¡Ay, Dios mío! Se armó un buen quite allá en Matina. El OIJ agarró a un nica, identificado como Amador, de unos 34 tacos, metido en un brete bastante feo: tráfico de drogas. La jugada salió hace poquito, como a las cuatro de la mañana, en medio de un allanamiento en pleno corazón del pueblo. ¡Imagínate el susto que le pegaron a la gente!
Según nos cuentan los mocosos del OIJ, la movida empezó porque recibieron una información bien picante, que decía que este señor andaba vendiendo ‘crack’ a diestra y siniestra. Así que, claro, pusieron manos a la obra y empezaron a investigar. No se quedaron con las manos vacías, ni mucho menos.
Además de desenmascarar al supuesto traficante, los oficiales también encontraron un arma de fuego calibre .22. ¡Un arma, mándale! Eso sí que preocupa, ¿verdad? Además, fajaron una buena suma de plata, ¡plata que huele a guacal!, 21 bolsitas de crack listas pa’ vender y dos celulares, uno de esos, encima, estaba denunciado por robo. ¡Qué barbaridad!
Ahora, algunos se preguntarán: ¿Cómo llegó un nica hasta meterse en estos líos tan hondos allá en Matina? Bueno, pues dicen que ya hacía rato andaba dando vueltas por la zona, tratando de hacer sus negocios turbios. Parece que no calculó bien que el OIJ anda con lupa y que los vecinos, al final, siempre hablan...
El pobre Amador ya está en manos del Ministerio Público, esperando que le digan qué va a pasar con él. Ahora sí le tocará enfrentar toda la letra pequeña de la ley y ver si sale de esto ileso, o si se va al traste con todo este rollo. Hay que recordar que la Ley de Psicotrópicos es dura, muy dura, y no precisamente juega a mamatás.
Esta situación ha puesto a muchos matineños en alerta máxima. La seguridad siempre es un tema delicado, y que aparezcan estas cosas en un lugar tranquilo como Matina, bueno, da qué pensar. Algunos dicen que hay que reforzar la vigilancia, otros que es hora de darle duro a la raíz del problema, que es la pobreza y la falta de oportunidades.
No podemos negar que esta noticia viene a sumarse a una serie de problemas que estamos viviendo en el país. Tenemos que estar pendientes, informarnos y exigirle a nuestros gobernantes que hagan algo al respecto. Porque al final, todos queremos vivir tranquilos y seguros en nuestra querida Costa Rica, ¿no creen?
En fin, este caso es un recordatorio de que la delincuencia no entiende de fronteras y que debemos estar unidos para combatirla. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que las autoridades deberían aumentar la presencia policial en zonas costeras como Matina para prevenir este tipo de situaciones, o sería mejor invertir en programas sociales que aborden las causas profundas de la delincuencia?
	
		
			
		
		
	
				
			Según nos cuentan los mocosos del OIJ, la movida empezó porque recibieron una información bien picante, que decía que este señor andaba vendiendo ‘crack’ a diestra y siniestra. Así que, claro, pusieron manos a la obra y empezaron a investigar. No se quedaron con las manos vacías, ni mucho menos.
Además de desenmascarar al supuesto traficante, los oficiales también encontraron un arma de fuego calibre .22. ¡Un arma, mándale! Eso sí que preocupa, ¿verdad? Además, fajaron una buena suma de plata, ¡plata que huele a guacal!, 21 bolsitas de crack listas pa’ vender y dos celulares, uno de esos, encima, estaba denunciado por robo. ¡Qué barbaridad!
Ahora, algunos se preguntarán: ¿Cómo llegó un nica hasta meterse en estos líos tan hondos allá en Matina? Bueno, pues dicen que ya hacía rato andaba dando vueltas por la zona, tratando de hacer sus negocios turbios. Parece que no calculó bien que el OIJ anda con lupa y que los vecinos, al final, siempre hablan...
El pobre Amador ya está en manos del Ministerio Público, esperando que le digan qué va a pasar con él. Ahora sí le tocará enfrentar toda la letra pequeña de la ley y ver si sale de esto ileso, o si se va al traste con todo este rollo. Hay que recordar que la Ley de Psicotrópicos es dura, muy dura, y no precisamente juega a mamatás.
Esta situación ha puesto a muchos matineños en alerta máxima. La seguridad siempre es un tema delicado, y que aparezcan estas cosas en un lugar tranquilo como Matina, bueno, da qué pensar. Algunos dicen que hay que reforzar la vigilancia, otros que es hora de darle duro a la raíz del problema, que es la pobreza y la falta de oportunidades.
No podemos negar que esta noticia viene a sumarse a una serie de problemas que estamos viviendo en el país. Tenemos que estar pendientes, informarnos y exigirle a nuestros gobernantes que hagan algo al respecto. Porque al final, todos queremos vivir tranquilos y seguros en nuestra querida Costa Rica, ¿no creen?
En fin, este caso es un recordatorio de que la delincuencia no entiende de fronteras y que debemos estar unidos para combatirla. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que las autoridades deberían aumentar la presencia policial en zonas costeras como Matina para prevenir este tipo de situaciones, o sería mejor invertir en programas sociales que aborden las causas profundas de la delincuencia?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		