees que otras instituciones públicas deberían seguir este ejemplo e invertir en infraestructuras más modernas y accesibles para la población? ¡Déjanos tus comentarios abajo!
