¡Pero qué vaina, mi gente! Resulta que el caso de Celso Gamboa, el exmagistrado que anda con más líos que calcetines en lavaseca, se puso aún más interesante. Ahora salió a luz una historia tan despistada, que parece sacada de novela de teleserie barata. Se trata de un documento falsificado, ¡sí señor!, que habría servido para que Gamboa se escabullera de una audiencia judicial allá por el 2019. Y ojo, que la trama tiene todos los ingredientes para convertirse en el chisme del mes.
Todo comenzó cuando apareció una constancia, firmada por Irving Malespín, entonces jefe de la Policía de Control Fiscal (PCF), que decía que Gamboa había estado revisando unos papeles en la PCF el día que debía estar en la audiencia. Según el documento, el exmagistrado se quedó atascado porque estaban los carros aparcados como quién no quiere la cosa. Pero resulta que, ¡aguántense!, la historia original era diferente. Al principio, Gamboa les dijo al tribunal que se había retrasado por otra diligencia judicial. ¡Un cambio de discurso que ya huele a 'jalarse una torta', eh!
La Fiscalia General de la Nación no tardó en investigar el asunto, y vaya si encontraron cosas turbias. Revisaron los registros de visitantes y las cámaras de seguridad del edificio Mira, donde estaba ubicada la PCF, y ¡sorpresa!, no hay ni rastro de Gamboa ese día. Ninguno, cero patatero. Esto confirma que la constancia firmada por Malespín era pura invención, un intento desesperado de salvarle el pellejo al exmagistrado.
Y no se queda ahí. El expediente judicial, al que CR Hoy tuvo acceso, revela que Malespín, el otrora jefe policial, también está metido en esto hasta las cejas. Parece que él fue quien armó todo el embrollo, falsificando documentos para ayudar a Gamboa a evadir sus responsabilidades judiciales. ¡Qué pena ajena! Uno se pregunta cómo estos personajes llegaron a ocupar cargos de tanta responsabilidad.
Este caso, que recordemos se remonta a 2019, ha reavivado viejas heridas y puesto nuevamente bajo la lupa la corrupción en nuestro país. Ya recuerdan la bronca anterior, cuando salieron a la luz las conexiones de Gamboa con figuras turbias del mundo del hampa. Esta vez, la cosa parece que va en serio, y tanto Gamboa como Malespín enfrentan graves acusaciones por falsificación de documentos y posible obstrucción a la justicia.
El juicio, que estaba programado para marzo del próximo año, se adelantó a este martes, 25 de septiembre. Durante la etapa de testimonios, el fiscal Esteban Chavarría presentó pruebas contundentes que demuestran la falsedad de la constancia. Chavarría, apoyándose en las grabaciones de seguridad, aseguró que nunca vio a Gamboa en el edificio de la PCF. ¡Una prueba irrefutable que pone en aprietos a los dos acusados!
Muchos se preguntan, ¿qué motivó a Malespín a cometer semejante acto? ¿Fue soborno, amistad, o simplemente miedo? Las teorías abundan, pero la verdad es que nadie sabe con certeza cuál fue el verdadero detonante de esta trama. Lo cierto es que ambos, Gamboa y Malespín, deberán responder por sus actos ante la ley. Y esperemos que el sistema judicial haga lo suyo y los castigue con toda la fuerza de la ley.
Ahora bien, después de todo este relajo, me pregunto: ¿cree usted que este caso sentará un precedente importante en la lucha contra la corrupción en Costa Rica, o será solo otro episodio más de impunidad? ¡Dígame en los comentarios qué piensa al respecto, mi gente! Estoy ansioso por leer sus opiniones.
Todo comenzó cuando apareció una constancia, firmada por Irving Malespín, entonces jefe de la Policía de Control Fiscal (PCF), que decía que Gamboa había estado revisando unos papeles en la PCF el día que debía estar en la audiencia. Según el documento, el exmagistrado se quedó atascado porque estaban los carros aparcados como quién no quiere la cosa. Pero resulta que, ¡aguántense!, la historia original era diferente. Al principio, Gamboa les dijo al tribunal que se había retrasado por otra diligencia judicial. ¡Un cambio de discurso que ya huele a 'jalarse una torta', eh!
La Fiscalia General de la Nación no tardó en investigar el asunto, y vaya si encontraron cosas turbias. Revisaron los registros de visitantes y las cámaras de seguridad del edificio Mira, donde estaba ubicada la PCF, y ¡sorpresa!, no hay ni rastro de Gamboa ese día. Ninguno, cero patatero. Esto confirma que la constancia firmada por Malespín era pura invención, un intento desesperado de salvarle el pellejo al exmagistrado.
Y no se queda ahí. El expediente judicial, al que CR Hoy tuvo acceso, revela que Malespín, el otrora jefe policial, también está metido en esto hasta las cejas. Parece que él fue quien armó todo el embrollo, falsificando documentos para ayudar a Gamboa a evadir sus responsabilidades judiciales. ¡Qué pena ajena! Uno se pregunta cómo estos personajes llegaron a ocupar cargos de tanta responsabilidad.
Este caso, que recordemos se remonta a 2019, ha reavivado viejas heridas y puesto nuevamente bajo la lupa la corrupción en nuestro país. Ya recuerdan la bronca anterior, cuando salieron a la luz las conexiones de Gamboa con figuras turbias del mundo del hampa. Esta vez, la cosa parece que va en serio, y tanto Gamboa como Malespín enfrentan graves acusaciones por falsificación de documentos y posible obstrucción a la justicia.
El juicio, que estaba programado para marzo del próximo año, se adelantó a este martes, 25 de septiembre. Durante la etapa de testimonios, el fiscal Esteban Chavarría presentó pruebas contundentes que demuestran la falsedad de la constancia. Chavarría, apoyándose en las grabaciones de seguridad, aseguró que nunca vio a Gamboa en el edificio de la PCF. ¡Una prueba irrefutable que pone en aprietos a los dos acusados!
Muchos se preguntan, ¿qué motivó a Malespín a cometer semejante acto? ¿Fue soborno, amistad, o simplemente miedo? Las teorías abundan, pero la verdad es que nadie sabe con certeza cuál fue el verdadero detonante de esta trama. Lo cierto es que ambos, Gamboa y Malespín, deberán responder por sus actos ante la ley. Y esperemos que el sistema judicial haga lo suyo y los castigue con toda la fuerza de la ley.
Ahora bien, después de todo este relajo, me pregunto: ¿cree usted que este caso sentará un precedente importante en la lucha contra la corrupción en Costa Rica, o será solo otro episodio más de impunidad? ¡Dígame en los comentarios qué piensa al respecto, mi gente! Estoy ansioso por leer sus opiniones.