¡Aguántense!, parece que estamos haciendo las cosas bien por acá. Las exportaciones médicas de Costa Rica siguen dando de qué hablar, demostrando que sí podemos competir a nivel mundial. Según datos frescos del INEC, los instrumentos y aparatos médicos fueron los reyes del tercer trimestre, llevándose la palma con unos $2.211 millones. Eso, mis panas, es plata que entra pa’ nuestro país y nos ayuda a salir adelante.
Para ponerle un poco de contexto, esto no es novedad. Ya hace buen tiempo que el sector médico se ha convertido en un motor importante de nuestra economía. Hemos sabido apostar por la innovación y la calidad, y eso se refleja en la demanda internacional de nuestros productos. Claro que tenemos otros productos que también le meten empeño, como los circuitos integrados, las prótesis e incluso las piñas – porque aquí, hasta la fruta tiene su mérito exportador.
Si miramos hacia otro lado, en las importaciones, los circuitos integrados híbridos siguen siendo los que más cuesta, moviendo unos $201 millones. Luego vienen los combustibles, esos que siempre nos sacan un susto con sus precios variables, y los contenedores, indispensables para mover mercancías. También hay que mencionar los medicamentos, porque aunque los necesitamos, los dólares se van volando rápido.
Ahora, hablando de dónde se mueve toda esta mercancía, la Aduana Santamaría se lleva la corona como la principal puerta de entrada y salida de bienes. Casi la mitad de las importaciones y exportaciones pasan por ahí. Y si hablamos de cómo llegamos a esos mercados, el mar sigue siendo el rey para importar, mientras que el avión se encarga de llevar nuestras exportaciones rápidito a otros destinos. ¡Así de eficiente!
Estados Unidos y China se mantienen como nuestros principales proveedores, absorbiendo casi el 70% de todo lo que importamos. Por el lado de las exportaciones, seguimos dependiendo mucho de Estados Unidos y Países Bajos. Esto nos demuestra que, aunque diversificar es bueno, todavía tenemos un largo camino por recorrer para no depender tanto de unos pocos socios comerciales. Digamos que es hora de buscar nuevos chunches con los que podamos hacer negocios.
Lo interesante es que tuvimos dos meses de superávit comercial en julio y agosto. ¡Una alegría para el bolsillo nacional! Pero ojo, que al final del tercer trimestre, cerramos con un déficit de $198 millones. Esa cifra puede sonar alarmante, pero hay que recordar que esto es un juego de números y que varios factores pueden influir en estas fluctuaciones. Lo importante es mantener la calma y seguir trabajando duro.
Esta situación nos invita a reflexionar sobre cómo estamos manejando nuestra economía. Tenemos fortalezas claras, como el sector médico y la ubicación estratégica de nuestro país. Pero también tenemos debilidades, como la dependencia de unos pocos socios comerciales y la volatilidad de los precios de los combustibles. Es crucial que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para fortalecer nuestra competitividad y construir una economía más sólida y sostenible. Que no nos jaleemos una torta con temas económicos así.
En fin, los dispositivos médicos continúan brillando como un faro de esperanza para nuestra economía. Pero, ¿cree usted que deberíamos enfocarnos aún más en diversificar nuestras exportaciones y reducir nuestra dependencia de Estados Unidos y China, o considera que debemos consolidar aún más el sector médico, invirtiendo en investigación y desarrollo para mantenernos a la vanguardia tecnológica? ¡Déjeme sus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensa la gente!
Para ponerle un poco de contexto, esto no es novedad. Ya hace buen tiempo que el sector médico se ha convertido en un motor importante de nuestra economía. Hemos sabido apostar por la innovación y la calidad, y eso se refleja en la demanda internacional de nuestros productos. Claro que tenemos otros productos que también le meten empeño, como los circuitos integrados, las prótesis e incluso las piñas – porque aquí, hasta la fruta tiene su mérito exportador.
Si miramos hacia otro lado, en las importaciones, los circuitos integrados híbridos siguen siendo los que más cuesta, moviendo unos $201 millones. Luego vienen los combustibles, esos que siempre nos sacan un susto con sus precios variables, y los contenedores, indispensables para mover mercancías. También hay que mencionar los medicamentos, porque aunque los necesitamos, los dólares se van volando rápido.
Ahora, hablando de dónde se mueve toda esta mercancía, la Aduana Santamaría se lleva la corona como la principal puerta de entrada y salida de bienes. Casi la mitad de las importaciones y exportaciones pasan por ahí. Y si hablamos de cómo llegamos a esos mercados, el mar sigue siendo el rey para importar, mientras que el avión se encarga de llevar nuestras exportaciones rápidito a otros destinos. ¡Así de eficiente!
Estados Unidos y China se mantienen como nuestros principales proveedores, absorbiendo casi el 70% de todo lo que importamos. Por el lado de las exportaciones, seguimos dependiendo mucho de Estados Unidos y Países Bajos. Esto nos demuestra que, aunque diversificar es bueno, todavía tenemos un largo camino por recorrer para no depender tanto de unos pocos socios comerciales. Digamos que es hora de buscar nuevos chunches con los que podamos hacer negocios.
Lo interesante es que tuvimos dos meses de superávit comercial en julio y agosto. ¡Una alegría para el bolsillo nacional! Pero ojo, que al final del tercer trimestre, cerramos con un déficit de $198 millones. Esa cifra puede sonar alarmante, pero hay que recordar que esto es un juego de números y que varios factores pueden influir en estas fluctuaciones. Lo importante es mantener la calma y seguir trabajando duro.
Esta situación nos invita a reflexionar sobre cómo estamos manejando nuestra economía. Tenemos fortalezas claras, como el sector médico y la ubicación estratégica de nuestro país. Pero también tenemos debilidades, como la dependencia de unos pocos socios comerciales y la volatilidad de los precios de los combustibles. Es crucial que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para fortalecer nuestra competitividad y construir una economía más sólida y sostenible. Que no nos jaleemos una torta con temas económicos así.
En fin, los dispositivos médicos continúan brillando como un faro de esperanza para nuestra economía. Pero, ¿cree usted que deberíamos enfocarnos aún más en diversificar nuestras exportaciones y reducir nuestra dependencia de Estados Unidos y China, o considera que debemos consolidar aún más el sector médico, invirtiendo en investigación y desarrollo para mantenernos a la vanguardia tecnológica? ¡Déjeme sus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensa la gente!