Primero algunas definiciones para que las nuevas generaciones entiendan:
1. Barra: Grupo de amistades (hombres y mujeres) que nos reuníamos para fumar marihuana, comer hongos o sólo para pasar las horas juntos
2. Chante: Lugar de reunión. Se consideraba propiedad de la barra. Si otra barra se ubicaba ahí, era declaración de guerra.
3. Rula 28: Machete bastante largo que se usa para chapear. Generalmente es muy filoso.
Tenía como 16 años y andaba en malos pasos... dos experiencias:
a. El asalto frustrado
Éramos como ocho de la barra los que estábamos en la zona de Aserrí. En toda barra había un líder y en la nuestra esa tarde al caballerito se le ocurrió que, para pasar el rato, pues asaltáramos al primero que pasara. Así, pacientemente esperamos a nuestra víctima.
A lo lejos, vimos cómo se asomaba un señor mayor (digamos que de unos 60 - 70 años) con un saco al hombro. Nuestro líder nos habló y nos dijo: "ahí viene...!". Como ejército bien disciplinado, cuatro nos colocamos a un lado del camino y cuatro al otro. La idea era obvia... esperar que pasara el viejito para "apretarlo".
Como a 25 metros, el viejito se detuvo. Se nos quedó mirando y bajó el saquito. De éste saquito sacó una rula 28 que desenvainó. Tomó el saquito con su mano izquierda y la rula con la mano derecha.
La cosa es que el viejito pudo pasar tranquilamente.. ninguno de nosotros dijo "ni pío" y menos movimos un músculo.. el hombre era de armas tomar!
No pudimos hacer nada, pero la intensión era robarle al viejito y me parece que califica muy bien como algo en lo que me avergüenzo haber participado.
b. Destrucción de minipulpería
La barra salió un domingo bien temprano hacia la "Piedra de Aserrí". La idea: comer hongos y drogarse. Como habían suficientes debajo de las boñigas secas la fiesta fue hasta más no poder... los mezclábamos con sal, y poco después estábamos "volando". Incluso uno de los miembros de la barra casi se manda de la Piedra de Aserrí, porque según él podía volar (realmente). Otros que estábamos menos "feos" lo detuvimos.
El asunto es que de regreso llovía muchísimo. Recuerdo que la sensación era como si me cayera gelatina encima y que estaba caminando sobre un colchón o algo así... venía abrazado de una chiquilla que me gustaba y era parte de la barra.
De camino encontramos una pulpería pequeña y decidimos entrar. Todos pedimos coca cola. Era un señor mayor el que estaba atendiendo y en ese tiempo no se servía nada en bolsitas sino en las botellas de vidrio. En esa loquera que andábamos empezamos a quebrar botellas en el piso. El señor nos llamó la atención y entonces la emprendimos contra las urnitas en donde tenía pan, confites, y otras cositas como algo así un "mini bazar". El pobre señor no sabía qué hacer.. no tenía teléfono y sólo se quedó pálido en una esquina mientras nosotros destruíamos lo que podíamos. Salimos de ahí en una pura fiesta y amenazamos al dueño de esa pulpería para que no llamara a la policia, porque la próxima vez "lo sonábamos".
Cuando se me pasó la loquera pensé en lo que habíamos hecho y las ratas de caño en que nos estábamos convirtiendo. Les aseguro que fue la última vez que salí con la barra.
Ahora, muchos años después encuentro el espacio para contarlo y para decirle a los demás que, aunque puede parecer "tuanis" hacer algo así, la verdad es que no es algo que alguien debería hacer jamás. Fue cobarde, violento y desconsiderado.
