El abstencionismo no justificado no es más que una estupidez. Si a alguien le roban la cédula el día de las elecciones, o se le pierde, o está fuera del país o la hora que le dan en el trabajo no es suficiente, eso es otra cosa, pero que alguien que tiene su cédula a mano, que no tienen ningún impedimento para ir a votar, decida que no le da la gana ir porque esa es su manera de manifestarse, no es más que un ignorante. A todos se nos da la oportunidad de ir a las urnas, al menos a los que conformamos el padrón electoral, si yo decido no ejercer mi derecho (que moralmente es una obligación), dejo en manos de los demás la responsabilidad de elegir. Es imposible ponerse a adivinar cual fue el motivo por el que mucha gente no fue a votar y me parece poco inteligente asumir que en todos los casos se debió a personas que querían manifestar su incorformidad. Yo lo atribuyo más bien a la maldita costumbre del valeverguismo, al pereza, a la apatía y no al genuino derecho a manifestar una inconformidad. Si conocen a alguien que no votó, pregúntenle porque no votó. En cualquier caso, la presidencia de la República se gana obteniendo más votos que los contrincantes y al menos un 40% de los votos emitidos, no de un 40% del padrón total. Para los efectos, podríamos aplicar la estadística a ese grupo de abstencionistas y la tendencia debería mantenerse. Un 47% hubiera votado por Laura, un 25% por Otton y un 20% por Otto. Aunque esto no sería más que una simple proyección estadística.
Veo en quienes adversan a Chinchilla una arrogancia que no les deja comprender que tal vez son ellos quienes no han entendido, que se arrogan el monopolio del raciocinio (los que votaron por Laura fueron manipulados o no piensan claro o no entienden) y menosprecian con ello el criterio de la mayoría que en una justa electoral de manera contundente le dió la espalda a sus propuestas y se inclinó por el continuismo.
Señores, eso es la democracia, a veces nuestra tendencia gana, otras veces pierde. Es de personas maduras aceptarlo y trabajar por mejorar.
A veces parece que algunos se fanatizan tanto que desean, casi añoran que el gobierno no funcione y olvidan que con ello perdemos todos, sin importar por quien hayamos votado o si no votamos del todo.
Veo en quienes adversan a Chinchilla una arrogancia que no les deja comprender que tal vez son ellos quienes no han entendido, que se arrogan el monopolio del raciocinio (los que votaron por Laura fueron manipulados o no piensan claro o no entienden) y menosprecian con ello el criterio de la mayoría que en una justa electoral de manera contundente le dió la espalda a sus propuestas y se inclinó por el continuismo.
Señores, eso es la democracia, a veces nuestra tendencia gana, otras veces pierde. Es de personas maduras aceptarlo y trabajar por mejorar.
A veces parece que algunos se fanatizan tanto que desean, casi añoran que el gobierno no funcione y olvidan que con ello perdemos todos, sin importar por quien hayamos votado o si no votamos del todo.