¡Ay, Dios mío, qué torta de situación! El huracán Melissa, que todos esperábamos que pasara raudo, le pegó duro a Cuba y a toda la zona del Caribe. Parece que ni los meteorólogos pudieron predecir la magnitud del desastre. ¡Imagínate, dicen que es el más potente en 174 años! Un número que te pone la piel de gallina, ¿verdad?
La cosa está complicada, pues el huracán, aunque ahora degradado a categoría 2, ya dejó una estela de destrucción tremenda. Entre Cuba, Jamaica y Haití, suman más de 80 muertos y miles de damnificados. Eso sí da qué pensar… Ver cómo nuestros vecinos sufren así, nos toca el corazón.
Cuba, particularmente, está pasando por momentos difíciles. Ya andaban apretados con la crisis económica –falta de combustible, comida, apagones– y Melissa llegó encima como si fuera poco. Según reportes, más de 700.000 personas tuvieron que salir corriendo de sus casas, buscando refugio en lugares seguros. ¡Qué brete el que están viviendo esos maes!
Presidente Díaz-Canel salió en televisión reconociendo que los daños son cuantiosos y que el país enfrentará un proceso de reconstrucción largo y costoso. Pero él, como buen cubano, prometió que “nadie se queda atrás”. Se lo creen, ¿ustedes qué opinan? Siempre han sido luchadores, fijos ahí dando batalla.
Aquí en Costa Rica, hemos estado observando con preocupación lo que pasa. Aunque Melissa se aleja hacia el norte, sentimos el impacto, especialmente porque tenemos tantos lazos familiares y comerciales con los países afectados. Además, nos recuerda lo frágiles que somos ante estos fenómenos naturales. Por eso, hay que estar siempre preparados, ¿eh?
Los expertos hablan de cambio climático y de cómo las aguas más calientes están alimentando estos huracanes, haciéndolos más fuertes y destructivos. Una vara que nos preocupa a todos, porque esto puede empeorar. Hay que tomar cartas en el asunto, desde luego. No podemos seguir ignorando las señales, chunches.
Ahora, mientras Cuba y otros países intentan poner pie adelante, la comunidad internacional se moviliza para brindar ayuda humanitaria. Se necesitan medicamentos, alimentos, agua potable... Todo lo que se pueda para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas. De hecho, ya varias organizaciones están coordinando donativos desde acá, diay.
Pero volviendo al tema de Melissa… ¿Ustedes creen que deberíamos exigir a los políticos nacionales que hagan más por prepararnos ante futuras tormentas? ¿Es suficiente lo que estamos haciendo o necesitamos invertir más en infraestructura resiliente y programas de prevención? Definitivamente, hay mucho que reflexionar después de ver lo que pasó en el Caribe. ¡Que empiece el debate!
La cosa está complicada, pues el huracán, aunque ahora degradado a categoría 2, ya dejó una estela de destrucción tremenda. Entre Cuba, Jamaica y Haití, suman más de 80 muertos y miles de damnificados. Eso sí da qué pensar… Ver cómo nuestros vecinos sufren así, nos toca el corazón.
Cuba, particularmente, está pasando por momentos difíciles. Ya andaban apretados con la crisis económica –falta de combustible, comida, apagones– y Melissa llegó encima como si fuera poco. Según reportes, más de 700.000 personas tuvieron que salir corriendo de sus casas, buscando refugio en lugares seguros. ¡Qué brete el que están viviendo esos maes!
Presidente Díaz-Canel salió en televisión reconociendo que los daños son cuantiosos y que el país enfrentará un proceso de reconstrucción largo y costoso. Pero él, como buen cubano, prometió que “nadie se queda atrás”. Se lo creen, ¿ustedes qué opinan? Siempre han sido luchadores, fijos ahí dando batalla.
Aquí en Costa Rica, hemos estado observando con preocupación lo que pasa. Aunque Melissa se aleja hacia el norte, sentimos el impacto, especialmente porque tenemos tantos lazos familiares y comerciales con los países afectados. Además, nos recuerda lo frágiles que somos ante estos fenómenos naturales. Por eso, hay que estar siempre preparados, ¿eh?
Los expertos hablan de cambio climático y de cómo las aguas más calientes están alimentando estos huracanes, haciéndolos más fuertes y destructivos. Una vara que nos preocupa a todos, porque esto puede empeorar. Hay que tomar cartas en el asunto, desde luego. No podemos seguir ignorando las señales, chunches.
Ahora, mientras Cuba y otros países intentan poner pie adelante, la comunidad internacional se moviliza para brindar ayuda humanitaria. Se necesitan medicamentos, alimentos, agua potable... Todo lo que se pueda para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas. De hecho, ya varias organizaciones están coordinando donativos desde acá, diay.
Pero volviendo al tema de Melissa… ¿Ustedes creen que deberíamos exigir a los políticos nacionales que hagan más por prepararnos ante futuras tormentas? ¿Es suficiente lo que estamos haciendo o necesitamos invertir más en infraestructura resiliente y programas de prevención? Definitivamente, hay mucho que reflexionar después de ver lo que pasó en el Caribe. ¡Que empiece el debate!