¡Ay, Dios mío! Melissa llegó pa' traernos un buen chaparrón, mándale reverencia. Resulta que la tormenta, que andaba paseándose por Jamaica, decidió hacer una visitita a nuestras costas y dejó claro que no venía de paseo. El Centro Nacional de Huracanes dice que sigue moviéndose lentecita, pero eso no significa que no tenga poderío; lejos de ahí, ¡nos ha estado sacudiendo bien!
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) desde tempranito avisó que íbamos a sentir su influencia y vaya si la sentimos. Nubosidad variable, aguaceros intensos... el panorama estaba clarito. Dijeron que podría haber entre 60 y 90 milímetros de lluvia en algunas zonas, ¡una verdadera diluvianza! Especialmente preocupante la situación en la Península de Osa y el Golfo Dulce, donde la cosa se puso feísima.
Y ni hablar del Valle Central, que tampoco se libró de la humareda. Aunque esperaban que la cosa amainara un poquito por la noche, se reportaron aguaceros dispersos y hasta neblina en algunos lugares altos. Al norte y en el Caribe, la historia similar: lluvias intermitentes, nada de solazo como solemos tener por acá.
Lo bueno es que las autoridades no se quedaron de brazos cruzados. El Ministerio de Educación Pública (MEP) recordó que, gracias a las bibliotecas escolares, más de medio millón de estudiantes tienen acceso a recursos educativos incluso en estos momentos de calamidad. Una buena vara, porque demuestra que estamos invirtiendo en el futuro de los niños, aunque Melissa quiera ponerle zancadilla.
Pero ojo, que la precaución nunca viene mal. El IMN nos recordó que hay que estar pendientes de zonas propensas a inundaciones y que no hay que ir a buscar problemas debajo de árboles o cerca de estructuras metálicas cuando truene. Mejor prevenir que lamentar, como dicen nuestros abuelos. Además, nos piden estar informados por sus canales oficiales y redes sociales, para saber qué tan fea está la cosa y cómo protegernos.
Ahora, hablando de cosas más tranquilas, parece que en Caldera de Esparza hubo un operativo contra motos irregulares. Decomisaron ocho, dicen, por diferentes infracciones. Un brete para los dueños, imagínate perder tu moto así de repente. Pero bueno, las leyes son para cumplirse, ¿no creen?
En fin, Melissa nos dio un buen susto, pero al parecer vamos superando la crisis. Lo importante es mantener la calma, seguir las recomendaciones de las autoridades y esperar que pronto salga el sol otra vez. Ya saben, somos ticos, ¡siempre salimos adelante! Con un poco de macucá y una actitud positiva, hasta la tormenta más fuerte se rinde.
Después de tanta agua y preocupación, me pregunto: ¿creen que las escuelas deberían suspender clases totalmente en caso de emergencia climática como esta, o es suficiente con emitir alertas y dejar que los padres decidan? ¡Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas!
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) desde tempranito avisó que íbamos a sentir su influencia y vaya si la sentimos. Nubosidad variable, aguaceros intensos... el panorama estaba clarito. Dijeron que podría haber entre 60 y 90 milímetros de lluvia en algunas zonas, ¡una verdadera diluvianza! Especialmente preocupante la situación en la Península de Osa y el Golfo Dulce, donde la cosa se puso feísima.
Y ni hablar del Valle Central, que tampoco se libró de la humareda. Aunque esperaban que la cosa amainara un poquito por la noche, se reportaron aguaceros dispersos y hasta neblina en algunos lugares altos. Al norte y en el Caribe, la historia similar: lluvias intermitentes, nada de solazo como solemos tener por acá.
Lo bueno es que las autoridades no se quedaron de brazos cruzados. El Ministerio de Educación Pública (MEP) recordó que, gracias a las bibliotecas escolares, más de medio millón de estudiantes tienen acceso a recursos educativos incluso en estos momentos de calamidad. Una buena vara, porque demuestra que estamos invirtiendo en el futuro de los niños, aunque Melissa quiera ponerle zancadilla.
Pero ojo, que la precaución nunca viene mal. El IMN nos recordó que hay que estar pendientes de zonas propensas a inundaciones y que no hay que ir a buscar problemas debajo de árboles o cerca de estructuras metálicas cuando truene. Mejor prevenir que lamentar, como dicen nuestros abuelos. Además, nos piden estar informados por sus canales oficiales y redes sociales, para saber qué tan fea está la cosa y cómo protegernos.
Ahora, hablando de cosas más tranquilas, parece que en Caldera de Esparza hubo un operativo contra motos irregulares. Decomisaron ocho, dicen, por diferentes infracciones. Un brete para los dueños, imagínate perder tu moto así de repente. Pero bueno, las leyes son para cumplirse, ¿no creen?
En fin, Melissa nos dio un buen susto, pero al parecer vamos superando la crisis. Lo importante es mantener la calma, seguir las recomendaciones de las autoridades y esperar que pronto salga el sol otra vez. Ya saben, somos ticos, ¡siempre salimos adelante! Con un poco de macucá y una actitud positiva, hasta la tormenta más fuerte se rinde.
Después de tanta agua y preocupación, me pregunto: ¿creen que las escuelas deberían suspender clases totalmente en caso de emergencia climática como esta, o es suficiente con emitir alertas y dejar que los padres decidan? ¡Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan mis panas!